El Convoy de Libertad empezó como una protesta de camioneros canadienses contra la vacunación obligatoria y otras restricciones por el coronavirus pero se ha transformado en una rebelión, alentada por el ex presidente Donald Trump desde EEUU, contra las medidas sanitarias impuestas por el gobierno del primer ministro, Justin Trudeau.

De momento, Trudeau, que ha estado aislado por coronavirus, ha descartado enviar al Ejército. "Hay que ser muy cuidadosos en estos momentos", dijo el primer ministro canadiense, quien ha dejado en manos de la policía la interlocución con los camioneros, que llevan más de diez días de protestas en las que han bloqueado la capital.

El alcalde de Ottawa ha declarado el estado de emergencia en Ottawa, la capital de Canadá, donde los camioneros han bloqueado el centro. Jim Watson ha pedido apoyo a otras jurisdicciones para atajar la crisis. A su juicio, los manifestantes están interfiriendo en la vida de la capital con "el ruido constante de sirenas, los fuegos artificiales y el ambiente festivo". Según el alcalde, "necesitamos ayuda porque ahora no somos suficientes", informa The Guardian.

La protesta tiene su origen en la obligación de vacunarse, o someterse a una cuarentena de 14 días a todos aquellos camioneros que crucen la frontera con EEUU, a partir de mediados de enero. También tienen que llevar mascarilla obligatoria. Hasta entonces eran considerados trabajadores esenciales.

Canada Unity, la organización que está detrás de las protestas, empezó como un movimiento a favor de un gasoducto luego se reconvirtió en negacionista. Una de sus promotoras es Tamara Lich, ex miembro fundador del Partido proseparatista Mavarick, según informa The Globe and The Mail.

Después de dos años de normas para evitar la propagación del coronavirus, hay un hartazgo en la sociedad canadiense, si bien la mayoría están en contra de estas protestas. Los conservadores canadienses, en la oposición, han respaldado a los camioneros, que se han convertido en unos héroes para los negacionistas de Canadá y más allá.

El estado de emergencia permite a las autoridades de la ciudad requerir equipo adicional y medidas extra contra los manifestantes. La policía de Ottawa ha anunciado que detendrá a todo aquel que preste ayuda a los manifestantes. Las autoridades apuntan a que es una campaña bien organizada y bien financiada. Hay al menos siete personas detenidas.

Injerencia desde EEUU

Varios grupos críticos con las restricciones del Covid y dirigentes republicanos como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, han alentado esta rebelión desde Estados Unidos. DeSantis es el republicano que se dibuja como posible rival de Donald Trump en la competición por la nominación republicana.

También ha intervenido Donald Trump, quien ha descrito a Justin Trudeau como "un lunático ultraizquierdista". Le acusa de destruir Canadá con sus imposiciones. El ex presidente de Estados Unidos ha difundido un comunicado en el que respalda a los sublevados.

"El Convoy de la Libertad protesta pacíficamente contra las políticas del lunático ultraizquierdista que ha destruido Canadá con normas enloquecidas sobre el Covid". También critica la política de Facebook por "censurar" las tesis de los manifestantes en Canadá.

Los organizadores del Convoy de la Libertad 2022 han recaudado 10 millones de dólares canadienses a través de GoFundMe. Una comisión parlamentaria exigió a GoFundMe que se asegurara que el dinero obtenido por los manifestantes no se dedicaba a financiar actividades que promuevan "el supremacismo, antisemitismo y otras formas de odio". Finalmente, GoFundMe cerró la vía para financiar a los manifestantes, con las protestas del gobernador de Florida y del ex presidente de EEUU.

Trump ha ofrecido a los descontentos con Justin Trudeau que recurran a su plataforma, TruthSocial. "Daremos la bienvenida al Convoy de la Libertad con los brazos abiertos. Lanzaremos TruthSocial muy pronto", ha dicho en un comunicado.

Gerald Butts, ex asesor de Justin Trudeau, ha dicho en un tuit: "Para algunos políticos de Estados Unidos, patriotismo es alentar a una turba a poner bajo estado de sitio a una capital del G7".

En la misma línea ha hablado Bruce Heyman, embajador de EEUU con Barack Obama. "Las relaciones entre Canadá y EEUU solían consistir en la resolución de asuntos técnicos. En la actualidad hay una serie de políticos estadounidenses radicales que se están implicando en asuntos de política interna de Canadá. Trump y sus seguidores son una amenaza no solo para EEUU sino para todas las democracias".

Los camioneros se han apostado en las inmediaciones de la sede del gobierno con vehículos aparcados ilegalmente. Han bloqueado el tráfico varias veces y por las noches aprovechan para festejar.

Los rebeldes aseguran que no van a ceder hasta que las medidas antiCovid se levanten, pero también empiezan a pedir la cabeza de Trudeau.

En muchas protestas se ven carteles contra Trudeau, pero también contra George Soros, el multimillonario de origen húngaro que despierta la ira de los negacionistas y de los soberanistas en todo el mundo. A través de Telegram se están convocando protestas similares en varias ciudades de EEUU y también en Europa.

En Bruselas van a organizar una protesta el lunes 14 de febrero para "liberar a los europeos de estas reglas tiránicas", reza la convocatoria. Los seguidores de los canadienses apuntan que "la liberación ha comenzado".