Durante mucho tiempo el candidato del PP a la presidencia de la Generalitat, Alejandro Fernández, fue un "verso suelto" y bastante aislado con respecto al resto de las baronías populares. A las malas relaciones internas del partido en Cataluña y la acusación de haber desatendido lo orgánico casi enfrentado con todos, se unía una relación distante con otros líderes territoriales de su partido, lo que se ponía de manifiesto no pocas veces en las reuniones del comité ejecutivo y juntas directivas populares en Madrid cuando coinciden todos.

Quien siempre le fue fiel es Cayetana Álvarez de Toledo, cabeza de lista por Barcelona en las dos elecciones generales de 2019. Su relación personal y coincidencia política es plena hasta el punto de que será la ahora diputada por Madrid y portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Popular la encargada de presentarle en un desayuno informativo del Fórum Europa, tribuna Catalunya, el próximo viernes en Barcelona.

En el entorno del hoy candidato le recomendaron que tejiera alianzas con otros presidentes autonómicos como la madrileña Isabel Díaz Ayuso, el valenciano Carlos Mazón o el aragonés Jorge Azcón, según ha podido saber El Independiente. De hecho, los mismos medios consultados aseguran que alguno de ellos medió para que la balanza se inclinara a su favor "y no abrir una crisis interna ante las buenas perspectivas electorales", que apuntan a una clara recuperación tras bordear hace tres años y medio el abismo del extraparlamentarismo al conseguir sólo 3 diputados autonómicos y ser la octava fuerza política de la región.

Brillante parlamentario y crítico con Génova

A Fernández nadie le niega su oratoria brillante e irónica en la tribuna del Parlament, pero le reprochan internamente no haber sabido dirigir el partido ni mantenerlo unido, además de defender de forma pública y notoria posiciones contrarias a la dirección nacional ya desde tiempos de Pablo Casado. Fue especialmente beligerante con la decisión de Génova de incluir a Junts en la ronda de contactos previa a la sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo, ronda de la que sólo se excluyó explícitamente a EH-Bildu.

"Junts sí es mi rival, un partido cuya tesis esencial es que España es una dictadura dirigida por un rey fascista, con el que se niegan a 'hablar'. Que alguien me diga de qué hay que 'hablar' con ellos…", escribió el 27 de agosto en su cuenta de Twitter. Cuatro días antes el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, había soltado aquello de que Junts “es un partido cuya tradición y legalidad no están en duda”.

Y en diciembre del año pasado Fernández se tomó cumplida venganza: "El tiempo me ha dado la razón, Junts no tiene nada que ver con CiU", dijo en entrevista con este medio. Lo cierto es que esta era una opinión compartida por amplios sectores del Partido Popular, no solo en Cataluña, aunque marcaban distancias con las formas del catalán. En todo caso, son los mismos que abogaban por dejar que encabezara la lista a la presidencia de la Generalitat. "Si hubiera habido una alternativa muy clara, concluyente, un perfil que estuviera incluso por encima de la marca, habría tenido sentido" pero abrir un crisis interna de forma gratuita era un riesgo innecesario, alegan las fuentes consultadas.

Un debate abierto

Sin embargo, el debate sobre el liderazgo de los populares catalanes sigue abierto en canal. Está pendiente de celebrarse el congreso regional y la planta séptima de Génova no abandona la idea de buscarle un sustituto más acorde con los nuevos tiempos de Núñez Feijóo y su "catalanismo cordial", del que reniega Fernández.

En el entorno más inmediato del líder territorial son plenamente conscientes de que la espada de Damocles sigue pendiendo sobre su cabeza, sospecha acrecentada por la rapidez "en que le hicieron la lista electoral. Lo tenían preparado y estudiado", en alusión a las distintas 'familias' que conforman el siempre enrevesado PP catalán, con la anuencia de Génova. Y entre esos nombres, sospechan, está el líder regional que le gusta a Feijóo de cara al futuro del partido.

Apuntan a Manu Reyes, alcalde de Castelldefels y presidente del PP de Barcelona. Es el número dos de la candidatura encabezada por Fernández, quien apenas se le ha dejado margen de maniobra para decidir otros nombres de la lista ni para diseñar su propia campaña, que queda en manos de Dolors Montserrat, quien fuera otra de las opciones manejadas por Génova para el relevo. Feijóo se está volcando en la campaña vasca y, de la misma manera, tiene previsto hacerlo en la catalana. Acudió a la Junta Directiva territorial que eligió a Fernández así como a la presentación de los cuatro cabezas de candidatura.

La importancia del voto catalán

Fue en este acto donde destacó que "cualquier presidente de PP sabe que sin Cataluña no podrá gobernar España". "Mi compromiso con Cataluña es especial y prioritario porque con un buen resultado en Cataluña podremos gobernar al conjunto de los españoles", afirmó ante unas buenas perspectivas electorales que les permitirán recuperar terreno. Además, los populares están convencidos que del resultado de estas elecciones catalanas del 12 de mayo dependerá la duración de la legislatura nacional.