La inseguridad alimentaria, que se define como la falta de acceso seguro y continuo a suficientes alimentos nutritivos y seguros para llevar una vida activa y saludable, es un fenómeno que se percibe a menudo como un problema lejano, asociado a países en desarrollo. Sin embargo, es una realidad invisible mucho más cercana de lo que pensamos y afecta a seis millones de personas en España, donde el 13% de la población tiene dificultades para acceder una alimentación nutritiva. Esto se traduce en que hay familias que deben escoger entre pagar facturas o comprar alimentos. Es un problema de gran calado que no se debe únicamente a situaciones puntuales o crisis económicas, sino que es estructural, con causas complejas e interconectadas. Los datos hablan por sí solos.

El hambre afecta a seis millones de personas en España, donde el 13% de la población tiene dificultades para acceder una alimentación nutritiva

Cuando pensamos en inseguridad alimentaria, a menudo nos imaginamos la falta total de alimentos, pero se trata de un problema que va más allá del hambre: incluye no poder acceder a una dieta equilibrada y saludable. Muchas familias se ven obligadas a comprar alimentos menos nutritivos porque son más económicos, lo que lleva a problemas de salud como la malnutrición y enfermedades relacionadas con la dieta.

Ante la magnitud del problema, de base estructural, expertos y expertas en nutrición, salud e inseguridad alimentaria del panorama nacional e internacional se han dado cita recientemente en Madrid en el evento "El hambre invisible en España: el reto de medir y reducir la inseguridad alimentaria", organizado por Acción contra el Hambre. Este encuentro ha servido para profundizar sobre la inseguridad alimentaria, evidenciando la falta de sistemas de medición estandarizados y estadísticas oficiales para diseñar políticas públicas efectivas para su prevención y mitigación.

Y es que, precisamente, uno de los obstáculos en la lucha contra la inseguridad alimentaria es la falta de datos homogéneos y la dificultad para medirla, de ahí la necesidad de desarrollar sistemas de seguimiento y alerta temprana. En respuesta a esta exigencia, durante el evento presentamos nuestro Sistema de Alerta Temprana para la detección y prevención de la inseguridad alimentaria, una herramienta innovadora basada envariables de consumo, vulnerabilidad e inseguridad alimentaria. Su objetivo es anticipar la acción de entidades sociales, de salud y políticas a nivel local, permitiendo activar recursos en áreas en riesgo y redirigir las políticas públicas en esas regiones.

La inseguridad alimentaria en nuestro país nos plantea un reto complejo, pero no insuperable

Esta no fue la única palanca efectiva para paliar la inseguridad alimentaria en países de rentas altas que saltó a la palestra. Durante el evento, Hélène Pasquier, integrante de la CALP Network (que gestiona programas de transferencias monetarias a personas en contextos de crisis) y responsable de Seguridad Alimentaria y Medios de Vida de Acción contra el Hambre, y Elena Carrillo, investigadora y profesora de Salud Pública en la Universidad Ramón Llull, dialogaron sobre las transferencias monetarias. Las expertas subrayaron cómo estas pueden cambiar el comportamiento de compra de las familias, permitiéndoles adquirir alimentos en mayor cantidad, variedad y calidad. Este enfoque demuestra que la inseguridad alimentaria no solo es una cuestión de acceso físico a los alimentos, sino también de capacidad económica para adquirirlos.

La inseguridad alimentaria en nuestro país nos plantea un reto complejo, pero no insuperable. Frente a este desafío, desde Acción contra el Hambre nos dedicamos a asegurar que todas las personas tengan derecho a una alimentación adecuada. Nuestras medidas incluyen mejorar las políticas de empleo con un enfoque en la salud y nutrición, dirigir las ayudas y beneficios sociales hacia quienes más lo necesitan para garantizar su acceso a alimentos, optimizar el apoyo financiero destinado a la compra de alimentos a través de, por ejemplo, tarjetas de ayuda, y crear programas que fomenten una nutrición y alimentación saludable, especialmente entre los niños y niñas. 

Ha llegado el momento de prestar atención a este gran problema latente y unir esfuerzos para crear una sociedad donde el derecho a una alimentación adecuada sea una garantía para todos y todas, sin dejar a nadie atrás.


Sonia González es directora adjunta de acción social en España de Acción contra el Hambre