Este viernes los partidos vascos proceden a cerrar una campaña electoral de quince días sin apenas sobresaltos. El PNV, EH Bildu, el PP, Sumar y Podemos concluyen el periodo de reclamación del voto en Bilbao, la capital vizcaína. Solo Vox, que se juega allí su único escaño, lo hará en Vitoria (Álava). El partido ultraconservador ha intensificado allí los actos desde el miércoles para calar entre la sociedad alavesa. Todos los partidos llegan con un papel previo a confirmar el domingo antes de la media noche, que parece orientado hacia una victoria por la mínima de EH Bildu, y un gobierno de coalición, como el actual, entre el PNV y el PSE-EE al solo sumar esa alianza. Son los socialistas quienes tendrían la llave del nuevo Gobierno [ver más detalles, aquí].

Ese escenario, alumbrado el lunes con la última oleada de encuestas con posibilidad de ser publicadas [no se permite, por ley, su difusión en los cinco días previos a las elecciones, para no influir en el sufragio] puede haber quedado trastocado, no obstante, tras la gran polémica de la campaña acontecida el martes: la no calificación del candidato abertzale, Pello Otxandiano, de ETA como "banda terrorista" que ha puesto patas arriba a los rivales. En lugar de ello, afirmó que fue "un grupo armado". Posteriormente, Otxandiano ha dicho que "estamos planteando una película de buenos y malos" sobre este tema. "Y así no se explica lo que ha pasado en este país". "No se trata de condenar", considera, sino que lo que hizo ETA "entra en el campo semántico de como calificamos a cada cual". También la agresión con un espray de pimienta a Imanol Pradales durante un mitin puede beneficiar al PNV o que la Audiencia Nacional haya abierto la causa contra Arnaldo Otegi por el asesinato de Hergueta.

Otxandiano ha activado en el cierre de campaña el marco de ETA, tras apostar por una propuesta social centrada en la Sanidad, entre otros temas"

EH Bildu ha hecho una campaña muy técnica y centrada en cuestiones sociales como la Sanidad o la Vivienda, evitando asuntos como la independencia vasca. Y ETA ha pasado de puntillas en algunos argumentarios, como los de Vox. Pero el desliz de Otxandiano ha activado ese marco con notoriedad. El PNV busca el voto útil dentro del PP para hacer frente a una victoria de EH Bildu. Lo mismo pasa con el PSE-EE, que busca concentrar voto de izquierdas como nicho útil. El PP denuncia los acuerdos del PSE-EE para aspirar al voto constitucionalista. Sumar se reivindica contra ETA para retener electores jóvenes atraídos por ese perfil de Otxandiano centrado en lo social, la mujer o lo verde; y los de Santiago Abascal, sacan pecho nacionalista y atacan al PP por estar dispuestos a negociar con los jeltzale de necesitarles estos. Podemos no ha entrado en la polémica.

Prácticamente, en esta quincena de campaña, apenas se han movido las cifras. Si se tiene en cuenta todas los sondeos publicados en el mes de abril, desde la previa al inicio de la misma el día cinco y la última por la tarde del lunes día 15, el resultado que se arroja es el mismo: ganaría EH Bildu con 29 escaños (34,22%); le seguiría el PNV con 28, aunque ganaría en porcentaje con el 34,65%; en tercer lugar los socialistas con diez (13,12%); el PP quedaría cuarto con siete representantes (8,27%), y cerraría el nuevo Parlamento Sumar, con uno (3,06%). Vox (1,97%) y Podemos (2,33%) se quedarían como fuerzas extraparlamentarias. A continuación se muestra la evolución de los partidos según las encuestas publicadas en abril:

Si comparamos esa media y la última oleada de encuestas con la apertura de campaña, con los primeros estudios elaborados días antes, se aprecia entonces un empate inicial entre PNV y EH Bildu en 28 escaños y con una diferencia en porcentaje, respectivamente, de 35,16% frente al 33,44%. Es el PSE-EE quien opta a los 11 escaños con el resto de fuerzas en la misma situación. El PP unas décimas por arriba, a destacar.

El reparto del Parlamento vasco al que apunta la próxima legislatura difiere especialmente en cuanto a EH Bildu y el espacio confederal. El PNV perdería tres cargos, ganaría ocho los abertzale, se mantendrían los socialistas, sumarían uno más los populares y Sumar debutaría, pero el espacio de la izquierda no nacionalista cedería cinco puestos. Está es la comparativa.

Lo que se juega cada partido

Vista la evolución de la intención de voto y esbozado el contraste de Parlamento que puede darse tras la cita electoral, es fundamental remarcar que tienen en juego las principales formaciones con opción a representación.

El PNV es el partido que más se la juega. Especialmente en lo que respecta a su hegemonía como principal grupo vasco frente al auge de EH Bildu. Sobre la media, se refleja que, pese a verse superado en un escaño, seguiría teniendo más apoyo en urnas. Los jeltzale afrontan este proceso con un candidato desconocido [alrededor de la mitad de los consultados lo identifican, como a Otxandiano], lo que supone un reto ya que históricamente se ha presentado a alguien muy vinculado por el público con la marca. Se apuesta, además, por un perfil joven. Al margen del dominio territorial, está en disputa la Lehendikaritza, que solo han perdido entre 2009 y 2012 por el pacto entre socialistas y populares.

Eneko Andueza, secretario general del PSE-EE, tiene el reto de mejorar o al menos igualar los resultados de su antecesora, Idoia Mendía. Aspira a ser determinante en la constitución del nuevo Gobierno junto al PNV, y poder seguir influyendo en las políticas autonómicas. El veto ha sido impuesto a EH Bildu. Que podrían gobernar con su respaldo. Otra opción es que se pueda llegar a un acuerdo con el PNV, aunque, en estos momentos, los de Andoni Ortuzar no lo contemplan. Piden el respaldo para evitar que sean influyentes, con todo. En el caso de los abertzale, buscan dar un vuelco histórico e inédito en País Vasco, pasados trece años del fin de ETA.

Hay un segundo plano de objetivos en estos comicios. El PP, por ejemplo, no quiere ponerse techo. Busca aprovechar las horas bajas de Vox y la no participación de Ciudadanos, pero también el descontento con el PSOE para beneficiarse como referente constitucionalista. En definitiva, reforzar su imagen en un escenario difícil para los populares. La premisa es que sin un buen resultado en Euskadi y Cataluña, Feijóo no llegará a la Moncloa.

Vox quiere salvar los muebles en Álava, una presencia, pese a todo "testimonial", según Abascal, pero que les permite estar dentro del debate pese a no influir en las políticas. Y Podemos tiene el reto de conseguir poner en valor su acción en la legislatura frente a Sumar para no desaparecer. Sería más grave perder de golpe seis escaños. El partido de Yolanda Díaz aspira, pese a todo, a uno. El deseo es entrar para asentar el proyecto y la repercusión de lograrlo o no tendrá más importancia en Madrid en torno al liderazgo de la vicepresidenta segunda. Hay un voto a ese espacio que en un tercio ha ido a EH Bildu.

Transferencias de voto

Si se tienen en consideración las transferencias de voto previas al inicio de campaña y las últimas, se deduce que [observando el sondeo de SigmaDos antes y durante la campaña, cercano a los de 40dB]:

  • PNV: La campaña no le ha servido para retener más voto, solo ha aumentado muy ligeramente ese aspecto. No cierra las fugas a EH Bildu, en torno a seis puntos similares. Si retiene más votante que iba hacia el PP y coge voto popular que antes no cogía. Unos cinco puntos de media. Y cuenta con menos indecisos. No saca más abstencionistas. Los mismos uno de cada diez previos.
  • EH Bildu: Pierde algo de retención: del 89,3% al 87,7%, según la primera demoscópica. Reduce ligeramente indecisos, eso sí. Pasa del 7,7% al 7%. Quita 1,8% más al PSE-EE y pasa de absorber del 19,8% al 28,1% del espacio de Elkarrekin-Podemos.
  • PSE-EE: Se afianza entre los suyos, del 68,3% al 70,2%. Quita cuatro décimas más a Podemos, el 5,4.
  • PP: Se mantiene estable y gana más confianza de voto, pero nada destacable.
  • Sumar: Baja retención en el espacio confederal, del 29,3% al 21,8%.
  • Podemos: Pierde menos, del 21,5% al 20,9%, pero solo le queda una quinta parte del espacio constituido en 2020.
  • Vox: Duplica las fugas al PP, del 7,3% al 14,5%.

Pradales y Otxandiano han sido los únicos candidatos mejor valorados en la campaña, por encima del aprobado, en torno al 5,2 y al 5,5 sobre diez. Por debajo, con el aprobado raspado han estado Andueza y Maite Gorrotxategi, entre el 4,5 y el 4,9. Algo por debajo Alba García. Y por debajo del 3,5 está Javier de Andrés, del PP, y Amaia Martínez, de Vox, por debajo del dos. Los líderes del PNV, EH Bildu, PSE-EE y Podemos son los más reconocidos por el público, y Pradales es el preferido por los votantes para ser lehendakari. Son datos de 40dB y SigmaDos.