Queda algo menos de un mes por delante de renegociación de la ley de amnistía, frenada por Junts el pasado martes en el pleno del Congreso, pero la posición del Gobierno sigue siendo diáfana: no está dispuesto a cambios de calado en el texto. Este jueves lo trasladó de forma clara el propio presidente desde Bruselas: "El independentismo catalán no es terrorismo. No lo es. Y por tanto, con esta proposición de ley, yo estoy convencido, y así al final lo van a concluir los tribunales, que van a estar todos los independentistas catalanes amnistiados, porque no son terroristas". Un mensaje pretendidamente conciliador y de mano tendida a la formación separatista.

Este 1 de febrero era la primera vez que Pedro Sánchez se pronunciaba sobre lo que ocurrió el pasado martes en la Cámara baja, cuando los siete diputados de Carles Puigdemont rechazaron la votación de conjunto de la proposición de ley de amnistía, por lo que no se alcanzó la mayoría absoluta de 176 síes que se requiere para una norma de carácter orgánico. El dictamen vuelve así a la Comisión de Justicia y en 15 días, a contabilizar desde el próximo martes —cuando se reunirá la Mesa del Congreso—, debe estar listo un nuevo texto. Junts ha venido insistiendo en que solo aceptará una amnistía "integral", que cubra todos los casos posibles de terrorismo y de alta traición, para escapar así de las investigaciones de los jueces Manuel García Castellón y Joaquín Aguirre. El PSOE rechazó dar ese paso hace dos días y, al menos por ahora, mantiene su posición, porque entiende que acceder a las exigencias de los posconvergentes y cruzar esa barrera podría poner en riesgo la propia ley cuando sea escrutada por el Tribunal Constitucional y por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Si los indultos fueron un "paso muy importante", la ley de amnistía es el "paso definitivo" para el "reencuentro total" entre los catalanes y de Cataluña con el conjunto de España

El presidente, por tanto, buscó desde Bruselas, en la comparecencia que siguió a la reunión extraordinaria del Consejo Europeo, calmar los ánimos de Junts, instándoles a recuperar la senda del acuerdo: repetirles que la redacción actual dará cobijo a "todos los independentistas", incluido Puigdemont, porque por mucho que se abran causas en la Audiencia Nacional, al final los tribunales acabarán concluyendo que no hubo terrorismo en el procés. Es cierto que cuando le preguntaron los periodistas si se cerraba "cien por cien" a hacer cambios, no contestó de forma directa —"En una negociación no se tiene que medir quién cede o no cede, al final todos hemos cedido"—, pero el sentido de sus palabras era inequívoco al defender con vehemencia una ley de amnistía que definió como "valiente, reparadora y constitucional" y al asegurar que la norma tiene salir del Parlamento con la misma acomodación a la Carta Magna que tiene hoy.

Sánchez envolvió su conclusión en un largo exordio. Recordó que su Gobierno lleva cinco años y medio tratando de resolver la "más grave" crisis constitucional e institucional de la historia reciente de España —"crisis que no provoqué yo", echando mano de la herramienta del diálogo, con el fin de superar el "trauma colectivo" que vivió España en 2017. Primero aprobó los indultos, y recibió los mismos "ataques" desde la oposición que recibe hoy, pero que hoy no son discutidos porque han tenido un resultado "muy positivo en clave de convivencia" en Cataluña. Pues bien, si los indultos fueron "un paso muy importante", la ley de amnistía es "el paso definitivo" que cuenta con "consenso" en la sociedad catalana, que a su juicio ya está preparada para el "reencuentro total". Y esa es su voluntad, "normalizar" la situación de Cataluña de manera plena, "total".

"A partir de ahí, como todo el mundo sabe, el independentismo catalán no es terrorismo. No lo es", siguió. Y por tanto, está "convencido" de que los tribunales concluirán eso mismo, por lo que "van a estar todos los independentistas catalanes amnistiados, porque no son terroristas". En ese todos el presidente estaba incluyendo a Puigdemont, a quien García Castellón quiere que el Supremo impute por terrorismo en la causa Tsunami y a cuyo entorno apunta el juez Aguirre de Barcelona en la investigación sobre la trama rusa del procés.

"La complejidad de la legislatura"

Sánchez insistió en que ese es el objetivo que ha inspirado la redacción de una proposición de ley que ha sido muy "laboriosa" y "trabajada" y que se ha acordado con seis grupos parlamentarios (Sumar, ERC, Junts, PNV y Bildu, además de Podemos y BNG). El fruto de ese trabajo es una ley "valiente", porque propicia el "reencuentro total" entre los catalanes y entre Cataluña y el resto de España, "reparadora" y "constitucional". "El objetivo fundamental es que del Congreso salga así, igual de valiente y reparadora y con las garantías jurídicas y la seguridad jurídica para que pueda ser aplicada. Y esa es la posición del Gobierno de España", remachó. En ese punto, el jefe del Ejecutivo llamó a Junts a mantener la "templanza" —"la contención para tratar de llegar a un acuerdo"— y la "firmeza" para saber que todo lo avanzado es "lo suficientemente riguroso y sólido para lograr el objetivo" marcado y es "superar" el horizonte judicial. El líder socialista evitó lanzar reproches a los de Puigdemont. Su lenguaje fue en todo momento conciliador.

Llama a Junts a mantener la "templanza" para llegar a un acuerdo y la "firmeza" para saber que lo avanzado es "riguroso" y "sólido" para lograr una amnistía amplia y "valiente"

En definitiva, con la redacción actual de la ley no habrá problemas: "El independentismo, que no considero terrorismo, va a ser amnistiado y por tanto vamos a poder superar todas las causas judiciales y las consecuencias judiciales de errores que ellos [los separatistas] también cometieron".

La Moncloa insiste desde el martes en que la legislatura no está en riesgo y en que el Ejecutivo, pase lo que pase, seguirá. Un mensaje que también apuntaló Sánchez: defendió que él "nunca" ha "escondido la complejidad de la legislatura", del mismo modo que está convencido de que su partido es el único capaz de gobernarla y gestionarla. Se aferró a los resultados de crecimiento económico, empleo o endeudamiento familiar, buenos pese a la extraordinaria coyuntura —pandemia, erupción del volcán de La Palma, guerra de Ucrania—, para concluir que España está "en la buena dirección" y que su Gobierno ha hecho un "correcto desempeño".

Ahora, continuó, es el momento de afrontar el "reencuentro total". "Hemos llegado hasta aquí, todos juntos, más de cinco partidos, algunos de ellos independentistas. Hemos hecho un esfuerzo de generosidad, de diálogo, de acuerdo. Creo que ha llegado el momento de dar el paso, un paso trascendente para nuestra democracia pero que creo que va a ser positivo para la sociedad catalana y por tanto para el conjunto de la sociedad española, porque vamos a ganar en convivencia". Era su forma de apremiar a Junts para que no frustre el camino recorrido y tumbe de manera definitiva la ley de amnistía. "La complejidad no es una excusa para no avanzar. La complejidad es el día a día para trabajar durante esta legislatura como ha sido durante la pasada", concluyó.

Advierte a Feijóo de que no hay "excusas" ni "argumentos" para no cumplir con la Constitución y negarse a renovar el CGPJ

Sánchez, a su vez, prometió "templanza" y "firmeza" ante las nuevas "excusas" puestas por Alberto Núñez Feijóo para no renovar el Consejo General del Poder Judicial. Y es que este jueves el líder del PP, tras una reunión con el presidente de los conservadores europeos, el alemán Manfred Weber, aseguró que no habrá acuerdo para desbloquear el CGPJ si de forma simultánea no se acuerda también un cambio del modelo de elección de sus miembros. Lo hacía Feijóo apenas unas horas después de la cita del ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, con el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, con la mediación del comisario de Justicia de la UE, Didier Reynders. El dirigente belga fue de nuevo explícito en cuanto al orden a seguir: primero renovación del CGPJ, luego explorar una reforma legal. El PP quiere que ambos procesos se hagan a la vez, cosa que rechaza el PP.

"Le recuerdo al señor Feijóo —concluyó Sánchez— que para cumplir la Constitución tenemos que hacerlo sin ningún tipo de excusa ni ningún tipo de argumentos. No hay excusa para no cumplir la Constitución y eso es lo que me gustaría pedir nuevamente al PP: dado que se tacha de ser un partido constitucionalista, que cumpla con la Constitución, aunque sea cinco años más tarde".