La ultraderecha israelí ambiciona desempolvar los asentamientos en la Franja de Gaza que fueron desmantelados hace cerca de dos décadas e impulsar otros nuevos. Varios ministros del ala más conservadora del Gobierno de Benjamin Netanyahu y una docena de dirigentes del Likud, el partido del primer ministro, han participado en una conferencia que ha presentado en sociedad un mapa del proyecto mientras la guerra en Gaza va camino de los cuatro meses y ha dejado más de 26.000 muertos y cerca de dos millones de desplazados internos.

“Necesitamos fomentar la inmigración desde Gaza”, ha explicado el ministro de Seguridad Nacional israelí, el ultranacionalista Itamar Ben-Gvir, durante un acto que bajo el título de “Los asentamientos traen seguridad y victoria” ha exhibido el proyecto de la ultraderecha israelí para establecer nuevos asentamientos en Gaza a imagen y semejanza de los que han florecido en Cisjordania -donde hay actualmente más de 700.000 colonos en una violación del derecho internacional- y que socavan “de facto” la creación del Estado palestino que reclama la comunidad internacional.  

A juicio de Ben-Gvir, “la única solución humana para Gaza es la deportación masiva de sus habitantes (palestinos)”.  "Gritamos y advertimos: Si no queremos otro 7 de octubre, tenemos que volver a casa y controlar la tierra”, agregó quien aseguró haber advertido que el plan se basa en la necesidad de evitar que los cohetes vuelvan a caer sobre Sederot y Ashkelon", emplazamientos del sur de Israel.

"Hemos vuelto para heredar la tierra"

Ben-Gvir ha compartido escena con el ministro de Finanzas, el también ultraderechista Bezalel Smotrich, quien también ha declarado que “los soldados israelíes que libran la guerra en Gaza serán los colonos y reconstruirán los asentamientos. Hemos vuelto para heredar la tierra". Según Smotrich, muchos de los niños israelíes evacuados han retornado ahora como soldados para luchar contra Hamás. “Sabíamos lo que eso traería y tratamos de evitarlo. Sin asentamientos, no hay seguridad", zanjó.

Ambos ministros han danzado junto a los participantes entre muestras de júbilo y han firmado un documento en el que apoyan la ocupación y anexión de Gaza apenas unos días después de que la Corte Internacional de Justicia exigiera a Israel adoptar medidas para prevenir un genocidio en Gaza. En la denuncia presentada por Sudáfrica, se citan precisamente declaraciones de ministros israelíes alentando la expulsión de los palestinos como una señal de incitación al genocidio.

Mapa de los nuevos asentamientos israelíes en Gaza presentada en la conferencia.

El día después divide al Gobierno de Netanyahu

La polémica conferencia, organizada por la organización derechista Nahala y celebrada la noche de este domingo en Jerusalén este, es en realidad un “déjà vu”. Israel ya tuvo asentamientos en Gaza durante 38 años, pero los desmanteló en 2005. Desde el inicio de las operaciones militares israelíes en la Franja en octubre, han aparecido vídeos que plantean revivir el proyecto e incluso un documento sobre la deportación de la población gazatí hacia Egipto que el país árabe ha rechazado como plausible.

El día después es un escenario que divide al propio gabinete de Netanyahu y que aleja a sus elementos más extremos de los centristas. En una entrevista con El Independiente, el ex asesor de Netanyahu Aviv Bushinsky considera que Netanyahu trata de evitar el asunto, consciente de las fisuras que crea. “Netanyahu está tratando de rehuir la pregunta porque sabe que desestabilizará a su coalición. Tome el camino que tome, resulta controvertido”, declaró.

Netanyahu ha insistido en que Israel no tiene intención de volver a tener una presencia permanente en la Franja pero que mantendrá el control de la seguridad por tiempo indefinido. La conferencia ha recibido ya críticas de otros sectores políticas israelíes al considerar que “profundiza las divisiones” en una coyuntura marcada por una intensa operación militar en Gaza. "No es correcto entrar en esta conversación ahora. Tenemos que centrar el discurso en la unidad de nuestras tropas", manifestó el ministro de Educación israelí, Yoav Kisch, a la emisora de radio del ejército israelí.