Cada día asistimos a una omnipresencia de la Inteligencia Artificial y del análisis de datos. Se acaba de aprobar en España la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial y cada día aparecen voces acerca de los rasgos éticos que deben acompañar a esta materia. El presente artículo parte de la que creemos es una necesidad imperiosa, tanto desde el punto de vista epistemológico como desde el impacto que pueden tener las TIC (Tecnologías de la información y la Comunicación) en la sociedad. Me refiero al paulatino cambio en el paradigma de las ciencias humanas y sociales de la mano de la revolución tecnológica. A priori, parecería que nos encontramos ante un avance decisivo para este tipo de disciplinas y su aplicación práctica en la sociedad, sin embargo, creemos que se están invirtiendo las categorías y se hace pasar como fin lo que debería ser un instrumento.

Para poder acceder a este y otros contenidos debes de ser suscriptor.

Opciones de suscripción

¿Todavía no estás seguro? Consulta aquí todas las ventajas de suscribirte a El Independiente.

¿Ya eres usuario Premium?

Identifícate