Política

PP, un partido en estado de depresión

Gobierno y Génova viven con estupor el divorcio con los medios de comunicación, incluso con los ideológicamente cercanos

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno
Mariano Rajoy, tras la rueda de prensa en la que hizo balance de 2017. | Efe

Mariano Rajoy reúne este lunes a un partido en estado de depresión que no acaba de entender los motivos de su caída en desgracia. El batacazo catalán del 21-D no es tanto la causa como el catalizador de una situación que, sienten, han dejado de controlar. Quizá el único que aún mantiene la sangre fría, fiel a su estilo, sea el presidente del partido, poco dado a los estados emocionales ciclotímicos, lo que le ha permitido sortear a lo largo de los años los baches por los que pasa una formación como el PP.

El 21-D dibujó un panorama de consolidación de Ciudadanos, que ya partía con ventaja en Cataluña respecto al PP. Y aunque el mensaje oficial, mil veces repetido, fue que no había extrapolación posible de esos resultados al resto del país, lo cierto es que la tendencia que marcan todos los sondeos apuntan a un Albert Rivera en claro ascenso capaz de minar base electoral a izquierda y derecha de las siglas populares y hasta de las socialistas.

El sondeo de Metroscopia para El País de este viernes ya fue un sapo difícil de tragar. También lo será, y ya se han preparado para ello, el barómetro del CIS correspondiente a este mes de enero. Desde Génova pasan al ataque con la tesis de que a Rivera "se le da mejor ganar encuestas que elecciones" y el argumentario popular subraya que el líder de Cs también aparecía como ganador en los sondeos previos al 20-D y al 26-J. Hasta el portavoz gubernamental, Íñigo Méndez de Vigo, se atuvo a ese razonamiento cuando le preguntaron el pasado viernes, tras la reunión del Consejo de Ministros, sobre el sondeo de Juan José Toharia.

Pero, en este caso, hay una variable nada desdeñable sobre la que ya se ha alertado internamente tanto en Moncloa como en Génova, esto es, el claro divorcio con los medios de comunicación, incluso con los que se suponen ideológicamente cercanos. Un asesor gubernamental lo resume así: "todos contra el PP y, por tanto, todos contra Mariano y contra su gente".

Gobierno y PP viven con estupor el divorcio con los medios de comunicación, incluso con los ideológicamente cercanos

No se trata tanto de que los medios les ataquen como que apuesten claramente, dicen, por Ciudadanos. La demanda que el PP  presentó ante la Junta Electoral Central contra el ABC por publicar a toda portada una entrevista con Inés Arrimadas en la jornada de reflexión, el pasado 20 de diciembre, es una buena muestra de ese divorcio, de esa falta de "agarraderas mediáticas" que hace sentir a los populares la más absoluta de las orfandades. Precisamente, la entrevista que poco después ofreció a ese mismo medio la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, fue un intento, a decir de colaboradores de la también secretaria general del PP, de restañar heridas.

"Es lógico que los medios traten mejor a Ciudadanos que a nosotros, al menos, hasta que comiencen a dar signos de desgaste", admiten en el entorno de la "número dos" del PP, que insisten en que una de las grandes prerrogativas de Albert Rivera y su partido es estar "inmaculado", ventajas de no gobernar en ningún lado. Otro asesor gubernamental vaticina que este 2018 va a ser "desagradable, desagradable" para el PP.

Moncloa ha pedido a los ministros que tengan "más actividad pública y presencia en la prensa"

El pasado lunes, la secretaria de Estado para la Comunicación, Carmen Martínez Castro, reunió a los directores de prensa de los Ministerios para transmitirles que "vienen momentos complicados y hay que dar la cara", según narra a El Independiente uno de los asistentes. Habló de la necesidad "de movernos, de salir más, de dar entrevistas", en definitiva, "nos pidió que los ministros tuvieran más actividad pública y presencia en los medios de comunicación" para intentar ocupar un espacio que han ido perdiendo. También admitió Martínez Castro, persona de la máxima confianza de Rajoy, que el partido había salido malparado del 21-D, pero que, en todo caso, la situación política en Cataluña y, por ende, en el conjunto del país "no tiene nada que ver con la de noviembre".

Este lunes Rajoy hará una intervención en abierto ante cerca de más de 300 personas. Les pedirá que trabajen ya en las elecciones locales, autonómicas y europeas de mayo del año que viene; "venderá" gestión y salida de la crisis; explicará que los objetivos de 2018 son el crecimiento económico y la creación de empleo para llegar a 20 millones de personas ocupadas en 2020; reiterará aquello de que el PP "es un gran partido" y convocará una gran convención nacional, salvo rectificación de última hora, con la que arrancar la campaña.

Debate interno

Pero la medida real de la reunión del máximo órgano entre congresos la dará el grado de implicación, de participación, o no de sus miembros, esto es, presidentes autonómicos, presidentes provinciales, parlamentarios, miembros del Ejecutivo..., en definitiva, las fuerzas vivas del partido en el Gobierno. Si, por una vez, el PP es capaz de debatir a cara descubierta sobre sus males; hacer un diagnóstico respecto a cómo ha sido posible que Ciudadanos les haya robado banderas como la defensa constitucional de la unidad de España y si hay un camino de retorno.

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