Podemos no levanta cabeza electoralmente. Las últimas encuestas publicadas por distintos medios de comunicación confirman la tendencia a la baja mostrada por el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que fue considerada una "caída significativa y preocupante" por la ex secretaria de Análisis Político y Social, Carolina Bescansa, en un informe interno. La situación empeora respecto al mes de abril.

Las encuestas publicadas por El Confidencial, Público y La Razón coinciden en la tendencia de pérdida de apoyo electoral del partido de Pablo Iglesias, que espera al CIS de julio -que se elabora estos días y se presentará a fin de mes- para obtener sus propias conclusiones. No obstante, resulta evidente que acciones efectistas como la puesta en marcha del Tramabús, la ofensiva contra el PP por la corrupción y la moción de censura protagonizada por Irene Montero e Iglesias no han servido para remontar en los sondeos.

La pérdida de apoyos de Podemos coincide con la recuperación electoral del PSOE una vez que su renovado secretario general, Pedro Sánchez, ha decretado un giro a la izquierda. El "nuevo PSOE" conquista posiciones principalmente a costa de Podemos y ha establecido una estrategia de colaboración institucional para recuperar la iniciativa política en el espacio de la izquierda. Los sindicatos y los ecologistas ya han pasado por la sede de Ferraz para mostrar su reencuentro con la nueva dirección socialista.

Bescansa advirtió del paralelismo entre el CIS y los resultados del 26-J

En este sentido, la bajada electoral de Podemos se produce con un cambio cualitativo de sus votantes. En abril, Bescansa alertaba de que la proporción de quienes se declaran progresistas en el electorado del partido había caído del 26% de enero al 21% de abril. "La proporción de socialdemócratas ha bajado desde el 8% al 5%, mientras crece la proporción de quienes se definen como socialistas (de 11.5% a 13.2%) y se mantiene estable la proporción de comunistas (9%)", explica.

Hace tres meses, Bescansa advertía del "paralelismo" entre la encuesta del CIS y los sondeos internos que manejaron durante el periodo entre las dos elecciones generales, del 20 de diciembre de 2015 a junio de 2016, cuando resultó imposible la formación de un Gobierno en el país.

"Desde el punto de vista de la serie histórica, los datos ofrecen un paralelismo evidente con la tendencia que el mismo CIS detectó entre enero y abril de 2016. Entre el marco post-20D del estudio de enero de 2016 y el marco postnegociación del estudio de abril de 2016, el CIS anticipó un retroceso de los apoyos a Podemos y las confluencias de más de cuatro puntos, es decir, aproximadamente un millón de votos. Si incluimos a IU en la referencia, el retroceso de apoyos anticipados por el CIS en Abril de 2016 fue de unos 650.000 votos", advertía Bescansa en abril. Entonces el CIS apuntaba a "una caída de apoyos a Unidos Podemos y sus confluencia para el período enero 2017 –marco post-formación de gobierno- y abril de 2017 (marco post-Vistalegre 2) en torno a los 500.000 votos".

"El barómetro correspondiente al mes de abril refleja una caída estadísticamente significativa del apoyo electoral a Unidos Podemos y sus confluencias, que se expresa con un descenso del 2% en relación al barómetro de enero", señalaba entonces Bescansa, que advertía de la gravedad de una tendencia que amenaza con consolidarse.