Cerramos un 2021 bastante atípico en lo político, desgraciadamente por segundo año consecutivo, y también en lo económico, en lo social y en lo institucional. La maldita pandemia que nos azota desde la primavera de 2020, hace ya más de 20 meses, ha sido aprovechada por populistas de distinto signo para minar nuestra cohesión como sociedad e intentar socavar los cimientos de nuestra convivencia en paz y en armonía. No lo conseguirán. Hoy, último día del año, quiero aprovechar para escribir mi particular carta a los Reyes Magos y expresar algunos propósitos para este incierto 2022.

Contenido Exclusivo para suscriptores

Para poder acceder a este y otros contenidos debes de ser suscriptor.

¿Ya estás suscrito? Identifícate aquí