A los 15 años Chaim Rafalowski empezó como voluntario en el Magen David Adom (equivalente en Israel a la Cruz Roja). Tras estudiar Psicología y Ciencias Políticas, Rafalowski en la Primera Guerra del Golfo entró a formar parte de la recién creada división de operaciones de la organización. Siguió en el puesto hasta 2010. En 2006 el Magen David Adom pasó a formar parte del Movimiento Internacional de Cruz Roja. Debido a su experiencia, a Rafalowski le encomendaron que se hiciera cargo de la gestión nacional de desastres y cooperación internacional de la Estrella de David Roja. Ha pasado por Madrid para intercambiar experiencias con Samur y contar las lecciones aprendidas en el 7 de octubre pasado, cuando Hamás aterrorizó a la población israelí. El 7-O ha pasado a ser la jornada más mortífera que ha vivido el pueblo judío desde el Holocausto.

Nacido en Chile, donde vivió hasta los seis años, Rafalowski, cuyo padre se salvó de un destino trágico al salir de Polonia 15 días antes de la invasión nazi, habla como los compatriotas de Pablo Neruda. Como ellos, su deje es dulce pero lo que dice es contundente. Recuerda con pesar el 7 de octubre, cuando los israelíes se dieron cuenta de que su seguridad no estaba garantizada, y lamenta que líderes mundiales como el español Pedro Sánchez. "Desde la sociedad israelí vemos a Sánchez como un defensor de Hamás", afirma. A su juicio, pedir que pare la guerra, como demanda el presidente del gobierno español, sin exigir que Hamás deje de dominar la Franja, es pretender ignorar que sería una sentencia de muerte para Israel. La tensión diplomática entre Israel y España ha sido máxima durante la guerra contra Hamás. La embajadora, Rodica Radian-Gordon, regresó a Madrid hace semanas tras ser llamada a consultas

Rafalowski ha pasado unos días en Madrid como parte de un programa europeo para fomentar el intercambio de ideas y experiencias entre sistemas de atención hospitalaria. Destaca que la relación con el Samur es excelente desde hace años. Este jueves ha impartido una conferencia sobre las lecciones que aprendió el Magen David Adom del 7 de octubre. En ese sábado trágico, que coincidía con la fiesta religiosa de Simjat Torá. Hamás primero lanzó unos 2.000 cohetes, que incluso llegaron hasta Tel Aviv pero en su mayor parte fueron interceptados por la Cúpula de Hierro. Después un par de miles de terroristas se adentraron en territorio israelí y mataron, violaron, y secuestraron.

El Estado de Israel fue creado para que los judíos no murieran por ser judíos. El 7 de octubre los judíos volvieron a morir por ser judíos. Mejor dicho: los israelíes murieron por ser israelíes"

Más de 1.200 israelíes fueron asesinados y unos 245, junto a varios extranjeros, fueron secuestrados. Los llevaron a Gaza: desde bebés a octogenarios. Tras varios intercambios por presos palestinos, Hamás liberó a más de un centenar. En el kibutz Be'eri, uno de los más castigados por los terroristas, el 10% de su población fue asesinada o secuestrada. Sus vecinos no quieren volver porque para ellos sería como vivir en un cementerio. Les gustaría refundar el kibutz cerda de donde está el original. "El Estado de Israel fue creado para que los judíos no mueran por ser judíos. El 7 de octubre los judíos volvieron a morir por ser judíos. Aunque tendría que decir que israelíes murieron por ser israelíes, ya que Hamás también mató a ciudadanos árabes, beduinos, de Israel", explica Rafalowski. Si los escuchaban hablar en árabe, les decían que merecían más que los judíos morir por trabajar con ellos. Representan el 18% de la sociedad israelí y fueron víctimas de Hamás el 7-O.

¿Cuáles son las lecciones que han aprendido de la gestión del 7 de octubre? "Hay algunas muy técnicas como por ejemplo el uso de plasma congelada en el ámbito hospitalaria, que dio buenos resultados. También vimos a muchas víctimas con torniquetes, que tanto te salva la vida como pone en riesgo el miembro afectado. En otras circunstancias desde emergencias localizamos dónde está la víctima y vamos en su auxilio. Pero en esta ocasión no podíamos acercarnos porque nuestras vidas corrían un serio peligro", rememora Rafalowski.

Era un protocolo radicalmente distinto. "Hemos aprendido que la comunidad ha de estar preparada para atender a las víctimas durante horas, no minutos. Cada comunidad tiene personal sanitario y hay que prepararlos para que puedan atender durante horas", añade Rafalowski. Tuvieron que hacerlo en esta ocasión: atendieron a pacientes críticos durante horas.

Evoca cómo tuvieron que atender a un crío de nueve años que había visto cómo había muerto toda su familia salvo un hermano, y Emily, la niña que parecía haber sido asesinada pero luego apareció en manos de Hamás. Al niño hubo que darle esperanza durante más de diez horas y atenderle mientras se escondía en un armario. Al refugio no pudo pasar porque no podía cerrar la puerta.

Afirma que tuvieron que aplicar planes de contingencia concebidos para casos de terremotos como puntos móviles avanzados. Ese día 7 de octubre los 30.000 voluntarios y 2.500 funcionarios del Magen David Adom estuvieron trabajando sin descanso. Eran el hilo umbilical de las víctimas con la vida.

Durante aquel día, en el que temieron que hubiera un ataque simultáneo en el norte llevado a cabo por Hizbulá, tuvieron que decidir hasta qué punto podían arriesgar la vida de su personal para intentar salvar, sin seguridad de tener alguna opción, a los ciudadanos. "El gran desafío de ese día fue intentar llegar a las comunidades y salvar vidas", indica Rafalowski.

Los palestinos de Gaza un día llevan ropa de civil y al siguiente sacan el armamento del armario y son de Hamás. Para los israelíes, cuando uno dice Gaza entiende potencialmente Hamás"

Israel respondió con firmeza al ataque de Hamás en su suelo. Desde el 7 de octubre Israel libra una guerra que ya se ha cobrado más de 27.000 víctimas, una gran parte de niños y mujeres. Israel dice que va contra Hamás, pero cada vez mueren más palestinos. A juicio de Rafalowski, la sociedad israelí podría convivir con los palestinos de Cisjordania. La Media Luna Roja y la Estrella de David Roja colaboran en Cisjordania, pero no en Gaza. El israelí tampoco ve igual al gazatí. "Si le pregunta a un ciudadano normal sobre los palestinos de Cisjordania, pero con los de Gaza es otra cosa por Hamás. Con los palestinos de Gaza es otra historia después de este ataque. Hoy lleva su ropa de civil y de repente saca el armamento del armario y pasa a ser miembro de Hamás. Para los israelíes cuando uno dice Gaza entiende potencialmente Hamás. Hay una gran desconfianza porque Hamás se infiltró en la sociedad".

Presión internacional sobre Hamás

¿El bombardeo masivo de la población es la vía para acabar con Hamás? "Las guerras causan un enorme sufrimiento. En mi opinión personal, la comunidad internacional podría presionar a Hamás porque mientras Hamas siga en el poder existe un riesgo real para el Estado de Israel. No podemos vivir en paz si Hamás domina Gaza. El mundo no lo le ha dicho a Sinwar que tiene que salir de Gaza ni ha presionado para terminar la guerra. En 1982 Israel libró una guerra contra Al Fatah, con Arafat al frente. Y Arafat tuvo que irse a Túnez, donde vivió durante años, hasta que se mostró dispuesto a dialogar. Nadie ha dicho 'basta' al líder de Hamás en Gaza. Hay condenas y críticas, pero salvo los alemanes y los estadounidenses, no dicen que Hamás ha de dejar de gobernar Gaza", remarca Rafalowski, quien subraya que los palestinos de Gaza no pueden elegir quiénes les gobiernan. "Si no te gusta Hamás, toman represalias. No quisiera ser un ciudadano palestino en Gaza. Viven en las peores condiciones imaginables. Viven bajo un régimen terrorista que antes que todo es terrorista con sus propios ciudadanos. Ni siquiera pueden migrar".

No quisiera ser ciudadanos palestino en Gaza... Viven bajo un régimen terrorista que es antes que todo terrorista con sus propios ciudadanos"

Rafalowski asegura que los ataques están autorizados por abogados para que estén permitidos por las normas internacionales de combate. "Los civiles van a sufrir lamentablemente pero Israel trata de que afecte lo menos posible a la población. ¿Hay métodos más efectivos que causen menos víctimas civiles? Es una pregunta táctica. Hay países que piden que Israel pare la guerra en Gaza sin importarles que Hamás siga dominando Gaza. Sánchez defiende eso. Es lo que entendemos en Israel. Sus declaraciones horas antes de la primera liberación fueron muy inoportunas. Otros dicen que Israel ha de minimizar los ataques contra civiles y respetar las normas internacionales y nos ofrecen su experiencia para que el impacto sea menor. Es lo que hace EEUU. Nuestros generales han cambiado sus planes de combate basándose en esta experiencia", apunta el responsable de emergencias de la Estrella de David Roja.

Sobre los rehenes israelíes en manos de Hamás, cree que es prioritario liberarlos, pero "habrá que pagar un precio y será muy doloroso". Señala que la última vez fue el intercambio de Ghilad Shalit por más de un millar de presos palestinos, y el líder de Hamás en Gaza, Yehia Sinwar, fue uno de ellos. "Los que se oponen rechazan hacer esta concesión". Lamenta que Hamás no permita que llegue ayuda a los secuestrados: ni siquiera Qatar lo ha logrado.

A pesar de todo lo sufrido, no cree que la sociedad israelí esté condenada a vivir en estado de emergencia permanente. "Somos una sociedad fuerte y resiliente. Nos apoyamos unos a otros en tiempos excepcionales. Es lo positivo que hemos visto de esta guerra. Vamos a salir adelante. Hay que resolver el tema político: veremos el impacto en el liderazgo. Personalmente, creo que si éramos una sociedad polarizada, esta guerra nos empujó a todos hacia el centro. Si logramos mantenernos fuera de la polarización, saldremos mejor adelante. Desde el centro siempre se está más abierto al diálogo con otros", concluye Rafalowski.