La campaña del 18-F expira. El camino ha sido escarpado para el PP, y el domingo se verá si se prueba impracticable y pierde la Xunta después de 15 años ininterrumpidos en su poder. Pero también se ha complicado más de lo previsto para el PSdeG. Los socialistas, con José Ramón Gómez Besteiro como candidato, han tenido difícil sacar la cabeza con una pujante Ana Pontón, la cabeza de cartel del BNG que es la que claramente, según las encuestas, ha rentabilizado mejor estos últimos 15 días antes de las urnas, absorbiendo buena parte del voto de la izquierda, alzándose como la opción de cambio. La federación gallega, pero sobre todo Ferraz, insisten en que lo importante es que la suma de los dos partidos de izquierda alcance los 38 diputados, la mayoría absoluta. Pero si no da, un fuerte bajón del PSdeG, que ya obtuvo su peor resultado histórico hace cuatro años (14 actas), será complicado de enmascarar.

La batalla final en Galicia se presenta mucho más apretada de lo previsto. Más, desde luego, de lo que esperaba el jefe de la Xunta, Alfonso Rueda, al adelantar los comicios, convencido por Génova de que la ola de la ley de amnistía le ayudaría. La mayoría absoluta del PP peligra —los sondeos le sitúan en la horquilla de 38-39 parlamentarios, frente a los 42 que consiguió Alberto Núñez Feijóo en 2020— y por eso los socialistas están concentrando sus últimos esfuerzos en los puntos en los que se disputan el último escaño con los populares, tal y como confirman fuentes de Ferraz: en Lugo, en A Coruña y en Pontevedra.

Los socialistas lograron 14 escaños, su peor resultado histórico, en 2020, y ahora podían agujerear ese suelo, pero si la suma con el BNG alcanzara, el bajón quedaría mitigado

El presidente del Gobierno y líder del partido, Pedro Sánchez, retornó este jueves a la campaña precisamente en A Coruña, en la capital, y este viernes echará el telón con Besteiro en otro punto de la provincia, en Santiago de Compostela, la capital autonómica. Y José Luis Rodríguez Zapatero también regresa a los mítines: este viernes comparte escenario, a las 12.30 horas, con Abel Caballero, alcalde de Vigo, en la ciudad pontevedresa, feudo socialista. La participación del expresidente, confirmaban a este diario fuentes muy próximas, se cerró en las últimas horas, y no estaba en el radar. En un primer momento, iba a cerrar él la campaña con Besteiro en Santiago. Después, cuando se confirmó el doblete de Sánchez el 15 y 16 de febrero, Zapatero se cayó del cartel, pero ahora el partido ha vuelto a tirar de él para que ayude a que el escaño que baila en Pontevedra caiga del lado del PSOE y refuerce así al partido en Vigo, el bastión inexpugnable de Caballero. Zapatero pasó por Lugo, la tercera provincia en disputa, el pasado martes.

A Coruña reparte 25 diputados, por los 22 de Pontevedra y los 14 de Lugo —los mismos que Ourense—. En 2020, el PSdeG obtuvo cuatro escaños en la primera, por los cinco de la segunda y los dos de la tercera (en Ourense consiguió tres). En las cuatro circunscripciones, los socialistas quedaron terceros, por detrás de un BNG que obtuvo 19 representantes. Los sondeos apuntan una caída del PSdeG, entre los 12-14 asientos, aunque la horquilla del CIS, en su estudio publicado el pasado lunes, era más amplia, entre 9 y 14 parlamentarios. El organismo público otorgaba 24-31 actas al BNG.

El PP ya no pelea por escaños. Solo defiende lo que tiene bajo mucha presión", sostienen desde la cúpula federal del PSOE. En el partido se admite que uno de los problemas es que el candidato llegó tarde

"El PP ya no pelea por escaños. Solo defiende lo que tiene bajo mucha presión", sostienen desde la cúpula federal del partido, donde subrayan que el PSdeG "está a tiro de quitar diputados al PP en A Coruña, Lugo y Pontevedra". En la dirección, y también los colaboradores de Sánchez, recalcan que el ambiente ha cambiado algo en los últimos días, aunque son conscientes de las dificultades de ganar presencia por el arrastre enorme que prevén para el BNG. "Para los nuestros, no es lo mismo que nuestro candidato a ser presidente o bien quede segundo en la suma de la izquierda. Lo que no sabemos es qué ocurrirá al final, cómo se comportará el electorado del PSOE", apunta un cargo muy conectado con Sánchez. Él, al igual que admiten desde las alturas del PSdeG, también cree que uno de los problemas de esta campaña ha sido Besteiro, "un buen candidato pero que ha entrado tarde a la carrera", porque fue elegido el pasado octubre. Y eso que el PSdeG empujó para que fuera elegido antes, pero Ferraz quería que ningún proceso interfiriera en las negociaciones de investidura.

La incidencia de las revelaciones del PP

¿Habrá efecto Feijóo? Desde la cúpula están convencidos de que sí. Es decir, que al PP le castigará el embrollo de Feijóo con su hoja de ruta para la "reconciliación" de Cataluña. El viernes pasado, una alta fuente del PP confesó a 16 periodistas de distintos medios de comunicación que la amnistía se analizó 24 horas tras la petición de Junts, que un indulto condicionado a Carles Puigdemont podía ser una opción y que es complicado de probar que el expresident incurrió en un delito de terrorismo en el procés.

Ferraz aprecia nervios en el PP en esta recta final de la campaña, y lo ven evidente por sus "mentiras" y la demonización del BNG: "Ha apretado el botón del pánico"

Para Ferraz, Feijóo "lo ha vuelto a hacer, es el cisne negro de las campañas del PP: él solo se las apaña para que salga a la luz la verdad de lo que piensa". Recuerdan que en las pasadas generales patinó por sus "mentiras", y ahora ha vuelto a tropezar en el mismo error. Los socialistas observan "nerviosismo" en el PP: ha "apretado el botón del pánico". Y eso explicaría, a su juicio, que vuelva a sacar a ETA en los discursos, que caiga en los "insultos y las mentiras", que en un spot electoral asocie a Ana Pontón con Arnaldo Otegi. Y es que los populares han aparcado de sus discursos la amnistía para centrarse en la demonización del BNG, situándolo en la "radicalidad". "Ven en el horizonte otra mudanza en Génova", rematan, apuntando a la idea de que es Feijóo quien más se juega el 18-F. Si su candidato pierde la absoluta y pierde la Xunta, quien quedará debilitado es él mismo.

Fue este jueves, en A Coruña, donde por primera vez Sánchez se refirió a las revelaciones de la cúpula del PP. "Cataluña está mucho mejor. ¡Si hasta lo reconoce Feijóo en una comida con periodistas! ¡Hay que ver! Por la mañana negociando la amnistía y los indultos con los independentistas y por las manifestándose en contra de ellos y llamándoles terroristas", sentenció. El presidente remarcó que cuando alguien en privado dice una cosa y otra muy distinta en público, se llama "hipocresía".

Lo malo es el odio que Feijóo ha derramado durante los últimos cinco meses. Lo que ha reconocido en privado es que esos insultos, esos asedios, esas llamadas a tomar la calle, esos golpes de pecho, eran puro postureo", asegura Sánchez

"Lo malo no es que se haya autoenmendado —siguió—, que hasta es lógico, porque una crisis se resuelve desde la política. Lo malo es el odio que ha derramado durante los últimos cinco meses. Lo que ha reconocido en privado es que esos insultos, esos asedios a las casas del pueblo, esas llamadas a tomar la calle, esos golpes de pecho, eran puro postureo". El jefe del Ejecutivo estaba apuntando hacia la dirección que más grave ven en su partido: que Feijóo ha desmantelado su propio discurso, porque llamó a manifestaciones contra algo con lo que en el fondo estaba de acuerdo.

El presidente, tirando de ironía, dedicó dos mensajes al líder del PP. Uno, "bienvenido al sentido común, porque la crisis territorial se resuelve desde la reconciliación y no desde la confrontación". Y dos, que "pida perdón por el odio y las mentiras derramadas en estos cinco meses". Para Sánchez, lo sucedido en la última semana es el "perfecto ejemplo" del estilo de oposición del PP desde que él llegó a la Moncloa: "Mentira tras mentira". Y a su juicio su no a los indultos y a la amnistía no ha sido más que una "cortina de humo" para "ocultar" su voto en contra de cualquier avance social. Besteiro llevó a su terreno lo ocurrido: "El que se quede en casa beneficia a Rueda y a sus propias mentiras".

Tanto el candidato como el presidente incidieron en la llamada al electorado socialista. Desde antes del arranque de la campaña, la dirección ha insistido en que la clave de este 18-F reside en la participación, en la movilización de ese medio millón de votantes que apoya al PSOE en municipales y generales. "Rematemos el cambio, cambiemos Galicia, votando a quienes votasteis el 23-J", apeló Sánchez.

El impacto del debate en TVE

Besteiro y Pontón escenificaron el miércoles, en el debate en TVE, al que no acudió Rueda —"el candidato ausente", martillearon los dos—, su sintonía y su voluntad de construir un Gobierno juntos en caso de que el PP pierda la absoluta y no tenga la posibilidad de sumar a Democracia Ourensana (DO). Debate, por cierto, que logró un 17,4% de share en Galicia y lideró su franja en la comunidad, con 372.000 espectadores únicos, a solo seis décimas del careo a cinco en TVG de la semana anterior. Datos que, para los socialistas, demuestran el interés de los electores hacia un debate en el que no estaba Rueda y que puede anticipar el cambio en la Xunta.

Besteiro pide el "voto útil de los que quieren un cambio seguro en Galicia", y Sánchez demanda "concentrar el voto" en el PSOE: "Hay que saber gobernar el cambio"

Pese a que en toda la campaña Besteiro ha evitado el choque con el BNG, este jueves sí pidió el "voto útil de los que quieren un cambio seguro en Galicia". Un llamamiento que completó Sánchez: "El PSOE es un doble seguro: es seguro que votando al PSOE va a haber cambio, y gracias al PSOE habrá un cambio seguro. Hay que saber gobernar el cambio".

El mensaje implícito, por tanto, es que es el PSOE, y no el BNG, el que asegura un cambio tranquilo, sin sustos, frente a unos nacionalistas que pueden ahuyentar a los electores más templados. "Siempre que ha habido cambio en la democracia española ha sido gracias al PSOE, con un PSOE fuerte", concluyó el presidente, que apeló a "concentrar el voto" en los socialistas para lograr que en la Xunta y en la Moncloa haya "la misma orientación política".

La suerte está casi echada. Queda el arreón final, pero la expectación del 18-F, es seguro ya, es máxima. La mayor incertidumbre en unas elecciones autonómicas gallegas desde 2009.