Ya andan patizambos de caballo y de pistola, con la sobaquera caliente y la Biblia de plomo. La derechita simbólica sólo ve películas de marinos y de vaqueros y ahora ha sacado las armas del arcón confederado. Abascal, que ya se puso un casco de conquistador como un actor de parque temático y va con pipa, una pipa como de la Transición, o sea todavía política y de carácter, no es que quiera el Oeste, sino un arma en cada casa igual que un San José, o sea un santo con pistolas. Vox tiene la simpleza de un domingo de cine, pero eso no significa que su simplicidad sea inocente. En Vox militan rambos de lavacoches y cuchilleros de sacristía, pero no es tan sencillo como esa caricatura.

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