Una entrevista, unas palabras de un candidato, han acabado agitando una campaña vasca que estaba discurriendo en la dormidera, con una tensión bajísima. Las declaraciones en la SER de Pello Otxandiano, el aspirante a lehendakari de EH Bildu, son las que han roto esta recta final hacia las autonómicas de este domingo, 21 de abril. No solo su rechazo a condenar la violencia de ETA, sino sobre todo su negativa a reconocer que fue una organización terrorista. Unas manifestaciones reprobadas con dureza por el PSE-EE, pero de manera muy llamativa y contundente por el Gobierno y desde la Moncloa. Los socialistas, en Euskadi y en Madrid, entendieron que no podían pasar por alto las valoraciones de Otxandiano, que había que poner pie en pared, y que este tropiezo severo, a cinco días de las urnas, puede impactar, en mayor o menor medida, en el electorado. En una triple dirección, creen: amortiguando el ascenso meteórico de la coalición independentista, ayudando a un PNV que está sufriendo como nunca en una convocatoria autonómica y movilizando a los votantes progresistas a favor del PSE, primero, y tal vez a favor de Podemos y Sumar.

Ya hay apagón demoscópico y no se publicarán encuestas que capten el impacto real de las palabras de Otxandiano el lunes por la noche en Hora 25, pero los socialistas estiman, aún con dudas, de que no pasarán en balde. Porque, añaden, no pueden pasar en balde el 21-A. El candidato de EH Bildu se negó a calificar a ETA como banda terrorista. La llamó "grupo armado". "Las consideraciones o las denominaciones pueden ser diversas, la violencia del Estado también puede tener diferentes títulos, pero no creo que esa sea tanta la cuestión. Hay diferentes puntos de vista sobre el GAL, las torturas por las fuerzas de seguridad, ETA". El periodista Aimar Bretos le insistió por qué no llamaba a ETA organización terrorista. "No me parece que esa sea la cuestión fundamental", respondió el número uno de la coalición abertzale, dominada por Sortu, la marca heredera de la antigua Batasuna.

En Bildu quieren mirar todo el tiempo hacia el futuro. Y sí, hay que pasar página, pero habiendo leído primero el libro", asegura una dirigente del PSE

Respondió este martes por la mañana el candidato del PSE, Eneko Andueza —"ETA fue una banda terrorista y el señor Otxandiano demuestra que es un absoluto cobarde. No puedo permitir que esa gente gobierne y mucho menos gracias a nosotros. Yo sé perfectamente dónde estaba el señor Otxandiano cuando yo tenía que ir escoltado"—, y respondió después el propio Ejecutivo de Pedro Sánchez. No reconocer que ETA fue una banda terrorista no solo es "cobarde", dijo la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, "sino un absoluto desprecio por las víctimas, a la sociedad española, a la sociedad vasca", y muestra también un "negacionismo incompatible con la propia historia de nuestro país y con la democracia".

Los trallazos eran claros, muy inusitados en el Gobierno, que hasta ahora no había tenido encontronazos serios con Bildu, un socio que no ha jugado a desestabilizar a Sánchez ni es dado a las performances como Junts. Fuentes de la Moncloa señalaban que las palabras de Otxandiano eran "inadmisibles" y advertían de que si la réplica de Alegría servía para reforzar la posición de Andueza, tanto mejor.

En el PSE estiman que el patinazo del candidato de Bildu ayuda a conmover la campaña, a "elevar" el perfil de una campaña que estaba siendo demasiado plana, anodina y hasta demasiado a favor de la coalición soberanista, sin charcos para ellos. "Y ellos tienen un debe, y Otxandiano lo manifestó en la entrevista. No es que además el resto lo hayamos provocado. Ha sido él mismo", manifiesta un cargo relevante de la federación. Coincide otra dirigente: "Ha llamado la atención porque algunos habían olvidado quiénes son los de Bildu. Y porque cuando eres candidato sabes cuál es tu china en el zapato. Y Otxandiano se enredó, no supo salir. Ellos quieren mirar todo el tiempo hacia el futuro. Y sí, hay que pasar página, pero habiendo leído primero el libro". A los independentistas se les ha "desarbolado" la campaña, resumía un tercer cuadro.

Controlados por Sortu

Los socialistas también defienden que Bildu y su candidato siguen "monitorizados" por Sortu, la formación mayoritaria en la coalición que no deja avanzar ni condenar las cinco décadas de terrorismo de ETA. "Es que Pello dijo que ETA había sido un ciclo político más. Aunque es más joven, tiene los tics de los más viejos. Y si quieres dirigir un país tienes que tener un comportamiento ético irreprochable", sostiene un relevante cuadro socialista vasco.

Hoy [por este martes] han aparecido los fantasmas del pasado, y son ellos los que han metido la duda en campaña. Han sido ellos los torpes", advierte un relevante responsable

Es decir, que lo ocurrido da la oportunidad al PSE para volver a poner contra las cuerdas a Bildu. "Si no quieren condenar el terrorismo y ahora ni siquiera reconocer su existencia, allá ellos. Pero alguna reflexión sobre el apoyo que le dieron a ETA durante 50 años ayudaría a seguir dando pasos adelante", aseguró Denis Itxaso, número uno del partido por Gipuzkoa.

Distintos dirigentes del PSE consultados por este diario anticipan que las palabras de Otxandiano pueden remover una carrera, la del 21-A, que se presenta muy apretada, con Bildu a la cabeza y algo por delante del PNV, según los últimos sondeos publicados este lunes. En la cúpula del PSE recuerdan que hay un 20% de indecisos. Y, según manifiestan varios cargos, pueden influir las declaraciones "inadmisibles" del aspirante independentista en varias direcciones.

Primero, porque puede retraer a parte de los electores que tenían pensado apostar por la coalición abertzale. "Sobre todo a los de más de 30-35 años, que sí han conocido qué era el terrorismo y que ahora pueden ver despejadas sus dudas", sentencia un responsable. Es decir, los votantes "de mediana edad y que sí tienen memoria", conviene otra.

También puede, aseguran en el PSE, ayudar al PNV, hacer que algunos ciudadanos opten por la "contención", que acaben votando "con la nariz tapada" a los jeltzales y a su número uno, Imanol Pradales, para evitar la radicalidad de Bildu. El PNV, creen "está respirando" tras el traspié de Otxandiano.

El tercer efecto que podría producirse, a juicio del PSE, es que aquellos que duden entre una papeleta de izquierdas no nacionalista —la de Andueza, la de Sumar o la de Elkarrekin Podemos— y la de Bildu se acaben decantando por la primera alternativa. "Hoy [por este martes] han aparecido los fantasmas del pasado, y son ellos los que han metido la duda en campaña. Han sido ellos los torpes", valora un cargo del PSE.

Los socialistas defienden, frente al PP, que ellos pactan políticas "sectoriales" con Bildu, pero no gobiernan con la coalición 'abertzale', a la que piden un "recorrido ético"

El PP atacó a su vez a los socialistas. Cuca Gamarra, secretaria general del PP, subrayó que lo "cobarde y la bajeza moral es apoyarse" en los votos de Bildu para "mantenerse en el poder", e insistió en que el hecho de que Otxandiano no condene ETA "no sorprende". "El domingo se vota también en clave moral, porque el lunes Sánchez puede apoyar a Bildu para mantenerse en el poder. No tiene límites, nosotros sí", afirmó.

Desde el Gobierno y desde el PSE se defienden. Separan los pactos con Bildu en materias concretas, en Madrid y en Euskadi, del hecho de gobernar con la izquierda abertzale, que "no sucede". "No hemos cambiado de discurso. Nosotros acordamos con ellos políticas sectoriales, pero siempre les exigimos un recorrido ético que no han completado", indica una dirigente de peso de la federación. Andueza, este martes en el debate en ETB2 con los otros seis candidatos, reiteró una y otra vez que ni gobernará con Otxandiano ni le investirá lehendakari. "Si no cumplo mi palabra, dimito", llegó a decir. El líder del PSE ha mantenido una línea durísima contra Bildu no solo en campaña, sino desde que llegó al liderazgo del partido. Pero es que esa es la doctrina histórica de la federación. Andueza suele repetir, y lo hizo en el debate, que nadie puede darle lecciones porque llevó escolta durante nueve años, en su juventud, y porque vivió de cerca el asesinato de su amigo Isaías Carrasco, en 2008.

¿Cuánto movilizará?

"En el conjunto de España, este tema de las alianzas de Sánchez con Bildu está amortizado, pero aquí estamos ya muy cerca de las elecciones y los ciudadanos prestan atención. Estas cosas pueden tener su impacto", abunda otro responsable. Otros mandos recuerdan de que las generales de julio las ganó el PSE precisamente porque la población vasca "aborrece" la "utilización que hace de Bildu la derecha". Es decir, que el PP, a su juicio, debe medir el nivel de los ataques a los socialistas, porque se puede volver contra ellos. Además, los populares son muy marginales en Euskadi —tienen seis escaños ahora mismo, y su perspectiva es la de asegurar esos diputados o sumar uno más—.

Algunos dirigentes creen que lo sucedido tendrá un gran impacto el domingo, otros estiman que será más limitado

La gran pregunta es si numéricamente la entrevista de Otxandiano puede mover mucho voto. Algunos dirigentes entienden que sí, que esto es un "punto de inflexión", que puede tener una incidencia muy relevante el 21-A. Otros tienen más dudas, porque Bildu "está surfeando la ola de malestar social", y le ha permitido crecer y crecer, aunque admiten que lo ocurrido ha tenido más impacto porque ha saltado a los medios de comunicación nacionales. "Algo puede mover, pero no mucha gente, nada sustancial", comenta por su parte un veterano cargo federal, interlocutor frecuente de Sánchez.

Lo que sí parece claro es que el rechazo de Otxandiano ha elevado los decibelios en la recta final de la campaña. La ha calentado, la ha tensado. La temperatura ambiente asciende. Falta por ver si el resultado de las urnas dista mucho o no de lo proyectado en las encuestas y si el tramo último de este camino del 21-A sigue copado por un tema hasta ahora prácticamente ausente: ETA.