En la dirección del PSOE y en el Gobierno no acaban de entender los últimos movimientos de Yolanda Díaz. Su empeño por marcar distancias con ellos, que atribuyen al momento electoral, a su pugna encarnizada con Podemos de cara a las europeas del 9 de junio. No gustó que el martes Sumar votara en contra de la toma en consideración de la ley para la abolición de la prostitución, pero lo que sí ha generado más irritación en el ala socialista del Ejecutivo es que el socio minoritario vaya a votar este jueves en contra de la reforma de la ley del suelo, un proyecto salido directamente del Gobierno del que forma parte, no de los grupos parlamentarios. Algo que no ocurrió en la legislatura anterior, pese a que los morados tendían a ejercer presión sobre el PSOE haciendo ruido, llevando sus discrepancias a los medios. Los socialistas pueden cerrar así una semana parlamentaria con dos derrotas contundentes: la primera, al ver tumbada una de sus iniciativas estrella, el castigo al proxenetismo, y la segunda, si cae a la primera de cambio la ley del suelo, de contenido económico y "técnico", si el PP opta por no ayudar a Pedro Sánchez. En ambos casos, con el concurso de Sumar.

Este jueves, el pleno del Congreso debate las enmiendas de totalidad a la reforma del proyecto de ley del suelo, las presentadas por Podemos, ERC y Junts. Sumar confirmó este martes que las respaldará, de modo que para que la iniciativa siga su tramitación parlamentaria los socialistas necesitan que el PP se alinee con ellos. Es decir, que el voto de Sumar no es decisivo, porque al oponerse los socios parlamentarios del Gobierno la única manera de salvar el texto pasaba por el apoyo o abstención del PP. Y la dirección de Alberto Núñez Feijóo, aunque no ha confirmado el sentido de su voto, está dando a entender que no lo avalará porque se queda "coja" y para no brindar una victoria a Sánchez a escasas horas del arranque de la campaña de las europeas. Para propinar un golpe al Ejecutivo, tendrá entonces que respaldar las enmiendas de totalidad de Podemos, Junts y ERC, que se votarán de manera conjunta, al ser las tres de devolución.

No nos parece bien que Sumar vote en contra de un proyecto del Gobierno, aunque es verdad que su voto no es decisivo. Argumentan eso en Sumar y también la campaña europea", explican desde el círculo de confianza del presidente

"No nos parece bien que Sumar vote en contra de un proyecto de ley del Gobierno, aunque es verdad que su voto no es decisivo. Ellos lo que nos argumentan es eso, y también se remiten a la campaña de las europeas, su competencia con Podemos. Pero nos ha molestado", apuntan desde el círculo de confianza del presidente. En la dirección del partido achacan lo ocurrido también a la falta de dirección de Díaz de su propio espacio. Y coinciden en que la lucha fratricida con los morados el 9-J complica todo. "¿Qué hacemos con Yolanda?", se pregunta un miembro de la cúpula federal. La respuesta es que tras las europeas el espacio a la izquierda del PSOE deberá reordenarse, una vez que Sumar y Podemos se hayan medido en las urnas.

Si no hay giros de última hora, por tanto, será la primera vez que un proyecto de ley emanado del Gobierno —aquí está la clave— es rechazado por el socio minoritario de la coalición a su paso por el Parlamento. Hasta el punto de que decae en su primer trámite en el Congreso. De ahí que el gesto no haya gustado nada en el PSOE, por mucho que quien tenga la sartén por el mango sea el PP.

En la pasada legislatura, pese a las constantes fricciones que tuvieron socialistas y morados, estos no llegaron nunca a hacer peligrar ningún proyecto redactado por el Ejecutivo. El momento de mayor riesgo se produjo en mayo de 2022, cuando el PSOE arrancó la abstención del PP al proyecto de ley audiovisual, y eso alejó a Unidas Podemos que, pese a su disconformidad, se situó en la abstención. La norma salió adelante y pudo continuar su tramitación en el Senado. Y en 2023, los morados acabaron respaldando la ley de bienestar animal —también nacida en el Gobierno, en concreto del Ministerio de Derechos Sociales que dirigía Ione Belarra, líder de Podemos— pese a que los socialistas habían introducido una enmienda para excluir a los perros de caza. En la reforma de la ley del sí es sí, PSOE y Unidas Podemos votaron distinto también, pero aquella era una proposición de ley registrada por el Grupo Socialista, no por el Gobierno. Vio la luz gracias al apoyo del PP.

En la pasada legislatura, Unidas Podemos no llegó a votar en contra de una norma salida del Gobierno. Sí se abstuvo con la ley del audiovisual

Lo que puede ocurrir este jueves en el Congreso, por eso, puede ser excepcional: que el socio minoritario de la coalición vote directamente en contra de un proyecto del Ejecutivo, que aprobó el Consejo de Ministros el pasado 26 de marzo a iniciativa de la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez. Si el texto es tumbado, será devuelto al Gobierno. No dará más pasos en las Cortes.

En el círculo de confianza de Sánchez no ocultan, por tanto, su malestar, su cabreo con Sumar, aunque admiten que las heridas no irán a más precisamente porque si el proyecto de ley pasa o no su primer corte será por el PP. Y era así casi desde el principio, porque los de Díaz mostraron su disconformidad con la redacción de la reforma desde el primer momento. El martes pasado, la portavoz adjunta del grupo, Aina Vidal, confirmó su apoyo a las enmiendas de Podemos, ERC y Junts, su rechazo al texto impulsado por Vivienda por "inoportuno", porque está "fuera de lugar" ya que abre las puertas al "pelotazo urbanístico". Su homólogo socialista, Patxi López, instó al grupo confederal a dejar tramitar la ley y presentar después enmiendas parciales para modificar los aspectos que crean necesarios, como se ha hecho "siempre" entre los aliados.

Dos modelos distintos

La propia Díaz argumentaba este jueves que la reforma de la ley del suelo, tal y como está redactada, permitiría que "muchos de los escenarios que hemos conocido hasta este momento en nuestro país, no solo de especulación, sino de corrupción, se puedan producir con mayor rapidez". "No compartimos el dibujo de la política urbanística que quiere hacer el PSOE con esta ley del suelo y tampoco compartimos las formulaciones administrativas que están haciendo con los cambios legislativos para que las anulaciones, las nulidades y los planes generales de ordenación urbana no irroguen las consecuencias que la legislación administrativa tenía hasta este momento", explicó.

Los socialistas esgrimen que la ley es meramente "técnica" y que la reforma nace sobre todo a iniciativa de la FEMP, y persigue dar "seguridad jurídica" y evitar que errores menores conlleven la paralización de planes urbanísticos

La vicepresidenta segunda restó importancia a que Sumar vaya a votar en contra de una iniciativa del Gobierno del que forma parte porque está "pactado" con el PSOE. Su formación, insistió, no comparte el modelo de la "especulación y de la construcción sin límites".

Esas razones en absoluto convencen a los socialistas, para quienes este proyecto de ley es meramente "técnico". Argumentan que esta reforma nace sobre todo a iniciativa de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que lidera una alcaldesa del PP (la de Jerez), y también por la presión de las comunidades autónomas y el sector inmobiliario, que demandan desde hace años esta modificación legislativa para reducir trabas burocráticas y agilizar la aprobación de los planeamientos urbanísticos por las corporaciones locales. La reforma consigue, esgrimen, dar "seguridad jurídica" y evitar que los errores menores de carácter formal que sean subsanables puedan conllevar, como ocurre ahora, la nulidad de los instrumentos de ordenación territorial y urbanística. También creen que ayudaría a fomentar la vivienda en alquiler asequible y social. En el círculo de Sánchez asumen que, pese a que el contenido de la ley es compartido por el PP, es muy tentador para Feijóo infligir una derrota al presidente a horas de que comience la campaña del 9-J. "No nos fiamos", recalcan.

El propio Feijóo, en una entrevista en La linterna, en la Cope, deslizaba ese no: antes de decidir el voto, despachará con la diputada responsable. "Pero cuando un Gobierno no es capaz de aprobar sus proyectos de ley, es muy difícil que una oposición, sin dialogar con ella, sin pactar con ella, sin consensuar con ella y sin estudiar con ella los textos, podamos aprobar algo que nosotros no hemos hecho". "El Gobierno está roto", diagnosticó.

Sumar subraya que el 'no' a la ley del suelo estaba "pactado" con el PSOE. El socio mayoritario esgrime que ni siquiera salió en la reunión de la comisión de seguimiento de la semana pasada

En el equipo de Sánchez cuentan que en el Consejo de Ministros en el que se aprobó el proyecto de ley Sumar sí mostró su oposición al texto, pero "no dijeron que iban a votar en contra de la ley". Y niegan que el voto en contra en el pleno de este jueves estuviera "pactado" entre los dos socios. Es más, añaden, ni siquiera los de Díaz lo plantearon en la reunión, hace una semana, de la comisión de seguimiento del pacto de gobierno.

Los socialistas diferencian la votación de este jueves, muy importante porque afecta a un proyecto del Gobierno, de la del pasado martes, cuando Sumar votó en contra de la proposición contra el proxenetismo. El texto se frenó en seco porque el PP también lo rechazó, pese a que dos años atrás, en 2022, sí respaldó el mismo texto en el Congreso.

En la cúpula de Sánchez reconocen que "sí estaba pactado" con Sumar que el Grupo Socialista presentaría la proposición, aun sin consenso con su socio. "Lo que no estaba pactado es que ellos votaron en contra —explican—. No lo quisieron meter en el acuerdo de gobierno porque no compartían la iniciativa y porque tienen el corazón partido ahí, entre quienes en Sumar son abolicionistas y quienes son partidarios de regular la prostitución. Ellos no sabían entonces cuál sería la decisión final del grupo parlamentario. Es decir, nosotros avisamos de que íbamos a meter la proposición y ellos no nos anunciaron el sentido de su voto porque en ese momento no lo tenían claro".

Respecto a la abolición de la prostitución, sí estaba consensuado, dicen en el PSOE, que ellos presentarían la propuesta, "pero Sumar no anticipó el sentido de su voto" cuando se pactó el acuerdo de gobierno

El PSOE tiene muy aquilatada, desde hace años, su posición: es totalmente partidario de abolir la prostitución. El propio Sánchez asumió el compromiso de llevar la iniciativa al Congreso en la pasada legislatura, aunque no se pudo culminar por el adelanto de las generales, y tras ser investido de nuevo presidente, reiteró su promesa, que asumió la ministra de Igualdad, Ana Redondo. Es una cuestión medular para el partido.

De la mano del PP

Pero tanto en el pasado mandato como en este los socialistas eran conscientes de que para lograr sacar adelante su propuesta de endurecimiento de las penas por proxenetismo necesitaban el apoyo del PP, dada la división a su izquierda entre abolicionistas —lo son claramente en IU, por ejemplo— y regulacionistas —los comunes, como lo son ERC o Junts—. Tuvieron ese respaldo de Génova en la toma en consideración de la proposición en 2022, pero los populares giraron el pasado martes y pasaron al no, aduciendo un "indigno uso y abuso del feminismo con fines electorales". Pero más dura fue incluso la portavoz de Sumar, Gala Pin, que acusó a los socialistas de "populismo punitivo" y de hacer un "uso electoralista de la vida de las mujeres que ejercen prostitución".

Los socialistas querrían recuperar su ley contra el proxenetismo para más adelante, para cuando tenga los apoyos, pero debería ir "por su carril", no incluida en la futura ley de trata

El PSOE niega los reproches de electoralismo, y se escuda en que cuando tenía cupo en el Congreso para defender su iniciativa era en el pleno del pasado martes, 21 de mayo. "Tenemos cupo cuando tenemos cupo. Entonces, si todo ya es electoralista, pues que esta semana no hubiéramos tenido pleno en el Congreso", responden fuentes próximas al presidente.

Los socialistas querrían recuperar su ley abolicionista de la prostitución más adelante, cuando tenga los apoyos suficientes para prosperar. Entienden que la propuesta ha de ir "por su carril", no incluida dentro de la futura ley de trata que está elaborando el Ministerio de Igualdad.

Los ministros de Agricultura, Luis Planas (i); Política Territorial, Ángel Víctor Torres (c), y de Vivienda, Isabel Rodríguez (d), asisten al pleno del Congreso de este 22 de mayo de 2024. | EFE / CHEMA MOYA

La derrota del martes, la primera para el PSOE en lo que va de legislatura, ya fue un duro golpe, que se puede agrandar si este jueves decae la reforma de la ley del suelo. En la Moncloa insisten en que la relación con sus socios está "muy bien", que la coalición goza de "buena salud", afirmación que comparte Díaz y que expresó ella misma el pasado martes, cuando ante los periodistas sostuvo que siempre la encontrarán "cuidando y protegiendo" la coalición progresista.

No entendemos qué pasa con ellos. Hay que situar todo en su guerra con Podemos en estas europeas", indica un integrante de la cúpula federal

Pero en el PSOE, sin embargo, admiten su frustración y el desconcierto por la actitud de Sumar. "No entendemos qué pasa con ellos. Hay que situar todo esto en su guerra con Podemos en estas europeas", señala un miembro de la ejecutiva. Y es que el 9-J es la batalla clave para ambas formaciones. Los de Díaz, con la activista Estrella Galán como candidata, aspiran a conseguir cuatro eurodiputados, mientras que los morados, que presentan como cabeza de cartel a la exministra Irene Montero, están convencidos de que pueden conseguir uno o dos escaños. Unidas Podemos tuvo seis asientos en los comicios de 2019. Sumar y Podemos quieren medir sus fuerzas en estos comicios después de encadenar ambos malos resultados en las gallegas y en las vascas.

"¿Qué hacemos con Yolanda?", se pregunta el cargo citado de la ejecutiva socialista. En Ferraz son conscientes de que necesitan un espacio a su izquierda fuerte y estructurado para que la coalición tenga opciones de repetir tras las siguientes generales. Porque en las europeas todos los votos son válidos, al ser España una única circunscripción, pero en las legislativas el sistema electoral y los distritos provinciales castigan la división. La cúpula de Sánchez ya lanzó el mensaje tras las elecciones vascas en las que Podemos no sacó ni un escaño y Sumar tuvo que conformarse con solo uno: Díaz tiene que hacer una "reflexión". Tras el 9-J puede que ese momento llegue.