Pamela Anderson se opone a las corridas de toros, Yoko Ono apoya el referéndum en Cataluña y Bertín Osborne quiere movilizar a los venezolanos contra la Constituyente de Maduro. Me pregunto qué opinará del Brexit Ana Obregón.

Dónde quedaron aquellos veranos en los que los famosos se conformaban con posar a la orilla del mar y actuar en Murcia qué hermosa eres. Ahora que sus posados vienen con moraleja se ha vuelto imposible ver Corazón, Corazón sin llevarse un par de lecciones de geopolítica. Y así no hay quien desconecte de la actualidad.

La última en abanderar una buena causa en su posado ha sido la actriz que saltó a la fama con Los Vigilantes de la Playa y ahora regenta un vegano en Saint Tropez. Desde que se ha convertido en una defensora de las causas animalistas, lo mismo censura el foie gras que la tauromaquia. Pero si la campaña de Pamela Anderson contra las corridas de toros tiene el mismo éxito que cuando les pidió a los franceses que votaran por Melenchon pueden descansar tranquilos los taurinos.

#nimes #anticorrida

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Este activismo pop es la consecuencia lógica de tanta política espectáculo. No pueden los políticos acusar a la farándula de intrusismo teniendo en cuenta que empezaron ellos robándoles a gritos el prime time de los platós.

El otro día estuvo Gabriel Rufián discutiendo con el Padre Apeles sobre el procès en un Deluxe de Telecinco. Moderados por Jorge Javier Vázquez, le dieron también un repaso a la Ley de la Memoria Histórica. Sobre el Valle de los Caídos dijo el de la sotana que allí "sólo hubo accidentes laborales".

Lo malo de que Leonardo di Caprio recorra el mundo en jet privado para luchar contra el cambio climático y Shakira tenga reuniones bilaterales con Trudeau para hablar de feminismo es que ya no se puede una llevar el Cuore en la playa para desconectar.

Pero tiene sus ventajas. A lo mejor los políticos pueden aprender algo de ellos. Como dijo Pamela Anderson a Marie Claire  en una entrevista: "Siempre he sido auténtica. Excepto por mis pechos".