Apagón total entre el ruido y las llamas de los bombardeos. El miércoles la última central eléctrica dejó de funcionar en los confines de Gaza, un territorio de 41 kilómetros de largo y 10 kilómetros de ancho en el que sus más de dos millones de habitantes se preparaban para la crónica anunciada de una incursión terrestre del ejército israelí, en represalia por el ataque lanzado el sábado por Hamás. “Es aterrador. Los ataques aéreos no cesan y están golpeando a edificios residenciales civiles, en la mayoría de los casos, sin preaviso”, relató a El Independiente la periodista local Nour al Sweirki en un instante de cobertura telefónica.

Tras 16 años de bloqueo, Gaza descendió este miércoles varios peldaños hacia los infiernos. Sin suministro de electricidad ni agua y cortes constantes de conexión telefónica. Al menos 1.100 vecinos, entre ellos 326 menores de edad, han perdido la vida desde que la aviación israelí ejecutara los primeros bombardeos el sábado. Más de 5.500 han resultado heridos. En el mismo lapso de tiempo durante la operación militar israelí en 2014, que se prolongó a lo largo de seis semanas, la cifra de víctimas palestinas no superaba las 126. En total, hace nueve años, murieron 2.300 palestinos y fue hasta entonces la más sangrienta de las cuatro contiendas entre Hamás e Israel.

“Escasea el combustible, el agua, los alimentos y los medicamentos”, relató la gazatí. Israel también bombardeó Rafah, el paso fronterizo de Egipto y Gaza, para evitar la entrada de bienes y ayuda humanitaria en una de las zonas más densamente pobladas del mundo. La agencia humanitaria de la ONU alertó de que la situación intramuros de Gaza se deterioraba rápidamente. Los ataques aéreos israelíes habían dañado siete instalaciones que proporcionan servicios de agua y saneamiento a más de 1,1 millones de personas, y que los residuos y las aguas residuales se estaban acumulado en las calles. Los 13 hospitales de Gaza y otras instalaciones sanitarias funcionaban parcialmente ante la escasez de suministros y el racionamiento de combustible.

"Los hospitales están desbordados"

“La situación en Gaza es catastrófica. La gente no sabe adónde ir, se encuentra a la intemperie en mitad de la noche bajo una lluvia de bombas”, admitió Léo Cans, coordinador general de Médicos Sin Fronteras en los Territorios Palestinos Ocupados. “Los hospitales están desbordados. El número de heridos es extremadamente alto: hay una afluencia constante a todos los hospitales de la franja de Gaza. Los equipos médicos están agotados, trabajan sin descanso para tratar a los heridos”, agregó.

Es aterrador. Los ataques aéreos no cesan y están golpeando a edificios residenciales civiles

Darwin Díaz, el coordinador médico de la organización en Gaza, alertó del creciente número de desplazados en mitad de un territorio del que no se puede escapar, entre llamadas a permitir un corredor humanitario. Una cuenta atrás agónica empujaba Gaza hacia la más completa oscuridad. En Al Shifa, el mayor complejo hospitalario del territorio, solo queda combustible para alimentar los generadores durante cuatro jornadas más.

“A veces la gente recibe un mensaje de texto en mitad de la noche pidiéndoles que evacuen sus casas, como les ocurrió a algunos compañeros de nuestro equipo en Gaza. Tienes que despertar a tus hijos en mitad de la noche y salir de casa, sin llevarse ninguna pertenencia, para ponerte a salvo”, narró. El plomo ha provocado el desplazamiento de más de 200.000 personas. “Necesitan de todo: agua, un lugar donde asearse, comida, un colchón donde dormir... en fin, necesidades variadas pero básicas”.

Una de las zonas más densamente pobladas del mundo

Mapa de la Franja de Gaza.
Mapa de la Franja de Gaza.

Gaza es un territorio de 41 kilómetros de largo y 10 kilómetros de ancho emplazado entre Israel, Egipto y el mar Mediterráneo. En su territorio, sin conexión terrestre con Cisjordania, habitan unas 2,3 millones de personas. Es uno de los trozos más densamente poblados del planeta. Desde la llegada de Hamás al poder, Egipto e Israel han cerrado sus fronteras  restringiendo la entrada y salida de bienes y personas al territorio. Israel controla el espacio aéreo sobre Gaza y su costa. Su población depende de la ayuda humanitaria que llega a través de Qatar, la Autoridad Palestina y las agencias de la ONU.

Situación catastrófica

En un comunicado, Hamás -que controla el territorio desde 2007- llamó a “una intervención internacional” para detener la ofensiva israelí y “obligar a la ocupación a abrir los pasos fronterizos y permitir el necesario suministro médico, alimentario, de socorro, combustible, electricidad y agua en la abarrotada franja”.

La organización culpó a Tel Aviv de cometer “crímenes de guerra” “borrando del mapa zonas residenciales enteras y aniquilando a familias enteras”; “expulsando a un cuarto de millón de palestinos de sus hogares bombardeados”; “atacando directamente a hospitales y ambulancias”; e “impidiendo la entrada de alimentos y suministros”. La ONU censuró la "imposición de asedios que ponen en peligro la vida de civiles al privarles de bienes esenciales para su supervivencia" y recordó que tales medidas "están prohibida por el Derecho Internacional Humanitario".

Unas restricciones que denuncia Unicef. “Estamos muy alarmados por las medidas para impedir la entrada en Gaza de electricidad, alimentos, agua y combustible. Esto añadirá otra capa de sufrimiento a la catástrofe existente a la que se enfrentan las familias de Gaza. Privar a los niños y niñas del acceso a alimentos y servicios esenciales pone en peligro sus vidas, al igual que los ataques contra zonas e infraestructuras civiles, como centros de salud, escuelas y sistemas de agua y saneamiento. Es imperativo que todas las partes se abstengan de cometer más actos de violencia y ataques contra infraestructuras civiles, como escuelas, centros de salud y refugios”, exigió la agencia de la ONU.

Hamás acusa a Israel de "borrar del mapa zonas residenciales y aniquilar a familias enteras"

A última hora de este miércoles el Secretario General de la ONU, António Guterres, suplicó que se permitiera la entrada en Gaza de suministros esenciales de combustible, alimentos y agua que "salvan vidas". "Hago un llamamiento a todas las partes -y a quienes tienen influencia sobre ellas- para que eviten cualquier nueva escalada", aseveró. Egipto reconoció negociar con Estados Unidos la posibilidad de proporcionar ayuda humanitaria a través de su frontera con Gaza pero rechazó la apertura de un corredor entre la franja palestina y la península egipcia del Sinaí.

“La situación en Gaza es espantosa: Israel está cometiendo actos de genocidio, según la definición del delito en el derecho internacional”, deslizó el activista palestino Omar al Barghouti en conversación con este diario. “La única central eléctrica ha dejado de suministrar electricidad debido al asedio total de Israel. La red de telecomunicaciones ha sido bombardeada por Israel. La mayoría de los habitantes de Gaza ya no pueden comunicarse con el mundo”, arguyó. Desde el infierno de Gaza, Al Sweirki trataba de mantenerse firme. “Antes de la guerra, ya había escasez de medicinas. Ahora es mucho peor. Estamos muriendo”, voceó. “Es un Guernica, pero a una escala mucho mayor”, zanjó Al Barghouti.