Este es el pobre argumento que sostienen los que apoyan a un gobierno corrupto y agotado como el de Sánchez, todo vale según ellos para evitar que PP y Vox pueda gobernar. Aunque ganen elecciones y tengan que aliarse con derechas golpistas como la de Puigdemont, aunque sean socios de terroristas como Otegui… Todo vale para que no gobierne la derecha.

Creen pertenecer a una estirpe superior que sabe lo que nos conviene y lo que no a los ciudadanos, para ellos somos el rebaño al que ellos guían por el buen camino para que no termine despeñándose, o lo que sería peor, siendo libre y pensando por sí mismo. Dijo Milei algo muy sabio hace unos años: “Los políticos son unos sociópatas, nos quieren hacer creer que nosotros necesitamos de ellos para vivir, cuando en realidad son ellos los que necesitan de nosotros”. Aquí estamos llenos de sociópatas y autócratas en el gobierno, incluso alguno en la oposición. Montoro fue el maestro de Montero en las artes del acoso, la filtración a los medios, el chantaje velado… Con Montoro la Agencia Tributaria paso a ser un órgano parapolicial por encima de la ley, como ahora lo es con Montero. Es cierto que el PP nunca se atrevió a tanto como el PSOE en el Constitucional o en la Fiscalía General, quizá porque hoy Sánchez ya ni cuida las formas, coloca a los suyos y les exige a cambio obediencia ciega.

Todo vale menos que gobierne el adversario, están negociando en Suiza con un mediador salvadoreño un referéndum ilegal para dividir España y también vale. Se va Santos Cerdán, número dos del partido y diputado, a negociar con un prófugo de la justicia a Zúrich y viaja en business ida y vuelta, casi 1.000 euros cada viaje, para repartirse España por 7 votos y pagando usted con sus impuestos cada trayecto.

Tenía razón Albert Rivera, son una banda. Jamás en democracia un gobierno destruyó la credibilidad e independencia de tantas instituciones en tan poco tiempo

La corrupción se estableció en el actual gobierno nada más llegar, de hecho, la trama de Koldo ya funcionaba antes de que Sánchez ocupara la Moncloa y creció a la vez que su poder a través de su ambiciosa esposa, Begoña Gómez. ¿Cómo es posible que la contrate una organización para conseguir fondos siendo quien es? Es normalizar la prevaricación. O que sus patrocinadores sean casualmente los empresarios rescatados con más millones de dinero público tras la pandemia, entre préstamos y subvenciones 1.100 millones de euros. Jamás en democracia tuvimos a una primera dama que, tras llegar su esposo a la presidencia del Gobierno, dejara su trabajo para ponerse a hacer negocios y aprovecharse de su posición de poder. Pero también la justifican, todo vale para que no gobierne PP y Vox.

Los 40 viajes en Falcon a Republica Dominicana sin explicación oficial, las maletas de Delcy en Barajas, los cientos de millones malgastados en pandemia con material sanitario inexistente, o los nefastos resultados en economía, paro, libertades civiles, violencia de género… Todo se justifica para que no gobierne la derecha.

La opinión pública vive en un limbo porque en muchas radios, en la mayoría de digitales y en casi todas las televisiones se le dice que es bueno actuar así, que se hace por la concordia, convivencia, pacificación… Palabras huecas que muchos creen porque sus líderes de opinión las divulgan; solo Zapatero invirtió más millones en publicidad institucional que Sánchez para tener los medios en sus manos. La realidad es que hoy se venden más periodistas que periódicos.

Se quejan de las falsas elecciones organizadas en Rusia por Putin, pero actúan como él, comprando la empresa Indra a través de Prisa, poniendo a amigos fieles en Correos y haciendo crecer artificialmente a partidos como Sumar para fagocitarlos cuando ya no les sean útiles. Yolanda Díaz al igual que Puigdemont, Junqueras y Otegui saben que no volverán a tener una ocasión como esta, no volverán a tener el poder del Estado en sus manos, ningún presidente anterior llegó tan lejos por mantenerse en el poder.

Tenía razón Albert Rivera, son una banda. Jamás en democracia un gobierno destruyó la credibilidad e independencia de tantas instituciones en tan poco tiempo y cuando se vayan no solo habrá que reconstruir España, sino aprobar las leyes necesarias para que jamás otro sátrapa, similar al que nos preside, pueda imitarle bajo la falsa excusa de que lo hace para que no gobierne la derecha.