La neutralidad china en la crisis ucraniana, a pesar de ser fuertemente criticada por, o bien no prestar ayuda a Rusia, o bien por no sumarse a las políticas anti-Rusia, ha tenido como frutos que los países africanos y los Estados islámicos, lo vean como un socio estable. Muchos de estos países tienen intereses compartidos con el bloque atlántico, y también con Rusia, y este hecho los ha situado en una encrucijada, pues no pueden quedar expuestos a los efectos de las sanciones o bien perder inversiones por tener un posicionamiento. En esta situación, China ha acudido a su ayuda, obteniendo beneficios el gigante asiático y los Estados suplicantes. 

El consejero de Estado y ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, asistió y habló en la ceremonia de apertura de la 48ª Sesión del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la Organización de Cooperación Islámica (OIC). Es la primera vez que un ministro de exteriores chino asiste a una sesión de este tipo. La salida de la coalición internacional de Afganistán e Irak, como también la invasión rusa de Ucrania, y el acercamiento de Rusia a Irán, han tenido como consecuencia que la OIC busque un tercer actor, China. 

Existen ciertos paralelismos históricos entre el discurso que pronunció el ministro Wang Yi, y el de Zhou Enlai en la conferencia de Bandung, en 1955. En aquella alocución, quien fuera primer ministro de China se dirigió a los países africanos y asiáticos que estaban en vías de descolonización o estaban descolonizados, y proclamó que la República Popular siempre estaría al lado de aquellos que lucharan contra la opresión colonial, a favor de la autodeterminación nacional, la paz y de la independencia económica, para no depender más de potencias extranjeras contra su voluntad.

China no exportará su modelo al mundo, ni permitirá que un Estado implante o fuerce a otro a seguir su modelo"

Sesenta y siete años después de la conferencia de Bandung, el apoyo de China a favor de la soberanía nacional, la independencia y la integridad territorial, de manera que se defiendan las maneras de hacer de cada Estado, de acuerdo con su realidad nacional sigue. Es decir, China no exportará su modelo al mundo, ni permitirá que un Estado implante o fuerce a otro a seguir su modelo. Además, desde Pekín apoyan la vía que soberanamente han decidido seguir los países miembros de la OIC, pues considera fundamental que los problemas internos los han de resolver los propios Estados. 

En el discurso del ministro chino, además, se hizo hincapié al conflicto entre Israel y Palestina, al afirmar que trabajarán para mantener la estabilidad, promover la paz, y buscar una solución integral y justa a la cuestión palestina. Añadió un cuarto punto que fue el aprendizaje mutuo de las civilizaciones para luchar contra el terrorismo, como también contra todos aquellos que estigmaticen grupos étnicos o denigren a las civilizaciones no occidentales. Según informó el portavoz del ministerio de Exteriores, Wang Wenbin, la respuesta a tal discurso fue positiva, y se espera que crezca la presencia de China en la OIC, además de profundizar intercambios económicos, financieros, culturales y de diálogo intercultural. 

Cincuenta y siete estados conforman la OIC, desde Indonesia hasta la Guyana y Surinam. La población de todos estos países se acerca a los 2.000 millones de ciudadanos. Y todos ellos, a través de esta organización internacional, han establecido vínculos con un país no islámico, como lo es China. Este gesto pone en entredicho algunos de los discursos que se han hecho de la hostilidad china hacia la comunidad musulmana en Xinjiang, según Pekín, pues la organización islámica que más de una vez ha salido a proteger a las comunidades musulmanas de los Estados no-miembro no ha salido a criticar a China por su trato hacia los uigures. 

Por otro lado, el Ministerio chino de Exteriores declaró que la crisis ucraniana había puesto en riesgo a los países africanos, y que China no los había olvidado. Es por ello por lo que Pekín seguirá manteniendo los planes de desarrollo económicos previstos, como también seguirá defendiendo los derechos e intereses legítimos de los estados africanos. De la misma manera que quiere contribuir a mejorar la independencia, el desarrollo sostenible y la soberanía de estos. Wang Yi considera que las sanciones contra Rusia afectarán a más países que no solamente el sancionado, y los países africanos serán también víctimas de dichas sanciones. 

La invasión rusa de Ucrania ha vuelto a crear bloques. Y entre uno y otro aparecen viejos espíritus del pasado"

Zhao Lijian, otro de los portavoces del Ministerio chino de Exteriores, junto con Wang Wenbin, anunció el viernes el establecimiento de relaciones profundas con Tanzania, Zambia y Argelia. En el caso último las relaciones son completamente positivas, e incluso se habla de elevar la vinculación China – Argelia a asociación estratégica. Un ejemplo de ello son los acuerdos entre ambos países de compra y venta de fosfatos, utilizados frecuentemente como abono mineral para uso agrícola. Mientras que con Tanzania y Zambia se desarrollaran planes de impulso económico sobre infraestructuras. 

En conclusión, la invasión rusa de Ucrania ha vuelto a crear bloques. Y entre uno y otro aparecen viejos espíritus del pasado. A diferencia de Bandung, y aquella conferencia de países pobres, que acababan de ser independientes, mutilados y por reconstruir, ahora China es la segunda mayor economía del mundo, y algunos de los países que han ido a su busca para conseguir estabilidad no dejan de ser actores regionales importantes. Algunos de ellos son Argelia, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Nigeria, Irán, Egipto o Israel, que al mismo tiempo son aliados regionales de Estados Unidos, o de Rusia. 


Guillem Pursals es politólogo, máster en Seguridad, especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado.