“Veo esta lluvia y no te puedes imaginar lo que pienso”. Yo pensaba en el paraguas rojo, que era como un único tulipán rojo en un mundo de barro, en un día de lluvia que había arrastrado todos los colores menos ese rojo perenne, casi volcánico bajo el aguacero. El paraguas rojo está en la portada de Patria por casualidad. Aramburu ha contado que la foto simplemente les gustó y sólo más tarde cayó en que el paraguas que llevaba José Luis López de Lacalle cuando fue asesinado por ETA era rojo. Un rojo más apagado, un rojo con cuadros, un rojo real, con todos sus cuajarones de rojo, no el rojo estilizado o alegórico de la vida o de la sangre. A Bittori, la protagonista de Patria, la lluvia le recuerda el día en que mataron a su marido. Yo pensaba en el paraguas rojo, en cómo se queda ese paraguas en la retina, con rojo de sol, de verano cerrando los ojos. Es el Día de la Memoria en el País Vasco y yo pienso que todavía sigue ahí ese paraguas, que nadie puede quitarlo, como una honda raíz de sangre o una espada maldita.

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