Hay políticos que tienen una vida antes y después de ejercer el cargo. Tratan de poner su conocimiento al servicio del bien común. Danilo Türk (Maribor, Eslovenia, 1952) es uno de ellos. Experto en derecho internacional, Türk fue presidente de Eslovenia entre 2007 y 2012. Desde octubre de 2019 es presidente del Club de Madrid, el mayor foro mundial de ex presidentes y ex primeros ministros de países democráticos, cuyo objetivo es "estimular el diálogo, tender puentes y participar en los esfuerzos de promoción para fortalecer las políticas públicas y el liderazgo efectivo", según sus estatutos. El secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, acaba de nombrar a Danilo Türk como miembro de la Junta Consultiva de Alto Nivel sobre Multilateralismo Efectivo. No ha perdido la esperanza sobre una salida pacífica en Ucrania, pero aún ve difícil cómo articularla. Tiene claro que Rusia ha cometido un error histórico y que tendrá que lidiar con muy graves consecuencias. "No veo un ganador sino muchos perdedores al final".

Conversamos con Danilo Türk en la sede del Club de Madrid, en la madrileña calle Mayor, en la primera primavera bélica en Europa en décadas. Es un momento de incertidumbre y de profundo pesar. La sensación de fracaso nos embarga. Le pido que me explique en qué consiste su nueva tarea y sonríe. "Hay muchas dudas sobre la cooperación multilateral ahora. Vivimos en un momento muy peligroso. Está claro que necesitamos la cooperación multilateral para afrontar los problemas actuales, pero no está funcionando de momento. Hemos de ver qué hemos de cambiar. Será nuestra tarea. Hay dos ejemplos en ese sentido: la última conferencia sobre el cambio climático que distó mucho de ser un éxito. Otro ejemplo es la terrible guerra en Ucrania. Los mecanismos internacionales no se han usado para prevenir la guerra. Los mecanismos están allí pero no funcionan solos. Se necesita liderazgo y no siempre existe este liderazgo". 

Una de las titánicas labores pendientes consiste en crear un mejor de nivel de confianza y de voluntad política cuando hay crisis con el fin de evitar que se desencadenen guerras como la de Ucrania. "No diría que la ONU ha fracasado. Sus principios siguen vigentes históricamente. Seguimos convencidos de que hay que renunciar al uso de la fuerza y que hay que empeñarse en buscar acuerdos basados en la negociación. Defendemos los principios democráticos. La cuestión es cómo se aplican estos principios, pero como tales están claros".

Las democracias suelen evitar ir a la guerra entre sí pero a veces organizan guerras contra otras naciones como ocurrió en Irak en 2003"

El problema surge cuando nos topamos con Estados que se saltan las normas y no respetan las líneas rojas. Si un Estado se impone por la fuerza sobre otro, saltan los principios en los que se basan organismos multilaterales como la ONU. "Es cierto que las democracias y las autocracias se rigen por normas diferentes pero los Estados atienden a intereses nacionales diversos también. Es cierto que las democracias suelen evitar ir a la guerra entre sí. Pero a veces organizan guerras con otras naciones no democráticas, como pasó en Irak en 2003. Allí no había armas de destrucción masiva, como había investigado la ONU sobre el terreno. Pero se usó como pretexto. Y fueron democracias quienes promovieron la acción militar. La democracia es profiláctica pero no es inmune totalmente".

La percepción rusa

Es inevitable volver en la conversación a la guerra que inició el presidente ruso, Vladimir Putin, el pasado 24 de febrero. ¿Era evitable? ¿Cómo puede pararse? Para Türk, todo nace de una percepción que tienen los rusos desde que se desmoronó la Unión Soviética. Putin sería su portavoz pero son muchos los rusos que secundan esta visión.

"Los rusos tienen la percepción de estar rodeados y amenazados. En mi opinión, están equivocados pero lo creen realmente. Están convencidos. Piensan que si Ucrania entra en la OTAN, ya sea formalmente o de facto, perderían su profundidad estratégica. Con el ingreso de los países bálticos y Europa del Este, ya perdieron bastante pero esto sería definitivo. Sabemos que esto es muy importante desde el punto de vista geoestratégico. Pasa con Pakistán y la India, y eso afecta a Afganistán. Rusia se siente rodeado por Occidente", señala el presidente del Club de Madrid.

"La ampliación de la OTAN se discutió en los 90 y no fueron los estadounidenses quienes la promovieron. Los países bálticos no se sentían seguros y querían estar en la OTAN. Y están dentro desde 2007. A continuación se prometió a Georgia y Ucrania. Así se construyeron bloques, que arrinconaban al Kremlin, según la percepción rusa. No se ha encontrado una fórmula para garantizar la seguridad a todo el mundo y eliminar esos temores de Rusia, aunque los consideremos injustificados". 

En las negociaciones que este martes se han retomado en Estambul los ucranianos han puesto sobre la mesa la cuestión de su neutralidad. Como ya dijo el presidente, Volodimir Zelenski, Ucrania acepta quedarse fuera de la OTAN pero demanda que una serie de países, entre ellos Canadá, Turquía, Alemania, Polonia e Israel, garanticen su seguridad. Actuarían en su defensa en caso de ataque como lo hacen los aliados en virtud del artículo 5 del Tratado de Washington. Rusia ha escuchado las demandas sin responder si aceptaría o no estos términos. Es un punto de partida positivo sin que suponga un punto de inflexión todavía.

Siempre es hora para la diplomacia

¿Es la hora de la diplomacia de nuevo? "Siempre es la hora de la diplomacia. Idealmente la diplomacia trabaja para evitar las guerras. Pero si la guerra empieza no se puede considerar que la diplomacia haya terminado. Ha de haber iniciativas. Es bueno que Turquía haya tenido algún tipo de éxito. Probablemente no será suficiente, pero es el camino. Y más países han de presionar para encontrar una solución diplomática".

Es bueno que Turquía haya tenido algún tipo de éxito. No será suficiente, pero es el camino. Y más países han de presionar para encontrar una solución diplomática"

Está claro que hay que profundizar en esa concepción de neutralidad a la que aluden los negociadores ucranianos. Y volvemos a mencionar la confianza, base de cualquier acuerdo. "El país neutral ha de confiar en que no será atacado por el país vecino más grande y poderoso. Ha de estar protegido para no ser un objetivo fácil. Suiza, Suecia, Finlandia o Austria han ido por ese camino. Puede ser una buena fórmula. ¿Es realista en el caso de Ucrania? ¿Van a retirarse los rusos de toda Ucrania o se quedarán militarmente comprometidos en el Este? ¿Será Ucrania un sistema federal? Los Acuerdos de Minsk 2 ofrecían una salida con una autonomía fuerte en Donetsk y Lugansk pero no se respetaron y a los ucranianos no les gustaban. Si comparas la situación con la actual, era mejor lo que ofrecía Minsk 2. Ya es demasiado tarde. ¿Sería posible una nueva fórmula de manera que Ucrania sea neutral y tenga garantizada su soberanía territorial? No estoy seguro", apunta Türk.

A pesar de las dificultades que presenta la situación en Ucrania, siempre hay salidas. Los diplomáticos han de buscarlas sin descanso. Aún así en el mundo hay muchos conflictos enquistados. Alude Danilo Türk a las islas Kuriles o a Chipre.

¿Cuáles serán las fronteras de una Ucrania neutral?  También habría que cambiar la Constitución de Ucrania y tendrán que votar en referéndum. Zelensky no puede aceptar los Acuerdos de Minsk ahora porque sería derrotado políticamente. Es cierto que fueron impuestos militarmente pero era una imposición limitada. "En muchas ocasiones, como pasó en Chipre, un fallo de cálculo estratégico deriva en graves consecuencias. No hay guerra pero sí tensión política y aún se mantienen fuerzas de pacificación allí. Veremos qué pasa en Ucrania".

¿Va a sobrevivir Putin a esta guerra? Danilo Türk evoca la crisis de los misiles en 1962. "No sabemos qué pasará pero el error de Rusia en Ucrania va a costarles mucho, al Kremlin y a Putin en particular. Dos años después de la crisis de los misiles Jruschov fue reemplazado. Y su caída tuvo mucho que ver con la gestión de ese hecho, que tuvo al mundo temblando pero se resolvió sin víctimas. Ahora hay miles de muertos. Es obvio que habrá consecuencias. Antes o después Putin tendrá que dejar el poder. No sé cuándo ni cómo será pero un desastre de esta magnitud tendrá consecuencias para el líder ruso", señala el ex presidente esloveno.

Los ucranianos le han sorprendido por la respuesta militar que han dado y por su determinación. Destaca cómo, sobre todo, han dejado fuera de juego al Kremlin, sin que eso quiera decir que vayan a ganar la partida. "Es cierto que Zelenski domina la escena pero no estoy seguro de que ese arma le sirva para ganar la guerra en el campo de batalla", dice. Como muchas guerras anteriores, la desinformación desempeña un papel clave. "Siempre ha desempeñado un papel pero ahora con las redes sociales la desinformación es como las armas químicas por su capacidad expansiva".

Un nuevo orden global

Después de esta guerra ya nada seguirá igual. Está forjándose un nuevo orden global. "Hay una nueva configuración de poderes. Es interesante que China ha planteado propuestas sobre una resolución pacífica. China está cooperando con India. Los países africanos no están del lado de las potencias occidentales de forma automática. Todo esto conduce a un escenario global distinto".

Para el presidente del Club de Madrid, no habrá un ganador. Ni siquiera China, que sí reconoce que saldrá fortalecida. "Pero no podemos infravalorar el poder de Estados Unidos. Sigue siendo una gran potencia política, militar, y económica. Europa Occidental se ha acercado a EEUU más aún y se ha revitalizado el lazo transatlántico. Habrá, más que nada perdedores, también en Europa. Y, sobre todo, Ucrania y Rusia saldrán perdiendo". Es pronto para ver qué lecciones nos deja esta guerra pero a Türk le parece claro que más que nunca está injustificado el uso de la fuerza. "Nunca vale la pena empezar una guerra".

Lo paradójico al final es que Putin va a provocar lo contrario de lo que perseguía. Quería hermanarse con los ucranianos pero les va a distanciar para siempre. "Los ucranianos están peleando por su país. Putin ha fortalecido a la nación ucraniana. De alguna manera, esta guerra ha terminado de conformarles como nación. Los que se han quedado, los que han luchado, los que han sufrido pérdidas, los que han huido, incluso los niños, estarán marcados por la guerra. Tendrá un efecto duradero porque han muerto ya miles y ya hay más de cuatro millones de refugiados. Es una herida que quedará abierta para siempre".