Ya hay día y hora para la Comisión de Justicia del Congreso que, previsiblemente, aprobará el nuevo dictamen de la ley de amnistía. Será este jueves, a las 11 horas. El órgano se convocó este mismo lunes, y tampoco había más margen porque las comisiones han de citarse con, como mínimo, 48 horas de antelación. Los socialistas dan por hecho que la norma saldrá adelante para entonces, porque Junts esta vez sí la apoyará, porque ven más "calidez", más "piel", aunque por ahora no se ha solemnizado el acuerdo. Públicamente, desde Ferraz insisten en que la cuestión del terrorismo no se tocará. Es decir, que no serán amnistiables los delitos de terrorismo que, "de forma manifiesta y con intención directa", hayan "causado violaciones graves de derechos humanos", en particular las previstas en los artículos 2 y 3 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales —muerte o tortura—.

Apenas quedan tres días para la Comisión de Justicia y el PSOE mantiene su mensaje optimista, el que había ido deslizando en la última semana. De hecho, podía haber solicitado una prórroga el pasado sábado ante la Mesa de la Cámara baja, pero renunció, por lo que estaba claro que como tarde se tenía que convocar la comisión para este jueves, 7 de marzo, cuando se agotaba el plazo permitido por el reglamento. Este lunes, fue la portavoz del partido, Esther Peña, quien trasladó el convencimiento de la cúpula de que habrá ley de amnistía: "Queremos reafirmarnos en nuestra voluntad y confianza de que la ley saldrá adelante este jueves por la mañana".

Nuestra posición es firme y clara: no tenemos previsto hacer ninguna modificación" en cuanto al delito de terrorismo, como exigía Junts, subraya la portavoz

La dirigente pidió "prudencia", porque aún sigue negociándose el texto con los posconvergentes "con discreción". Pero sí insistió en que no habrá cambios en la redacción en lo que afecta al terrorismo, que el PSOE convirtió en línea roja. "Nuestra posición es firme y clara: no tenemos previsto hacer ninguna modificación" en cuanto al delito de terrorismo, como exigía Junts, dijo. "Lo decimos siempre: nos sentimos cómodos y a gusto con el documento consensuado con esos seis grupos parlamentarios y que entendemos que este jueves puede conseguir el apoyo mayoritario para aprobarse en esa Comisión de Justicia", sostuvo Peña.

Los posconvergentes rechazaron el texto en la última votación del pleno del pasado 30 de enero, porque entendían que no daba cobertura "integral" a todos los afectados por el procés y corría el riesgo de aplicarse "en diferido". Y es que la redacción del dictamen que se llevó a pleno, que es la que siguen defendiendo los socialistas, podría hacer que Carles Puigdemont se quede fuera del perdón. Al expresident le abrió causa penal el pasado jueves el Supremo por liderar las protestas violentas de Tsunami Democràtic del otoño de 2019, las que siguieron a la sentencia del procés.

Junts, en definitiva, quería que se amnistiasen todos los delitos de terrorismo, cualquiera que fuera su gravedad, y de alta traición. El PSOE lleva reiterando desde enero que no está dispuesto a cambiar la textualidad de la norma, porque se arriesgaría a que no pasase el filtro del Tribunal Constitucional o del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

El "golpe" por la respuesta de las bases independentistas

Lo cierto es que en este último mes han seguido las negociaciones y no hay concreción de por qué camino se estaría encarrilando el acuerdo. Tampoco qué concesiones técnicas podrían pactarse ahora. Ninguna de las partes suelta prenda. Pero el ambiente es claramente distinto al que había hace semanas. El propio Puigdemont hablaba el sábado de que se abría una "nueva etapa", dando por hecho, por tanto, que la amnistía sale adelante. También ERC se manifestaba este lunes "optimista".

Peña cree que la votación del 30 de enero abrió un periodo de reflexión para todos sobre la necesidad de una "ley de reconciliación". El deseo de Ferraz es que pase a pleno la próxima semana

Fuentes de la cúpula socialista incidieron en que aprecian más "calidez" en esta ocasión, "algo más de piel" con Junts. Es decir, que Pedro Sánchez acaricia el pacto sobre la ley que cimenta la legislatura y que es la que puede abrirle el paso a los Presupuestos Generales del Estado. En privado, también en Ferraz remarcan que no habrá cambios en lo que afecta el terrorismo: "Dijimos que ahí nos plantamos". Por tanto, lo que cabría esperar es alguna modificación "menor" que no altere la filosofía de la ley, añaden.

¿Por qué entonces Junts va a aceptar ahora una redacción que ya rechazó hace un mes? La cúpula de Sánchez lo atribuye al "golpe" que para los posconvergentes supuso no apoyar el texto, por la reacción de las bases independentistas. Peña explicó que aquella votación del 30 de enero abrió "un periodo de reflexión". "Un periodo de reflexión que nos atañe a todos y espero que, fruto de esa reflexión, el próximo jueves seamos capaces de sacar una ley de reconciliación", que será "buena para Cataluña y para el resto de España" y que servirá para dar carpetazo al procés.

Ferraz querría que, una vez la Comisión de Justicia apruebe el dictamen este jueves, dé el visto bueno el pleno del Congreso la próxima semana, para de ahí remitirlo al Senado, Cámara en la que el PP disfruta de mayoría absoluta y en la que ralentizará los trámites, estirándolos al máximo constitucional, de dos meses. Después, el texto regresará al Congreso para su aprobación definitiva, y eso ocurrirá aproximadamente a finales de mayo, justo cuando arranca la campaña de las elecciones europeas del 9 de junio.

Los socialistas se sienten además respaldados por el borrador de informe de la Comisión de Venecia —órgano consultivo del Consejo de Europa— que se hizo público el pasado viernes, pese a que destacaba varios reparos. Peña subrayó que, aunque hay que esperar al dictamen definitivo de la Comisión de Venecia, el texto preliminar sí indica que "no hay nada extraño en la ley de amnistía, no hay nada ilegal y alegal, nada pernicioso para los intereses de la ciudadanía, casi todo lo contrario". La portavoz aprovechó para pedir al PP que deje de hablar "mal" de España fuera de nuestras fronteras.