Era una cumbre de gas pero podría haber sido perfectamente la de los no alineados. Por Argelia han desfilado en los últimos días algunos de los países más atacados desde Occidente: del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, a los emisarios de Vladimir Putin y Nicolás Maduro. Todos pertenecen a un club que es dueño del 70% de las reservas mundiales de gas y busca ahora constituirse en una suerte de OPEP para hacer valer su recurso energético en una coyuntura marcada por la demanda de Europa, la guerra en Ucrania y la inestabilidad en el mar Rojo.

En el Centro Internacional de Conferencias de Argel, en las afueras de la capital argelina y a orillas del Mediterráneo, los jefes de Estado vocearon sus quejas contra Estados Unidos, el principal productor de gas pero fuera de la organización, y las sanciones impuestas a Rusia, Irán y Venezuela. “Los mercados energéticos atraviesan una situación compleja creada por las medidas anti mercado impuestas por los países imperiales frente a los productores”, deslizó el ministro venezolano de Petróleo Pedro Rafael Tellechea. “El foro se creó en 2001 a instancias de Irán y es hoy un grupo de países del llamado Sur global que defienden sus intereses como productores de gas. Existe un componente político obvio”, explica a El Independiente Ahmed Bensaada, experto argelino en geopolítica.

El Foro estaba integrado hasta ahora por 12 países: Argelia, Qatar, Rusia, Irán, Bolivia, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Guinea Ecuatorial, Libia, Nigeria, Trinidad y Tobago y Venezuela. Al club se ha sumado desde esta semana Senegal, que descubrió hace una década reservas de gas y comenzará su explotación a finales de este año. Perú, Irak, Azerbaiyán, Malasia, Mauritania, Angola y Mozambique ejercen como países observadores, pero tanto Mauritania como Mozambique aspiran a convertirse en miembros permanentes.  

Contra "las regulaciones discriminatorias"

Juntos representan el 51% de las exportaciones mundiales de gas natural licuado (GNL). En la Declaración de Argel, adoptada el sábado, abogan por el futuro del gas como un recurso “abundante, asequible, fiable y sostenible” y rechazan “todas las restricciones económicas unilaterales” y “las regulaciones discriminatorias”.

Entre denuncias a la operación militar israelí en la Franja de Gaza y el respaldo hasta ahora de la administración Biden, los presentes -entre ellos el emir de Qatar, el jeque Tamim Hamad al Zani- se comprometieron a trabajar por “mercados de gas natural equilibrados y fiables” con “contratos a medio y largo plazo y precios estables y equitativos”. Uno de los caballos de batalla es la fluctuación de los precios. Estabilizar el mercado es una de las reclamaciones de un bloque garante de la estrategia de los productores de gas en un momento en el que la Unión Europea busca alternativas al gas ruso y los compromisos internacionales imponen una reducción de los combustibles fósiles para mitigar el calentamiento global.

Uno a uno, los asistentes fueron concertando la unanimidad en las demandas en lo que el presidente de Bolivia, Luis Arce, calificó de la prueba de “la reconfiguración de un nuevo orden mundial”. "El surgimiento y consolidación de bloques comerciales como los de África, Sudamérica y los BRICS, nos abren la posibilidad de acceder a mercados internacionales sin la necesidad de comprometer nuestra soberanía", esbozó. “El acoso que sufren los estados miembros por las sanciones de Occidente que le impiden exportar libremente sus recursos naturales”, recriminó el representante de Guinea Ecuatorial. “Estas penalizaciones tienen un efecto devastador en la vida de las personas. El foro debe cooperar entre los estados miembros para minimizar el impacto demoledor de estas sanciones”, añadió.

La OPEP ha usado el petróleo como un arma política y puede ser una vía

Para Bensaada, uno de los espejos en los que se mira el Foro es la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). “La OPEP ha usado el petróleo como un arma política y puede ser una vía”, señala el académico. “Los precios en el gas son frutos de contratos a medio y largo plazo, pero una de las cuestiones sobre la mesa ahora es cómo proteger la cadena de suministro. Como vemos en el Mar Rojo en estos momentos, los barcos son objetivos. Así que ésa es una gran preocupación. Hay que proteger las instalaciones de gas natural y tenemos el antecedente de la Unión Europea y Rusia”, apunta el analista en energía argelino Choeib Boutamine.

Instalaciones de Sonatrach en Argelia.

Argelia se reivindica

En el centro de esa geometría emerge Argelia, primer exportador de gas del continente africano y quinto mundial por sus reservas. Tras su adhesión fallida a los BRICS -el club político y económico de los países emergentes-, Argel –bajo los auspicios del presidente Abdelmadjid Tebboune- ha hallado en la organización de la cumbre una oportunidad para reivindicar un papel exportador y también su posición geopolítica. El viernes inauguró la sede del Instituto de Investigación del Foro que persigue establecerse como un centinela del porvenir del gas.

La guerra en Ucrania ha situado a Argelia como un suministrador clave para Europa

Argelia, pionero en el continente tras apostar por convertir sus recursos energéticos en motor de su construcción como Estado tras la traumática independencia de Francia, goza de relaciones históricas con Rusia e Irán; mantiene sólidos lazos con África tras patrocinar los movimientos de independencia y ayudar al establecimientos de los sectores gasísticos en países como Angola o Nigeria; y por razones ideológicas comparte códigos con Venezuela o Bolivia. En los últimos años, además, ha tratado de impulsar la construcción de un gasoducto Nigeria-Argelia.

El gigante estatal argelino Sonatrach tiene, por ejemplo, participaciones en el gasoducto peruano y ha firmado acuerdos de colaboración con sus contrapartes en Bolivia y Venezuela. La guerra en Ucrania ha situado a Argelia como un suministrador clave para Europa y su desconexión con Moscú. En los últimos dos años ha firmado acuerdos con Italia y Alemania y ha logrado mantener una relación gasística privilegiada con España a pesar de las turbulencias políticas que ha rebajado el resto de relaciones comerciales bilaterales. En la actualidad, opera dos gasoductos con el continente, el italiano y el español. El año pasado fue el segundo exportador a Europa por gasoducto.

El gas, ¿energía limpia?

En su último informe, el Foro pronostica que la demanda mundial de gas natural se incrementará un 34% hasta 2050. “El gas natural proporciona estabilidad al mercado de suministro. La era de oro del gas natural está por llegar. Está delante de nosotros y no detrás. Las llamadas a parar la financiación en gas natural no son realistas”, señaló desde Argel Mohamed Hamel, secretario general del Foro y ex vicepresidente de Sonatrach. Una de las conclusiones de la cumbre es, en la línea de lo que Argelia lleva años haciendo, reforzar la cooperación en busca de unas inversiones que superarán los 9 billones de dólares en las próximas dos décadas. “El gas natural es versátil, flexible y limpio y aparece como una herramienta para garantizar la transición energética”, recalcó en un mensaje lanzado también por los países miembros.

Es hacerse trampas al solitario porque el máximo de producción está a la vuelta de la esquina

Precisamente en su declaración final, se rechaza “cualquier uso del cambio climático como justificación para implementar medidas que socaven inversiones en proyectos de gas natural y creen modos de discriminación arbitraria contraviniendo las reglas de comercio internacional”. Países como Senegal, Mozambique o Mauritania se unen ahora a la explotación del gas con la esperanza de que su maná sirva para la prosperidad económica de sus países y reducir la pobreza energética. Desde el Foro se apuesta, además, por incrementar el uso del gas en el mercado doméstico, la industria petroquímica y química así como la producción de fertilizantes para favorecer “la seguridad alimentaria”.

No obstante, la estrategia de vender el gas como una energía limpia se enfrenta a las objeciones de científicos y ecologistas. “Presentar el gas como energía de transición no es nuevo. Es verdad que por caloría producida el gas natural es menos intensivo en carbono pero igualmente produce CO2. Tampoco es una solución”, apunta a este diario Antonio Turiel, investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC. “Es hacerse trampas al solitario porque el máximo de producción está a la vuelta de la esquina”, advierte. “Si nos tomamos en serio la lucha contra el cambio climático tendríamos que reducir drásticamente nuestro consumo de gas”.

Para Alfons Pérez, experto del Observatorio de la Deuda en la Globalización, una de las claves que no deben ser ignoradas es el proceso. “Es verdad que en la combustión el gas es el que tiene menos emisiones, pero si miras toda la cadena global de suministro, ya no es un combustible tan limpio. Hay pérdidas desde la extracción hasta la compresión, la licuefacción y regasificación si la hay. En el transporte por gasoductos hay pérdidas y esas pérdidas son de metano, que es 82 veces más potente en términos de potencial climático que el CO2. Si se pierde metano por el camino, se está teniendo un impacto climático mucho más alto”, arguye.

Una realidad que la coyuntura actual, en medio de conflictos que han puesto en jaque el suministro de energía, ha llevado a Occidente a recalcular sus apuestas. Y el Sur global ha encontrado su momento para hacerse oír y poner sus reglas. “Los países que formamos parte del Sur global confiamos en un mundo multipolar y multicéntrico”, deslizó el presidente boliviano. “Los países desarrollados del capitalismo central deben encargarse de la parte que les corresponde de la deuda climática así como la compensación y reparaciones históricas  con los países en desarrollo. No existe un consenso global en torno al abandono de combustibles fósiles. Existen tendencias que apoyan que este proceso sea gradual, justo, ordenado y equitativo a nivel internacional teniendo en cuenta la soberanía de los países sobre sus recursos naturales”, apuntó Arce.  “La demanda de gas natural hasta 2050 seguirá aumentando al mismo tiempo que se amplían las energías renovables y otras aún por descubrir”, reivindicó.