Política

Podemos se queda sin estructura de partido en pueblos y ciudades por el reglamento de Echenique

Pablo Iglesias y Pablo Echenique, este lunes en rueda de prensa.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el secretario de Organización, Pablo Echenique. EUROPA PRESS

Podemos amaneció el miércoles pasado sin estructura de partido en pueblos y ciudades. En enero de 2015 se eligieron 760 secretarios generales y 331 consejos ciudadanos municipales cuyo mandato ha expirado esta semana. Han "decaído" quedando sin funciones ni poder de decisión según los nuevos reglamentos elaborados por el secretario de Organización, Pablo Echenique.

Esta nueva norma regula el funcionamiento de las plataformas electorales en todos los ámbitos inferiores al autonómico y establece unas estrictas condiciones para la continuidad de las federaciones locales de Podemos. El desmantelamiento de la formación morada a nivel local tendrá consecuencias en las elecciones municipales de 2019. Y es que la falta de estructura de partido no es obstáculo para que Podemos se presente a los comicios dentro de otras candidaturas de unidad popular (CUPs). Iglesias sacrifica el nivel territorial más básico de su partido para ejercer un control más férreo de cara a las elecciones. Sin estructura de partido local, puede pilotar los procesos de confluencia electoral desde arriba sin que los actores locales intervengan en el acuerdo.

En estos momentos cientos de organizaciones locales, incluidas las de ciudades como Sevilla, Granada, Valencia, Santiago de Compostela, Vitoria, Ourense, Oviedo o Gijón, se encuentran en un limbo, sin función alguna pero sin haberse disuelto, a la espera de que Madrid ponga los plazos para renovar sus órganos y dé luz verte para que renueven su dirección.

Sobre el papel, las organizaciones municipales de Podemos que no se hayan renovado desde enero de 2015 ya no están activas, aunque varios secretarios generales municipales detallan a este periódico que tampoco han recibido aviso alguno al respecto. "Estamos sorprendidos. Pensábamos que estaríamos en funciones hasta que hubiera una nueva dirección, pero no ha habido ninguna comunicación oficial de la Secretaría de Organización Estatal. No sabemos muy bien qué pasa ahora", detalla el secretario general de una capital de provincia que prefiere no desvelar su identidad.

En Madrid, Julio Rodríguez salió elegido tres días antes de que el reglamento entrara en vigor

El documento, aprobado el 18 de diciembre tras un proceso de alegaciones, establece que "en aquellos municipios en los que el mandato de los órganos internos haya concluido" (tres años), "solo existirá un órgano estatutario de Podemos: la Asamblea Ciudadana Municipal", donde se renovará la dirección. Es decir, todas las organizaciones municipales quedan disueltas sobre el papel, a la espera de que la dirección Estatal de Podemos verifique el cumplimiento de los requitsitos por parte de cada localidad y establezca las fechas de las primarias, que se celebrarán en tres tandas al año, aún por determinar. Desde el partido explican que "no es que hayan decaído, sino que la decisión política recae en la Asamblea".

El reglamento no afecta a los Consejos Ciudadanos Municipales que renovaron su cargo después de enero de 2015. Estos mantienen el mandato, que dura tres años. Es el caso de Málaga, Las Palmas de Gran Canaria, Salamanca, Palma de Mallorca, Alicante, Murcia, Jerez, Jaén, Algeciras, Córdoba, Zaragoza, Donosti, Pamplona, Santander, León, Burgos,  Sabadell, Barcelona, Hospitalet, Tarragona o Lleida. En este último caso, la dirección sí se renovó pero dimitió en bloque tras la caída del ex líder de Podem Albano Dante Fachin. También es el caso de Madrid, donde Julio Rodríguez fue elegido en primarias tres días antes de que se aprobara el reglamento.

Adelgazar Podemos para uniformar el partido

Aunque fuentes de Podemos aseguran que una vez que se inicien los procesos de renovación "todas las capitales de provincia tendrán organización", lo cierto es que buena parte de la organización municipal quedará desmantelada, puesto que sólo se podrá constituir ejecutiva local en los municipios que tengan más de 50 militantes de carné.

Echenique creó esta figura el verano pasado para distinguir a los inscritos con máximo nivel de compromiso que han verificado su identidad mediante DNI y acuden habitualmente a las reuniones. El nivel de requisitos para elegir las estructuras municipales aumenta con la exigencia de que el censo de militantes ampliado (todos los inscritos, aunque no tengan carnet), represente por lo menos el 0,075% del total de los habitantes del municipio.

Esta condición previa deja fuera a multitud de pueblos y ciudades, que se quedarán sin organización a nivel local. Una cifra indeterminada aún, dado que el censo está en construcción, no hay fecha para la presentación de los avales y, en cualquier caso, el censo de militantes de Podemos no es público. En Andalucía, por ejemplo, se quedarían sin consejo ciudadano ciudades medias como Marbella, Roquetas de Mar, El Ejido, El Puerto de Santa María, Chiclana de la Frontera, Vélez-Málaga, Mijas, Fuengirola, Alcalá de Guadaíra, Torremolinos, Sanlúcar de Barrameda, Estepona, La Línea de la Concepción, Motril, Linares y Utrera, todas con más de 50.000 habitantes.

La ejecutiva de Iglesias tendrá la última palabra en las primarias municipales

Si algún municipio no cumple estas condiciones previas, la dirección autonómica puede pedir una excepción a la ejecutiva de Pablo Iglesias para abrir un proceso de primarias en el lugar. La decisión última, como en la mayor parte de los casos en los proceso municipales, sería de la cúpula madrileña de Podemos.

"No tiene que haber una estructura de organización si no hay una gran militancia", justifican fuentes internas del partido, que justifican el reglamento en su intención de "concentrar esfuerzos en preparar candidaturas para las municipales de 2019". Además, destacan la "eficacia" de adecuar la estructura orgánica a la filiación para no verse obligados a emplear tiempo y recursos en lugares con poca implantación.

Reduciendo la estructura municipal de Podemos, además, evitan otorgar el rango de "oficialidad de Podemos" a personas que puedan discrepar públicamente con la dirección estatal de Iglesias.  En el último año se han producido numerosas críticas a la deriva de la formación y algunas de ellas han cobrado especial relevancia precisamente por venir de cargos municipales, considerados voces autorizadas. Con el nuevo reglamento, que limita la estructura de base y la supedita al nivel autonómico y estatal, Iglesias estrecha el control sobre los municipios, donde evitarán situaciones comprometedoras y promoverán la uniformidad con el partido a nivel estatal.

Menos autonomía para las organizaciones municipales

Las direcciones autonómicas de Podemos ejercen un férreo control en todo este proceso, frente a la "descentralización municipal" que dicen defender los dirigentes nacionales del partido. Los aspirantes a liderar Podemos en pueblos y ciudades tendrán que cumplir una doble condición: el aval del 0,025% de los habitantes del municipio -un máximo de 50- y el aval del órgano colegiado, pero en todo caso la organización inmediatamente superior -el Consejo Ciudadano Autonómico- tiene la última palabra en todas estas candidaturas. La dirección autonómica de cada región tiene la potestad para frenar cualquier candidatura municipal o impulsar aquellas que no hayan cumplido los requisitos exigidos.

Iglesias podrá frenar candidaturas municipales o impulsarlas aunque no cumplan las condiciones

En caso de que esta dirección autonómica no esté conforme con los avales presentados por los candidatos, el área de Pablo Echenique puede exigirles el aval expreso de esta dirección autonómica: "Cuando el Consejo Ciudadano Autonómico -la dirección- estime que este sistema de avales pueda haber dejado pasar a candidatos, candidatas o listas que no cumplen con los principios de Podemos, dicho órgano podrá elevar un informe motivado al Consejo de Coordinación Estatal (a través de la Secretaría de Organización), y este último podrá exigir el aval adicional del propio Consejo Ciudadano Autonómico", reza el reglamento. Además, "de forma excepcional", esta dirección también puede dar el visto bueno a una candidatura que no ha cumplido los requisitos exigidos.

La actual dirección de Podemos defendió una mayor descentralización en la organización en Vistalegre II, aunque de facto esta nueva norma liquida la autonomía municipal y la supedita a órganos autonómicos o, en último caso, a Madrid. El documento Organizativo de Podemos [consultar aquí] presentado por Iglesias  y aprobado en la Asamblea, sitúa el refuerzo municipal como una de sus prioridades y señala que "es inaplazable emprender un proceso de descentralización". "Resulta evidente la necesidad de transferir recursos organizativos y herramientas políticas al ámbito municipal de la organización", apunta el texto. "Una organización en crecimiento requiere de una fuerte implantación e imbricación local que opere como termómetro de la temperatura social y como agente político de la movilización ciudadana".

Una vez establecidas las candidaturas, comienza el proceso de primarias. Estas asambleas municipales estarán dirigidas por un equipo técnico que también será nombrado desde arriba, por la dirección autonómica del partido, que pilota todos los procesos municipales. Este equipo técnico va destinado a informar puntualmente a la Secretaría de Organización Estatal del partido. Madrid, de nuevo.

Los procesos de votación tendrán que contar con un mínimo de participación en cada caso para ser válidos. Aunque, si no llega a este mínimo, de nuevo el Consejo de Coordinación Estatal de Podemos -la ejecutiva de Pablo Iglesias- podrá declararlo válido, bajo petición del consejo autonómico. En gran parte de los artículos de este nuevo reglamento, la ejecutiva de Podemos tiene potestad para cambiar los requisitos a discreción y sobre la marcha.

"Quieren regalar Podemos a las confluencias"

"Ni la existencia de órganos internos es garantía de que nos presentemos [a las elecciones] en un municipio ni es condición para ello", señala el reglamento de Echenique. Las elecciones y las asambleas municipales de Podemos concurren en paralelo, pero no están necesariamente relacionadas. El hecho de que Podemos pueda presentarse en un municipio a los comicios aunque no tenga organización constituida ha levantado suspicacias entre quienes creen que este reglamento es una forma de "entregar Podemos a las confluencias"; según señala un secretario general de un pueblo gallego de 10.000 habitantes, que cree que la idea es "renunciar a la estructura interna y presentarse con otros partidos aunque Podemos ni exista", apunta esta misma fuente, que denuncia el abandono de Podemos a sus organizaciones locales: "No recibimos un email de su parte a nuestro correo oficial desde julio", lamenta.

En 2015 Podemos no concurrió como tal a las elecciones, sino que se valió de otras plataformas electorales como es el caso de Ahora Madrid, de Barcelona en Comú o las mareas gallegas. La alianza con otras fuerzas de izquierda es también una de las prioridades que Iglesias defendió en Vistalegre II, y es un aspecto que quiere reforzar en el ámbito municipal.

"Podemos, como partido político, participará en las próximas elecciones municipales, pero para ganar el cambio todos sabemos que es necesario sumar al cambio el mayor número de actores políticos y sociales. Y eso supone ofrecer a la ciudadanía las mejores candidaturas en todas partes, las más plurales, las más abiertas y omnicomprensivas, aquellas que, incluso al margen de la afiliación política, representan la oportunidad de ofrecer a nuestros votantes una alternativa política eficaz para el cambio", señala el reglamento de Echenique.

A juicio de las fuentes antes señaladas, el nuevo reglamento establece una fórmula para entregar la marca de Podemos a estructuras de partido ya existentes, ante la desaparición paulatina del partido a este nivel. "En Galicia, de 50 municipios que tenían partido, no sé si quedarán 10", detalla. La posibilidad de poder concurrir a las municipales sin tener organización también quita barreras a las confluencias: al no existir una dirección morada que establezca las condiciones para la unión electoral con otras fuerzas, no tendrían que llegar a acuerdos puntuales, sino que los pactos se determinarían desde ámbitos superiores para ser posteriormente refrendados por los militantes.

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