El ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero intentó frenar las sanciones de la Unión Europea a siete dirigentes del régimen bolivariano de Nicolás Maduro. Su argumento fue "que una decisión como esa dificultaba el diálogo", tesis reiterada en no pocas ocasiones y rechazada de plano por Moncloa, que pidió proseguir con el proceso sancionador por entender que lo único que pretendía Maduro "es ganar tiempo. Se necesitan avances reales, no el diálogo por el diálogo", según narran a El Independiente fuentes comunitarias.

En su calidad de mediador con Venezuela, Zapatero se dirigió en la semana del 15 de enero a la alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, la socialista Federica Mogherini, de forma verbal y parece que también por escrito para hacerle dicha petición. De hecho, la comisaria europea "se estuvo pensando, no retirar las sanciones, pero sí tener en cuenta la posición del ex presidente en cuanto a agenda", esto es, "retrasarlas".

Mogherini pensó, no en retirar las sanciones, pero sí en retrasarlas

Ante esta situación, "el Gobierno español presionó para que se cumpliera el plazo ya establecido bajo el argumento de que se trataba de una maniobra dilatoria que beneficiaba a Maduro, solo preocupado por ganar tiempo". A través de la representación de España en Bruselas "se le hizo llegar a Mogherini que ni de broma se podían retrasar". La respuesta del Gobierno dio sus frutos porque, de hecho, esa misma semana, el jueves 18 de enero, se reunió el Comité de Representantes Permanentes de la Unión (Coreper), esto es, los embajadores de cada país miembro ante la UE, para aprobar dichas sanciones, que fueron ratificadas el día 22 por los ministros de Exteriores.

Ese día se decidió la prohibición de entrada en territorio de la UE y congelación de activos de siete altos cargos del gobierno venezolano. En la lista estaban el número dos de Maduro, Diosdado Cabello; el presidente del Tribunal Supremo, Maikel Moreno, y el ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol. A los que hay que añadir al jefe del servicio de inteligencia, Gustavo Enrique González; la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena; el fiscal general Tarek William Saab, y el ex comandante de la Guardia Nacional Bolivariana, Antonio José Benavides.

España presionó para que se cumpliera el plazo ya establecido

Fue el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, el primero en apelar a la exigencia de sancionar al régimen de Maduro, tras unas palabras en este sentido del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Dastis, en una reunión a puerta cerrada de los cancilleres comunitarios que se celebró a finales de julio del año pasado, "habló de sanciones concretas, individuales y selectivas", que culminaron este enero. Conocía Dastis de sobra la posición de ex presidente habida cuenta de que "Zapatero informa a Exteriores de todos los pasos que va dando". Posiblemente, también tuvo noticia inmediata de su petición a Mogherini que cortocircuitó enseguida.

Críticas a la posición de Zapatero

La posición de Zapatero en Venezuela ha ido derivando, según en este caso fuentes diplomáticas, hacia una "identificación" por las posiciones de Maduro. De hecho, afirman de forma gráfica que "se ha pasado al otro lado, ha dejado de ser mediador para ser defensor" y cimentan este juicio en detalles como su negativa a mantener reuniones con la oposición venezolana en la embajada de España en Caracas, hoy sin embajador tras la penúltima crisis diplomática entre ambos países.

Y es que las sanciones tuvieron una respuesta airada e inmediata por parte de Maduro. Sólo tres días después de la ratificación de las mismas por parte de los ministros de la Unión, el régimen bolivariano declaró persona "non grata" y expulsó al embajador de España en Venezuela, Jesús Silva Fernández. Le señaló como máximo culpable de dichas sanciones contra dirigentes de su régimen y acusó, conforme al florido lenguaje del aprendiz de Chávez, de "agresión injerencista y colonialista".

En justa reciprocidad, España decidió la expulsión del embajador venezolano en Madrid, Mario Isea, ya por aquel entonces ausente de nuestro país. No es más que el enésimo capítulo de un largo historial de desencuentros que comenzaron con Hugo Chávez y que no han hecho más que agrandarse con su sucesor, por cierto, el único dirigente internacional que ha apoyado la independencia de Cataluña.

En el entorno de Leopoldo Gómez le acusan de ser "abogado de Maduro"

De la misma opinión que las fuentes diplomáticas consultadas sobre el papel de Zapatero es el abogado del opositor Leopoldo López, Javier Cremades. En unas incendiarias declaraciones que hizo cuando su defendido fue puesto en libertad tras permanecer tres años y medio en prisión, afirmó que “Zapatero ha actuado todo este tiempo como abogado de Maduro. Ha sido el defensor de las posiciones del régimen. Sólo ha entorpecido el camino”.

Por el contrario, salió en respaldo del “papel realmente importante” de Felipe González, al que considera “el principal defensor de Leopoldo. Por eso Felipe González es persona non grata en Venezuela y Zapatero vuela en avión oficial. Ha hecho un flaco favor, por no decir daño, a la causa de la libertad en Venezuela fortaleciendo el régimen de Maduro”, denuncia.

De hecho, el régimen ha agradecido públicamente "las gestiones del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, quien incansablemente ha abonado el camino para el encuentro y la búsqueda de acuerdos entre las fuerzas políticas de Venezuela”, según un comunicado que hizo la denominada Comisión de la Verdad, la Justicia, la Atención a las Víctimas y la Paz, creada por el régimen bolivariano.

Un centenar de ex ministros y representantes políticos y sindicales han firmado un manifiesto en apoyo de Zapatero

Muy lejos de las críticas, están los que la semana pasada firmaron un manifiesto en defensa del ex presidente con rúbricas tan significativas como la de María Teresa Fernández de la Vega, Miguel Sebastián, Miguel Ángel Moratinos, José Bono, Ramón Jáuregui, Leire Pajín o Juan Fernando López Aguilar, pero también de otros partidos como Gaspar Llamazares o los ex sindicalistas Ignacio Fernández Toxo y  Cándido Méndez, hasta sumar casi 100 firmas.

Defienden que "nadie conoce como Zapatero lo que ha ocurrido durante el proceso de diálogo en Venezuela, las posiciones de cada una de las partes y de los diversos actores, los papeles intercambiados, los mensajes y correos enviados..."

Tras recodar que "como facilitador del diálogo fue reclamado inicialmente por UNASUR y luego ha recibido el apoyo del Vaticano, del Gobierno español, de la UE y de Washington", afirman que "es un demócrata, un buen demócrata". "Nadie discute, además, su compromiso con la paz y contra la violencia en cualquiera de sus manifestaciones. Son hechos objetivos. Es este mismo líder político, con esta trayectoria -la que le convertía en un mediador idóneo- el que ha actuado como facilitador del diálogo en Venezuela".

Acto con Iglesias y Garzón

Este miércoles Zapatero participará junto a Pablo Iglesias y Alberto Garzón en un acto de apoyo, no a Maduro, sino a la reelección de otro bolivariano, Evo Morales, que se celebra en Madrid. Bajo el lema "Por Bolivia, con Evo", en el encuentro, organizado por la Plataforma de Apoyo a Bolivia en colaboración con la embajada del país en Madrid, Zapatero acudirá para hablar de su relación con Morales durante su etapa como presidente del Gobierno, puntualizan desde su oficina.