Es pronto para dar por seguros los resultados de este mes sobre todo porque las elecciones generales se van a celebrar previsiblemente en diciembre y para eso falta casi un año completo que Pedro Sánchez utilizará para regar de millones a los sectores de edad por algún motivo cautivos, pensionistas, madres y padres, jóvenes... En esas circunstancias es difícil ver cómo se van a comportar electoralmente llegado el momento de las urnas generales.

Pero lo que sí es un hecho incontrovertible es que Alberto Núñez Feijóo se está disparando en intención de voto pero no llega a la mayoría absoluta y se ve en la necesidad de pactar con Vox para echar del poder a Pedro Sánchez.

Ése es un escenario catastrófico para el Partido Popular porque no hay más que ver lo que le ha sucedido a Isabel Díaz Ayuso: que a falta de cuatro diputados para la mayoría absoluta, Rocío Monasterio, perteneciente a Vox no ha tenido el menor empacho en votar junto con la izquierda y cargarse unos presupuestos que iban a beneficiar a muchos madrileños. Eso no le ha importado nada.

Y del mismo modo todo lo que pueda hacer Santiago Abascal por mantener arrodillado a Núñez Feijóo para que haga sus políticas y no las del PP lo hará sin dudarlo un sólo instante. Por eso estos sondeos no son nada buenos para el tan necesario cambio de gobierno, porque el propósito de Abascal es tener al PP colgado de un clavo mientras eso le sea posible.

Y la prueba de esto que digo está en la moción de censura, que está hecha contra el PP, no contra Sánchez. Es una moción destinada a sumarse a Sánchez en su acusación al PP de ponerse de perfil, acusación que comparten ambos líderes políticos aunque estén situados en los dos extremos del arco parlamentario. 

De hecho, parece que hay unos cuantos asuntos que están en el ideario de Vox pero que Tamames va a eludir como las autonomías, el feminismo, o la lacra de la migración ilegal. Lo cual permite colegir que tiene un propósito distinto al propio de una moción de censura.

Claro, que los de Abascal se tienen que tragar ahora la carta que envió el profesor a Artur Mas proponiéndole nada menos que el 3 de octubre, justo cuando el Rey se dirigía a la nación entera para defender la Constitución y Cataluña ardía por los cuatro costados, para proponerle que Cataluña pasara a llamarse Nación Catalana, en la que se abogaba por recuperar la redacción original del Estatut, y se defendía la existencia de una Hacienda federal. Eso es mucho tragar, sin duda, para un partido que tiene en su programa la supresión de las autonomías.

Pero el principal propósito de Vox con esta moción es el de tratar de recuperar el 20% de sus electores que se han ido al PP y en parte,  rescatar a los muy mayores que se le resisten al partido de la calle Bambú.

Habrá muchos alcaldes que sólo podrán serlo si pactan con los de Abascal sin pena de permitir que gobiernen las izquierdas

Si Pedro Sánchez mete la pata y Ramón Tamames borda su intervención se le puede volver en contra al Gobierno. Pero ya ha dicho el PSOE que van a tratar con el respeto debido al profesor Tamames, con lo cual ese riesgo no existe o existe muy mínimamente. 

Núñez Feijóo va a tener ocasión de comprobar un poco la actitud de los de Santiago Abascal en las próximas elecciones autonómicas y municipales porque habrá muchos alcaldes que sólo podrán serlo si pactan con los de Abascal so pena de permitir que gobiernen las izquierdas. 

Y ni con eso estará suficientemente advertido. No lo estará más que cuando se convoquen las elecciones generales porque ese será el momento de calibrar hasta qué punto Vox va a condicionar la gobernabilidad de España con la imposición de sus condiciones. 

Por lo que se refiere al PSOE no levanta cabeza y no pasa en la media de los sondeos, de los 100 escaños. Ahora tiene 120. 

Los dos que pierde en los últimos sondeos se van a Podemos que por algo no está dispuesto a abandonar el Gobierno porque eso les da una visibilidad de la que en otras circunstancias carecería. 

La opción de Yolanda Díaz no tiene hechuras todavía así que no está considerada como aliada de Sánchez porque no es nadie todavía y no sabemos si lo será algún día.

Ciudadanos está entre un único escaño y ninguno, pero ellos se empeñan en presentarse a las elecciones generales pase lo que pase en los comicios autonómicos y municipales, donde van a cosechar previsiblemente un fracaso estrepitoso.

Los de Más País resisten con tres diputados en la media de encuestas y por lo que se refiere a los partidos independentistas, salvo ERC que perdería un escaño y el BNGa que duplicaría su representación pasando de uno a dos diputados, el resto se mantendría como está en esta legislatura.

Lo que es evidente es que, tal como están las cosas a día de hoy, el PSOE no podría repetir legislatura porque los números, salvo los del CIS, no le dan para sumar con todos sus socios una mayoría de gobierno. 

Pero a su vez a Feijóo no le conviene de ninguna de las maneras pactar con Abascal. Necesita más votos.