Ya es un hecho consagrado. El exministro de Transportes y actual diputado del Congreso, José Luis Ábalos, transitará al Grupo Mixto de la Cámara Baja en abandono de las siglas socialistas. La motivación ha sido la petición formal del PSOE de entregar su acta ante la investigación de la 'trama Delorme', que apunta a personalidades como su exasesor, Koldo García. Alguien que fue mano derecha de Ábalos y que estuvo en pleno contacto con el Ministerio de Transportes para el cobro, presuntamente, irregular de comisiones por la venta de mascarillas a Puertos del Estado, Interior o los Gobiernos canario y balear.

Aunque no se ha vinculado aún a la trama con él, en Ferraz creían que debía de asumir "responsabilidades políticas", dejando caer que al haberse aprovechado su mandato para estas corruptelas debía de dar ejemplo. Lejos de ello, Ábalos ha decidido continuar, para limpiar su nombre y su "honor", ha dicho, conllevándole la permanencia en el escaño la respectiva suspensión de militancia en el PSOE. Porque aunque, dicen sus conocidos, en privado recomienda series como Pablo Escobar, el patrón del mal, Ábalos aboga por limitar las tramas criminales para la ficción, no para la vida real.

La acción de Ábalos, y el contexto del caso político, en lo relativo a su relación con la formación, supone un duro golpe para el PSOE: ha sido uno de los perfiles más importantes de la segunda etapa Sánchez, clave en el regreso a la dirección, en el núcleo duro de Ferraz como número 'tres' de la formación, ejerciendo de secretario de Organización, y apoyo indispensable para su llegada al Ejecutivo. Primero con la moción de censura al PP, que él mismo defendió criticando al corrupción por casos como la 'trama Gürtel'; después con apoyo incondicional para las sucesivas elecciones. Esto se recompensó con la cartera de Transportes.

Todos los diputados que han transitado desde el PSOE al Grupo Mixto han sido por diferencias ideológicas"

Ábalos es el primer exalto cargo del PSOE que experimenta estas circunstancias parlamentarias, pero el segundo ministro, tras marcharse Cristina Alberdi en 2003 por estar en contra de la línea política de José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, no es el primer diputado socialista que decide mantener el acta sin representar a su partido. Hay cinco precedentes previos: los casos de Antonio Torres, Andrés Limón, Enric Rivas, Virgilio Sánchez Barberán y Alberdi. Todos por desencuentros con la cúpula socialista, y sin investigaciones judiciales o casos de corrupción con posibilidad de afectar al diputado. La mayoría salvo el de Alberdi, se produjeron en los ochenta, bajo el mando de Felipe González. Y tras el último hasta hoy, ha habido un margen de estabilidad de 21 años.

Alberdi, contraria al acercamiento a nacionalistas

Alberdi lo hizo tras comunicar la baja a un recién llegado Zapatero. Ella representaba una de las principales voces contrarias a la línea de la dirección. Y bajo premisas que ahora recordarían a líderes como Emiliano García-Page: por "dar alas al nacionalismo" y abogar por un nuevo modelo de Estado frente a la identidad que viene defendiendo, hacer pactos con Cataluña y evitar un frente común con el PP contra el Plan Ibarretxe. Es un "desvarío público", trasladó por carta al expresidente el 17 de diciembre de 2003, a meses de que ganase las elecciones.

Posteriormente, como independiente, estrechó lazos con el PP y con la dirigente madrileña Esperanza Aguirre, que la hizo presidenta en febrero de 2004 del Consejo Asesor del Observatorio contra la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid. Su paso por el Mixto fue mínimo, dado que fue a final de legislatura y las Cortes se disolvieron en enero.

Indisciplina o diferencias con la dirección

Aunque Alberdi entra en esta categoría, los otros cuatro casos restantes se ven mejor representados en ella. Fueron diputados que salieron o fueron expulsados por no representar los valores del partido o no acatar las directrices de la dirección. Como bien apunta El País en un artículo del 11 de junio de 1980, Antonio Torres es el primer diputado que el PSOE expulsa del partido. Y que transita del Grupo Socialista en el Congreso al Mixto. Diputado por Alicante, ejercía hasta entonces secretario general local y de concejal en Elche. En la ciudad pasó a ocupar la secretaría general de UGT posteriormente durante un año. Dieciocho meses después de su paso al Mixto, renunció a su acta sin conocerse el motivo.

Le siguió siete años después la salida de Enric Rivas, diputado por Baleares y miembro del Comité Federal. A diferencia del resto de los mencionados, lo hizo por voluntad propia abandonando él mismo las siglas socialistas. Apuntó en el 19 de diciembre de 1988 que rechazaba "el amiguismo y el enchufismo que se practicaba desde la Administración central", sin dar más detalles. Y, al mismo tiempo, acusaba al PSOE de haber "incumplido sistemáticamente sus compromisos electorales". En su contra, el partido expresó que Rivas era contrario "a la línea oficialista".

Las desavenencias en el seno socialista las motivaron desde el rechazo a la entrada en la OTAN hasta el señalamiento por fomentar corrientes críticas"

Por su parte, y de acuerdo a publicaciones de la época, Virgilio Sánchez Barberán sí que fue sancionado y suspendido de militancia. Era diputado por Albacete y había ejercido de alcalde de Almansa. El motivo de su baja socialista fue posicionarse en contra del referéndum de entrada en la OTAN defendido y promulgado por el Gobierno de González. Por otro lado, vertió ataques contra dirigentes provinciales del PSOE a través de medios de comunicación. Especialmente contra Juan de Dios Izquierdo, expresidente del PSOE de Castilla-La Mancha y compañero de escaño. Varios militantes de la región habían pedido su expulsión. Tras producirse la sanción, en marzo de 1989 pasó al Mixto.

Al margen de los mencionados, se encuentra Andrés Limón, diputado del PSC por Tarragona que, en el 22 de abril de 1981 se pasa al Mixto. Hay poco detalle sobre su caso, pero, según informaciones de la época, se apunta a desavenencias políticas con Alfonso Guerra. Su tránsito, en todo caso, fue breve, porque en septiembre de ese año se incorporó en el Grupo Andalucista.

Inadmitido en el Grupo: Andrés Fernández

Hay un pseudo precedente previo a Torres que puede escapar a esta recopilación, pero debe mencionarse. Se produce en la Legislatura I, recién inaugurada la democracia y al poco de ser aprobada la Constitución. Es el de Andrés Fernández, diputado por León. Su entrada en el Congreso se produce a principios de diciembre de 1979, en suplencia del diputado Baldomero Lozano, por fallecimiento. El PSOE venía de negociar con él que renunciase al escaño, dado que había sido expulsado de la agrupación leonesa durante cinco años por manipular las listas electorales de la zona en las elecciones previas. Esa sanción, de acuerdo a los estatutos del momento, le impedían ocupar cargos públicos.

De hecho, el PSOE de León distribuyó una circular para que hubiese cero "contacto oficial o público" con él. Fernández se siguió definiendo como "diputado socialista", pero el Grupo lo vetó, por lo que, ante la inadmisión, se incorporó en el Mixto.

Ábalos, integrado en el Mixto más plural de la década

Hasta el momento el Grupo Mixto ha servido de refugio a fugados o expulsados de otros siglas, pero generalmente ha sido el lugar de ubicación para formaciones regionalistas, independentistas-nacionalistas o muy minoritarias. El primer partido nacional que se integró fue IU en la década pasada bajo la candidatura Unidad Popular en 2015. Aunque la repetición de elecciones y el posterior vínculo con Podemos les devolvió su grupo propio. Esta legislatura, aunque en un principio se integraron el BNG, UPN y Coalición Canaria, las dos grandes rupturas del mandato han dado cobijo a un grupo nacional y a Ábalos, inclinando hacia esta etiqueta, la de 'nacional', la mayoría del Grupo.

Ya el líder y portavoz del BNG, Néstor Rego, apuntaba lo siguiente en la comparecencia de prensa previa a la Junta de Portavoces de este martes, y al calor de la noticia de Ábalos: "Ya estamos al completo". El Grupo contará con ocho miembros, menos que en la anterior legislatura, aunque hay posibilidades de que en función de nuevas bajas y altas, en concreto entre Sumar y Podemos, pueda reducirse o incrementarse. Es la primera vez que hay un exdiputado socialista, uno regionalista conservador, otra nacionalista canaria y otro nacionalista gallego, junto a un partido nacional de izquierdas.

La entrada de Ábalos perjudica a las formaciones pequeñas del Mixto. Tras la salida de Lilith Verstrynge, éstas, por subvención mensual podrían utilizar 6.081 euros para gastos de actividad o contratación. Al tener que repartir entre ocho nuevamente, 5.539,34 euros.