Jaime Paz Zamora (Cochabamba, 1939) es un observador de excepción de la realidad boliviana. Está "preocupado" por el proceso que afronta Bolivia, que este domingo celebra las primeras elecciones en las que no figura Evo Morales en la papeleta desde 2002. Entonces no ganó, pero si lo hizo en 2005. Siguió en el poder hasta noviembre de 2019, cuando salió de Bolivia tras las protestas en las calles motivadas por las acusaciones de fraude por parte de su gobierno.

Paz Zamora desempeñó un papel muy relevante en el proceso hacia la democracia de Bolivia, como vicepresidente (1982-1984) y luego como presidente del país (1989-1993). Lideraba el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR), partido que apoyó a Evo Morales cuando fue elegido por primera vez diputado en 1997. Evo luego proscribiría la formación.

En plena campaña electoral en 1980 sufrió un atentado: la avioneta en la que iba a desplazarse se estrelló envuelta en llamas. Fue el único que se salvó pero su rostro y su cuerpo quedaron marcados con quemaduras.

Habla con El Independiente en vísperas de la primera vuelta de la elecciones presidenciales desde su casa de campo en Tarija donde pasa el confinamiento de la pandemia. Son unas elecciones que se han venido postergando debido al coronavirus.

En esta ciudad es alcalde su hijo Rodrigo Paz Pereira, nacido en Santiago de Compostela, que se postula como primer senador de Tarija. Jaime Paz Zamora considera que Evo Morales pasará a la Historia como un presidente huido y aboga por un gobierno de concertación nacional como salida al proceso que arrancó con la salida de Evo del poder.

Pregunta.- Usted fue testigo de cómo se recuperó la democracia en Bolivia y ahora lo que se percibe es una gran polarización. ¿Viene de atrás o hay más después de los gobiernos de Evo Morales?

Respuesta.- Efectivamente fui vicepresidente del primer gobierno democrático y luché antes contra los militares porque lo que había en Bolivia era el golpismo civil militar desde la fundación de la República. Formo parte de la generación de la democracia en Bolivia. De alguna manera se parece el fondo del problema a lo que pasa en España, donde hay tendencias que están contra lo que fue la transición, critican la transición. En Bolivia después de tanto golpismo civil-militar, había partidos que habían formado parte de eso, y para nosotros la izquierda fue duro tener que empezar a convivir. Yo llegué desde la clandestinidad... Hubo una convivencia en la etapa del neoliberalismo y el gobierno fue víctima de los organismos financieros internacionales.

Evo llegó al Parlamento con el apoyo del MIR en 1997. Venía de la zona cocalera, con una mezcla de trotskismo, anarcosindicalismo... Es meritorio que Evo Morales liderara, pero fue más meritorio que el establishment lo eligiera. Evo, que en realidad es un mestizo no es indio y no habla lenguas indígena, fue elegido por todo un país, un país que estaba preparado para dar ese paso. Después de 25 años se sentía que la democracia boliviana necesitaba más pulmón, la participación de sectores indígenas importantes.

La decepción con Evo viene cuando dice que la separación de poderes es cosa del imperialismo y alude a que no dejarían nunca más del poder

Yo voté por Evo la primera vez. Me parecía que era un paso que la democracia tenía que dar. La decepción viene después cuando salen discursos raros como eso de que la separación de poderes es una cosa del imperialismo, y empezara a eliminar la separación de poderes. Y a aludir a que si habían llegado era para no irse nunca más. Fue enervando al país. Hizo una consulta en 2016 para ver si podía seguir y salió el no. Pero insistieron con una maniobra en la justicia. Quería la presidencia perpetua. La situación fue así deteriorando.

Le tocó la época de mayor abundancia de dinero. El despilfarro y la corrupción fue brutal. Y como nunca operó el narcotráfico. Los recursos fueron abundantes.

P.- ¿Evo polarizó al país?

R.- Cuando queríamos que integrara al país, hubo polarización. Unos intelectualoides que vinieron de España, y cuyo nombre no mencionaré, trajeron la idea de la Bolivia plurinacional, cuando Bolivia es pluriregional. Como es España. Trajeron el elemento plurinacional e hicieron una Constitución en la cual nacía un Estado plurinacional en base a la raza, la cultura, la religión.. Querían hacer un califato, como lo que hacía el ISIS en el Medio Oriente. Por eso le he llamado a Evo "califa" porque hacía "un califato a nuestra manera". Se dio una especie de ruptura al hablar de indios y blancos. El tema racial polarizó enormemente la política.

P.- Usted ha sufrido la violencia en primera persona. ¿A qué se debe tanta violencia en la política boliviana?

Hay temor a que no gane Evo Morales y pueda surgir una movilización de cocaleros, sindicatos, campesinos...

R.- Hoy en día no hay más violencia que en Chile. Se está exagerando lo de Bolivia. Una violencia es la que vivimos en la clandestinidad contra las dictaduras militares. Aquí pueden encontrarse dos caravanas de propagandistas contrarios y hay manoteos. Pero hay un cierto temor a que puedan salirse las cosas de control dependiendo de qué resultado pueda darse. Sobre todo se teme que no gane Evo Morales y pueda surgir una movilización de los cocaleros, de los sindicatos, de las organizaciones campesinas...

P.- Usted ha aludido a Evo Morales pero no está en la papeleta. ¿Quiere decir que es en realidad Evo Morales quien compite el domingo por el Movimiento al Socialismo?

R.- Sí. Es interesante que al que puso de candidato, Luis Arce, que fue ministro de Economía de Morales, vuelve a ser de esos intelectuales que hicieron la democracia. Es catedrático de Universidad, es blanco. Y ponen a un mestizo de vicepresidente [David Choquehuanca]. Sin lugar a dudas hasta ahora Evo Morales es la figura que está por encima de todo dentro del MAS, aunque hay ciertas voces que empiezan a hablar de manera independiente. Si gana el partido de Evo Morales, si quiere entrar aquí, ha de pasar por la Justicia. Y si no gana el partido de Morales se quedará en el exilio y habrá que ver aquí cómo hacer un nuevo sistema político.

Si no gana el MAS, no deberíamos temer que el MAS pueda estar involucrado en un gobierno de unidad nacional

Morales deshizo el sistema político anterior. Si no gana el MAS, no deberíamos temer que el MAS pueda estar involucrado en un gobierno de unidad nacional. La transición viene con el gobierno que se elija. Y este gobierno ha de tratar de convocar un gobierno de unidad nacional, incluido sector del MAS que quiera sumarse, para que recomponga muchas cosas y muestre otra perspectiva del país.

P.- Santa Cruz adquirió mucha relevancia en las protestas contra Evo Morales. La riqueza se instala en este norte simbólico (es el este en realidad), frente al sur más pobre, y el oeste de La Paz. Se aferran a su riqueza sin muestras de solidaridad.

R.- Bolivia es un país de regiones. Cuando se terminó la colonia, quedaban en Bolivia regiones aisladas y con su autogobierno en realidad. En el sur estaba lo más fuerte con la mina Potosí que era un poder económico. Con Tajira y Chuquisaqua somos árbitros neutrales de una rivalidad entre Oriente (Santa Cruz) y Occidente (La Paz).

En la democracia se ha ido construyendo mucha infraestructura para que Bolivia dejara de ser un país de regiones aisladas.

Santa Cruz, por una parte, hay una actitud parecida a la que hay en Barcelona. En Venezuela lo llamarían los Llanos, distinto a la zona andina. Culturalmente hay mucha diferencia y esto está convergiendo en la política. La división del sector democrático se ha hecho bajo la consigna de que hace falta un presidente cruceño, de Santa Cruz, no como Mesa, que es de La Paz. Desde el punto de vista económico es una verdadera locomotora del país, sobre todo en agricultura moderna.

Si algo mal hizo Evo es no construir una estructura económica propia. El 80% de los trabajadores bolivianos son informales. Con tanta plata del gas, hidrocarburos... Es mi principal reproche a Evo. Pero Santa Cruz es un crisol, hay trabajo y movimiento, dentro de 30 años el modelo cruceño boliviano será el que se imponga. No podría decirte cómo es el boliviano. Pero se está construyendo en Santa Cruz donde se está dando una amalgama.

P.- Precisamente el candidato cruceño, el llamado Macho Camacho, es un político que puede asimilarse a Trump. ¿Por qué su mensaje, tan radical, tiene tanto éxito?

R.- Es un personaje, muy joven, algo que está bien, pero con una vida personal muy desordenada. Para la política se vuelve evangelista y con rosario, pero para su vida personal no tanto... Lo que sí se enganchó en el comiteísmo cívico. En la etapa militar surgió esta fórmula porque no había parlamento. Camacho era presidente del Comité Cívico. En 21 días logró un liderato evidente en Santa Cruz (en las protesta contra Evo Morales a finales de 2019). De ahí surgió esa reivindicación de un candidato cruceño.

[En la derecha compiten dos candidatos, Carlos Mesa, más moderado, y el Macho Camacho, más extremista. En las encuestas figura en cabeza el candidato pro Morales, Luis Arce, con un 42% de los votos y Carlos Mesa tendría un 33%, y Luis Fernando Camacho, un 16%. Para evitar la segunda vuelta un candidato ha de contar con más del 50% o más del 40% y diez puntos de ventaja sobre el segundo en liza].

P.- Después de tantos años de Evo Morales en el poder, aún siguen teniendo en torno a un 40% de apoyo popular.

R.- La situación económica del país no es ninguna tragedia. Si algo hizo Evo Morales es derrochar el dinero en medidas populistas, pero con Arce se preocupó de que no haya hiperinflación, ni déficit, paridad monetaria, que no crezca la deuda externa... Mucha gente va a votar por Evo por quién es él. Hay una mayoría en Bolivia que no es que sea más india que otro. El país más indio es México, luego Ecuador y Guatemala. Aquí hay distintos tipos de mestizaje, uno indiado y otro mestizaje blanco. Cuando estaba de presidente, un campesino de esta zona me dijo: "Presidente, yo me parezco más a Evo Morales que a usted". Interesante. Tiene razón.

Dentro de las limitaciones de la pandemia, en el tema económico hay posibilidades de llevar un manejo bueno. Y se va a mantener la tendencia de que el mestizaje blanco va a votar en una dirección y el indiado en otra. Pero Evo Morales no es indio, es mestizo, tiene cara de indio. Su lengua materna es el castellano. Expresa bien lo que quiere decir ser indio en Bolivia.

P.- Su vicepresidente, Alvaro García Linera, no está en la papeleta.

R.- Es un hombre muy odiado en Bolivia y aparece como un paracaidista en el partido de Evo. Se lo ubica como parte de esos mestizos blancos que gobernaron en nombre de los indios estos 14 años. Los hombres que puso Evo son buenos, es una buena candidatura.

P.- ¿Qué imagen tiene Podemos en Bolivia?

A los líderes de Podemos se les ve como amigos de Evo. Han estado aquí muchas veces, también en la zona de producción de coca

R.- Se los conoce como amigos de Evo. Han estado muchas veces, incluso en el Chapare, en la zona de producción de cocaína. He visto que han llegado observadores de Podemos. He escuchado a uno de ellos que decía que aquí había un gobierno de facto y que hubo un golpe. Pero si algo ocurrió es que Evo se escapó y alguien tendrá que escribir sobre el famoso avión mexicano en el que se sube Evo... Pasará a la Historia como un presidente huido, nadie lo echó.

P.- ¿Qué futuro le espera a Evo Morales? ¿Debería quedarse en el exilio?

R.- Evo tenía 1.500 exiliados. Tendría que negociarse su situación porque tiene muchos problemas pendientes con la justicia.

P.- ¿Cómo es la relación con el gobierno español, está muy mediatizada por la presencia de Podemos?

R.- Ante algunos sectores sí. También por algo que el presidente Sánchez hizo. Vino a Bolivia y Evo lo recibe en la zona de producción cocalera. No hay hostilidad hacia España. Ahora mismo que ha pasado el Día de la Hispanidad, en Bolivia no hubo escándalos como en otros lugares.

P.- ¿Cuál es su previsión? ¿Reconocerán los resultados?

R.- Todo da a entender que habrá una segunda vuelta. Las divisiones de los sectores democráticos se unirán en una segunda vuelta. Los candidatos de Evo Morales podrán ganar por unos pocos puntos. Pero hay un 17% de gente que no dice por quién va a votar. El masista sí lo dice. Los abstencionistas probablemente no sean del MAS. El candidato del centroderecha, Carlos Mesa, no es un candidato atractivo. Atrae votos en contra del MAS. Tendrá que estirar una mano hacia el lado del MAS. Pero, ¿y si gana el MAS? ¿Le habrá servido al MAS como una reflexión para darse cuenta de que tiene que abrirse, que buscar puentes? Lo que está claro es que no tendrá mayoría absoluta en el Congreso.

P.- ¿Le preocupa que haya violencia tras conocerse los resultados?

R.- Hay preocupación porque hay grupos fanatizados en el lado de Evo Morales que están saliendo a bloquear caminos y ahí no queda otra que salga la policía y el ejército a desbloquear. El ejército se ha portado de manera ejemplar. Lo que pasó en Bolivia es algo nuevo en América Latina. No ha sido un golpe. El alto mando siguiendo su propia ley orgánica, el artículo 20, sugirió a su nivel superior, el presidente, sobre la situación y le sugirieron que se fuera. El presidente todavía podía destituirlos, pero no lo hizo porque se dio cuenta de que el país entero lo exigía.

Las mujeres por primera vez están muy presentes en la vida política

En esos bloqueos las mujeres eran las principales agitadores. Las madres, las hijas, las abuelas, estaban en las avenidas y daban refrescos. Es un fenómeno al que nadie da relevancia. En la historia de Bolivia es la primera vez en la que la mujer está tan presente en la vida política. También se ve en las candidaturas. La mujer tiene un papel central.

P.- ¿En qué papel se ve usted?

R.- Yo no podría participar, ni Rodrigo, el alcalde, mi hijo, porque mi partido perdió su personalidad jurídica. Rodrigo está integrado en un partido local, Primero la Gente. Probablemente se convertirán en partido nacional. Si yo pudiera jugar un rol de tender puentes, lo haría. Si puedo ayudar a calmar el país, lo haría.