Hemos superado el umbral de los 590 días de guerra en Europa. Y no se vislumbra el final en el horizonte. "Debemos prepararnos para una guerra larga en Ucrania", decía el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a mediados de septiembre. Ya empiezan a aparecer los primeros síntomas de fatiga entre los aliados de Ucrania, que se mantiene firme frente a Rusia. Quien parece incansable, al igual que su pueblo, es el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que afronta excepcionales retos en el campo de batalla y en el terreno diplomático para lograr que Ucrania sea un país soberano y democrático. 

Zelenski empezó esta primera semana de octubre preocupado por que la ayuda a Ucrania empieza a ser objeto de disputa política en Washington, aunque está claro el apoyo incondicional del presidente Joe Biden. La histórica destitución del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, muestra cómo los republicanos ultras no tienen límites cuando se trata de poner problemas a la Administración Biden. Es solo un reflejo de lo que puede pasar si Donald Trump, a quien son leales, vuelve a la Casa Blanca. 

La agenda europea de los últimos días sí le ha dado algunas alegrías, a pesar de la victoria de Robert Fico, crítico con la ayuda a Kiev, en Eslovaquia el sábado. El lunes se reunieron por primera vez fuera del territorio de los Veintisiete los ministros de Exteriores comunitarios. La cita fue en Kiev. 

Para nosotros los europeos la guerra contra Ucrania es una amenaza existencial"

josep borrell, alto representante de la Ue para la política exterior y de seguridad

"Para nosotros los europeos la guerra contra Ucrania es una amenaza existencial y hemos de reaccionar en consecuencia". Así se expresaba Josep Borrell, Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad. Borrell anunció el lunes que la UE ha acordado aportar otros 500 millones de euros de ayuda financiera al ejército ucraniano, con lo que la cantidad total concedida por el bloque asciende a 2.500 millones de euros. Hubo acuerdo sobre la propuesta, pero aún no se ha adoptado la decisión. Hungría es el país más reticente a estas aportaciones por las sanciones a un banco húngaro por mantener operaciones en Rusia.

Y el jueves Zelenski viajó a Granada para encontrarse con los líderes de la Comunidad Política Europea, esa UE extendida que ideó el presidente francés, Emmanuel Macron, para aplacar a quienes están en la lista de espera de la ampliación. Ucrania, país candidato, ha de realizar las reformas necesarias, sobre todo en lo que se refiere a la lucha contra la corrupción, para empezar las negociaciones de ingreso, sin atajos, según ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen en Granada.

Zelenski se entrevistó con Macron, con el canciller alemán, Olaf Scholz, la primera ministra italiana, Georgia Meloni, y con el primer ministro británico, Rishi Sunak, además del anfitrión, el presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Todos aseguraron que seguirían apoyando a Ucrania "el tiempo que sea necesario".  España confirmó el envío de seis lanzadores de misiles antiaéreos Hawk para proteger sus infraestructuras y el nuevo corredor de exportación de grano. Sanchez ofreció a Zelenski "nuevos sistemas antiaéreos y antidrones, así como equipos de desminado", según fuentes de Moncloa. 

Zelenski insistió nada más llegar a Granada que los sistemas de defensa antiaérea son vitales para su población. Sin ellos, quedan expuestos a los bombardeos rusos, como quedó en evidencia con el bombardeo de Hroza, en la región de Járkov, ese mismo día. Más de 50 personas, casi el 20% de los habitantes del pueblo, murieron en el ataque. Asistían al funeral de un vecino. 

"Hay que detener el terrorismo ruso. Todos aquellos que ayudan a Rusia a eludir las sanciones son criminales. Todos los que apoyan a Rusia respaldan el mal. Rusia necesita estos ataques para hacer de su agresión genocida la nueva norma para todo el mundo", dijo el presidente Zelenski. Estos actos de Rusia hablan por sí solos de la realidad de una guerra que el presidente ruso, Vladimir Putin, aún se niega a calificar así. "Si dejáis de armar a Ucrania, habrá más como esto, no menos", escribía en la red social X la periodista Anne Applebaum con imágenes de la matanza. 

Cuando faltan apenas semanas para que haya un estancamiento en el campo de batalla por la llegada del mal tiempo, y tras los últimos acontecimientos en Washington y las capitales europeas, veamos los desafíos a los que hace frente el presidente, Volodimir Zelenski, quien cumplirá su mandato en la próxima primavera. Está aún por ver si se celebrarán o no elecciones, pero dada la guerra parece imposible poder hacerlas con garantías, especialmente en la zona bajo control ruso.

Todos aquellos que ayudan a Rusia a eludir las sanciones son criminales. Todos los que apoyan a Rusia respaldan el mal"

volodimir zelenski, presidente de ucrania

1. La contraofensiva ucraniana

Una vez más en esta guerra cuando se crean expectativas se acaban frustrando, y al contrario, cuando menos se espera hay giros de guion. La contraofensiva ucraniana empezó más tarde de lo esperado, en junio, y va lenta, si miramos a la proporción de territorio liberado, menos del 0,5% del que Rusia tenía en junio. Como señalaba el general Mark Milley, que acaba de ser relevado como jefe del Estado Mayor de EEUU, "toma su tiempo expulsar militarmente a los 200.000 efectivos o más que tiene Rusia en la Ucrania ocupada". 

A diferencia de 2022, en 2023 para Rusia es suficiente con mantener una defensa eficaz. Es el principal desafío para los ucranianos y sus aliados"

mykola bieleskov, analista de la fundación back and alive

Ucrania ha ido con cuidado para limitar al máximo las bajas humanas y no desperdiciar sus capacidades en la contraofensiva. Mientras tanto, Rusia ha de mantener sus posiciones, lo que suele ser más fácil. "Las operaciones de defensa estratégica requieren menos capacidad y ahora son la prioridad para Rusia. Así lo hacen en Melitopol y Berdyansk, y de forma más proactiva en Kupyansk y Avdiyivka. Pero los objetivos políticos son mantener el control sobre los territorios ocupados, para reforzar sus posiciones negociadoras. A diferencia de 2022, en 2023 para Rusia es suficiente con mantener una defensa eficaz. Es el principal desafío para los ucranianos y sus aliados", afirma Mykola Bieleskov, analista principal de la Fundación Back and Alive, en 24tv

La desventaja para Ucrania es que no ha habido victorias llamativas, ni se esperan, aunque en su avance están dejando a los rusos cortos de efectivos. "Los rusos tenían muchos batallones y en cuatro meses de contraofensiva ucraniana han perdido tanto que han tenido que llevar a sus reservas estratégicas como la división de paracaidistas 7 y 76. ¿Qué va a hacer Putin? ¿Una nueva movilización? Queda la duda de cómo lo hará. Falló la iniciativa de llevar cubanos. No se trata de contar cuántos kilómetros han avanzado los ucranianos, sino de saber que su objetivo operacional es tener a tiro los nodos logísticos rusos, quienes a su vez tratarán de reconstruir nuevas líneas de comunicaciones tras los ataques al puente de Kerch. En suma, es una carrera por la logística, conseguir llevar suministros y buscar hombres", señala Jesús Manuel Pérez Triana, analista militar y editor de OsintSahel.com

Los ucranianos no van a perder fuelle. Y cada masacre de civiles les reafirma en su propósito. No van a parar hasta que no lleguen al menos al istmo de Crimea pero habrá que esperar a 2024"

jesús manuel Pérez triana, analista militar

“Los ucranianos se quejan de que les falta material, no parece que tengan problemas de personal. Todo el mundo da por hecho que la guerra se va a prolongar. La actividad se ralentizará en el invierno y los rusos confiarán en prolongar el conflicto lo suficiente como para que haya grietas en la coalición occidental", añade Pérez Triana, quien apunta que los ucranianos pueden aprovechar el invierno para entrenar las tropas fuera del país y preparar la ofensiva de primavera y realizar un buen empujón en el sur, cuando ya tengan también F-16 y quizá Taurus alemanes. "Los ucranianos no van a perder fuelle. Y cada masacre de civiles les reafirma en su propósito. No van a descansar hasta que no lleguen al menos al istmo de Crimea, pero ya habrá que esperar a 2024". 

La diferencia, y por ello insiste Zelenski en pedir defensas antiaéreas y misiles de largo alcance a los aliados occidentales, es que Putin puede aumentar el presupuesto de defensa un 68%, como ha hecho. A Putin le interesa el poder y la guerra, y necesita  la guerra para mantenerse en el poder, como sucede desde sus inicios hace más de dos décadas en Chechenia. 

Los aliados tienen un PIB 12 veces superior a Rusia, pero el Kremlin está dispuesto a gastar lo que sea necesario en la guerra, mientras la mayoría en la OTAN no llega al 2%. Cada envío de material militar que puede marcar la diferencia (los F-16, los Taurus o los ATACMS) pasa por una fase muy prolongada de titubeos, con el temor latente a una escalada.

A ello se suma que a Rusia las sanciones le están afectando menos de lo que esperaban los aliados. El FMI prevé que Rusia crezca un 1,5% este año y un 1,3% en 2024. En declaraciones al Financial Times, el oligarca Oleg Deripaska, uno de los hombres más ricos de Rusia, señala que Moscú "ha sobrevivido al esfuerzo de aislar su economía "al desarrollar nuevos lazos comerciales co el Sur Global y aumentando la inversión en la producción interna". Es cierto que el gobierno puede recurrir a todo tipo de subsidios, o recurrir a impuestos a los oligarcas. 

Los aliados de Ucrania son muchos y poderosos, pero Rusia se ha volcado con China y la India. El comercio con Pekín ha aumentado un 32% en los primeros ocho meses de 2023, hasta los 155.000 millones de dólares, y con la India se ha triplicado en el primer semestre, hasta los 33.000 millones, según datos de la agenda Ria Novosti. Los recursos naturales a buen precio de los que dispone Rusia son muy atractivos para estas potencias. 

2. La batalla política en EEUU

En su última visita a Washington, el presidente Zelenski no tuvo ocasión de dirigirse al Congreso en su conjunto, como hizo el año pasado, aunque sí se reunió con congresistas de los dos partidos. Era una señal de mal augurio. Antes de finalizar septiembre, el presidente Biden logró una prórroga para no cerrar el gobierno pero tuvo que dejar fuera una ayuda de 6.000 millones de dólares a Ucrania. Aún así, una revuelta de republicanos ultras, abanderados por Matt Gaetz, trumpista ferviente de Florida, logró que por primera vez la Cámara aprobara la destitución de su presidente o speaker, el también republicano Kevin McCarthy. 

El tema más apremiante en la mente de los estadounidenses no es Ucrania. Es la situación fronteriza y la delincuencia en las calles"

Jim jordan, candidato a la presidencia de la cámara de representantes

El speaker tiene función de mediador en la Cámara, de modo que se observa con preocupación que pueda ser su sucesor Jim Jordan. "El tema más apremiante en la mente de los estadounidenses no es Ucrania", ha dicho Jordan. "Es la situación fronteriza y la delincuencia en las calles". Compite con Jordan, el líder de la mayoría Steve Scalise, quien sí ve necesario seguir al lado de Kiev. El ex presidente Donald Trump, favorito entre los aspirantes republicanos a la candidatura de los republicanos, presume que con él la guerra acabaría en 24 horas. Si Trump ganara en noviembre de 2024, para lo que tiene que sortear un camino lleno de juicios, Putin lo celebraría a lo grande. "Putin ha dicho que si EEUU deja de enviar armas a Ucrania, caerá en una semana. Es una muestra de que lo ve como una oportunidad, aunque su diagnóstico sea erróneo, como todos los que ha hecho hasta ahora", afirma Anna Korbut, editora de UkraineWorld en español.

Este movimiento deja en suspenso de momento que el Congreso apruebe nuevas ayudas a Ucrania, aunque Biden, muy comprometido con Kiev, ha asegurado que hay otras formas de asegurar que llegue el material y la financiación necesaria. El último tramo de ayuda aprobado, de 300 millones, se aprobó por 331 votos a favor y 117 en contra. Todos los que se opusieron son republicanos. "Ucrania ha perdido el apoyo de la mayoría de la mayoría", dijo entonces Gaetz. 

"Es un tema que me preocupa", ha dicho Biden, quien dará un discurso en breve sobre la necesidad de seguir apoyando a los ucranianos. Biden mantuvo una conversación con sus principales aliados tras la destitución de McCarthy y la interrupción de la ayuda para garantizarles su compromiso. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, dijo que aún quedaban 5.000 millones de dólares de ayuda aprobados, y que no podía haber interrupciones. "Un breve lapso de tiempo puede marcar la diferencia en el campo de batalla. Eso haría pensar a Putin que nos hemos quedado fuera. El tiempo no juega a nuestro favor", añadió. 

La mayoría de los estadounidenses se oponen a que el Congreso siga autorizando más fondos a Ucrania, mientras que en febrero de 2022 un 62% estaba a favor, según una encuesta de la CNN de agosto pasado.  EEUU ha comprometido más de 43.000 millones de dólares en asistencia militar desde que el Kremlin invadió Ucrania el 24 de febrero de 2022. El Congreso ha aprobado un total de 113.000 millones en total, incluida la ayuda humanitaria. 

La política de Trump y el trumpismo es contraria a que EEUU se implique en guerras 'sin final' por satisfacer a su base social que quiere que el gobierno se centre en ellos y no en los ucranianos"

mariano aguirre, miembro asociado de chatham house

¿Por qué los republicanos quieren cortar la ayuda a Ucrania? "La política de Trump y el trumpismo (su movimiento) es contraria a que EEUU se implique en guerras ‘sin final’. Es una política no intervencionista porque busca satisfacer a una gran parte de su base social (pobre, no urbana) que ha aportado soldados para Vietnam, Afganistán e Irak. Ese sector social, al igual que una mayoría de los Republicanos quieren que el gobierno se centre e invierta fondos en los estadounidenses y no en los ucranianos", afirma Mariano Aguirre, miembro asociado de Chatham House y autor de Guerra Fría 2.0

"A los demócratas, sin embargo, la guerra de Ucrania les permite mostrar que EEUU, bajo su gobierno, puede liderar a los aliados de la OTAN, y actuar como una gran potencia. Esto es particularmente importante cuando la hegemonía estadounidense se ha visto cuestionada en las últimas décadas por el ascenso de China a gran potencia, y el crecimiento del peso de los emergentes, como India y Brasil.  Pese a todo esto, a medio plazo es probable que el gobierno, ya sea con un demócrata al frente o con un republicano, decida que ha llegado el momento de encontrar la forma de detener la guerra, y entable conversaciones con Rusia al tiempo que presione a Kiev a aceptar negociar", añade Aguirre.  

Para Petro Burkovsky, director de Democratic Initiatives Foundation, el problema va más allá, ya que tanto EEUU como los aliados siguen intentando gestionar la escalada sin destruir objetivos dentro del territorio ruso con el armamento que entregan a Kiev. "Cualquier experto militar serio confirma que la mejor manera de evitar los ataques de Rusia es destruir los activos del enemigo como barcos con misiles de crucero, bombarderos, lanzadores terrestres. Esto requiere atacar objetivos dentro del territorio ruso. Si Estados Unidos lo rechaza, sólo significará más destrucción y muertes inevitables en Ucrania". 

EEUU y los aliados creen en el fondo que Rusia será obligada a negociar sin una gran derrota. "El hecho es que Rusia ve la indecisión de EEUU como una invitación a forjar alianzas con China, Irán y Corea del Norte para ayudarles en sus planes agresivos a cambio de apoyo material en la guerra con Ucrania. De esta manera, la principal dificultad a la que se enfrenta Zelenski es convencer a Estados Unidos de que cambie su política hacia Ucrania y Rusia. Esto es mucho más serio que las actuales disputas políticas dentro de la clase dirigente estadounidense", apunta Burkovsky.

3. Las primeras grietas en la unidad europea

La imagen idílica que se ha querido dar en Granada, donde Zelenski se ha visto con los principales líderes europeos que le han expresado su apoyo "el tiempo que sea necesario", pretende ocultar las primeras grietas que han comenzado a surgir. Aún no son preocupantes: las principales potencias siguen firmes con Kiev, y una amplia mayoría de la población europea (64% de media) respalda que se aporte ayuda militar a Ucrania. En Suecia está el 93% a favor y en Portugal el 90%.

Pero en países como Polonia y Eslovaquia hay partidos políticos que están utilizando electoralmente la cuestión ucraniana. A ellos se suma el primer ministro húngaro, Viktor Orban, el más cercano a las tesis del Kremlin de los Veintisiete. En esa línea se muestra el ganador de las elecciones en Eslovaquia, Robert Fico, si bien el país depende de los fondos de la UE, de modo que como primer ministro no será tan antiucraniano como en la campaña.

En Polonia, donde se vota el 15 de octubre, el partido en el poder Ley y Justicia se ha puesto del lado de los agricultores, reacios a que entre el grano ucraniano en el país. Compite por los votos del campo con el partido Confederación. Varsovia rechazó la decisión de la UE de no ampliar el embargo al grano ucraniano. Las autoridades de Kiev denunciaron a Varsovia en la Organización Mundial de Comercio y el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, llegó a decir que su país iba a dejar de facilitar armas a Ucrania. En pocos meses, Polonia pasó de ser el gran defensor de la causa ucraniana, por su rechazo al Kremlin, a distanciarse por efecto de las urnas.

La miserable política exterior de Varsovia está perjudicando no solo su asociación con su actual vecino más importante, sino también sus ambiciones más amplias"

Piotr buras, ecfr varsovia

"Puede que los dos países hayan vivido una fase romántica desde febrero de 2022, pero las relaciones entre Ucrania y Polonia siguen requiriendo una diplomacia hábil. Polonia, como uno de los mayores Estados miembros de la UE e importante defensor de Ucrania, tiene una responsabilidad especial en este sentido. Pero la miserable política exterior de Varsovia está perjudicando no sólo su asociación con su actual vecino más importante, sino también sus ambiciones más amplias", indica Piotr Buras, director del European Council for Foreign Relations (ECFR) en Varsovia. "Su apoyo único a Ucrania, así como su situación geográfica como centro logístico, reforzaron el papel de Polonia en la alianza occidental tras la invasión de Rusia. Pero ahora otros países han intensificado su apoyo, como Países Bajos, Suecia y Alemania. A su vez, la importancia relativa de Polonia para Ucrania ha disminuido", añade Buras.

Una vez que se despeje el panorama electoral, a Kiev y a Varsovia les interesa que las aguas vuelvan a su cauce. Según Petro Burkovsky, "no creo que afecte a la ayuda militar, porque sería muy peligroso para Polonia quedarse sin la protección de Ucrania en el futuro".

4. Cómo lograr la victoria

Es previsible que los políticos aliados de Ucrania vayan planteando a medio plazo que hay que plantearse el final de la guerra y cómo lograrlo. De ahí que la periodista Anna Korbut insista en que "no es el momento de relajarse, sino de pensar en cómo trasladar a los dirigentes en el poder, a la oposición y a la sociedad cómo conseguir una victoria que pueda sostenerse en el tiempo, que garantice la seguridad de Ucrania".

La iniciativa de Biden de dirigirse a los ciudadanos para explicar las razones de la ayuda es un paso en la dirección correcta. A su juicio, deberían hacerlo los aliados europeos. "Más que fatiga de la guerra estamos en otro momento. Al principio llama más la atención y el foco se sitúa allí, pero hemos de mantener la mirada en lo que pasa en Ucrania. Hay que renovar el esfuerzo de comunicar esa victoria".

En ese sentido, The Economist publicaba hace un par de semanas una portada simbólica. "Time for a rethink. Helping Ukraine to gain a long war (Tiempo para repensar. Ayudar a Ucrania a ganar una larga guerra)", decía el titular. "Demasiadas conversaciones giran en torno al 'fin de la guerra'. Eso necesita cambiar. Hay que rezar por una victoria rápida, pero prepararse para una larga lucha, y en una Ucrania que pueda sobrevivir y prosperar". La ayuda será costosa, pero si flaqueamos, aún pagaremos un precio más alto.