El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha anunciado una nueva ronda de consultas para proponer la investidura de un nuevo candidato a la presidencia de la Generalitat. Será el cuarto intento, aunque el candidato se repite: el número dos de JxCat y ex presidente de la ANC, Jordi Sánchez, en prisión preventiva desde el pasado 16 de octubre por su participación en los incidentes ante la Conselleria de Economía del pasado 20 de septiembre. Tras su primera investidura fallida Sánchez anunció su intención de renunciar al acta de diputado para clarificar su situación judicial, pero nunca llegó a hacer efectiva la renuncia.

Amplios sectores del independentismo han pedido recuperar la candidatura de Carles Puigdemont

Torrent abrirá la ronda de contactos este mediodía, una ronda que de nuevo se hará vía telefónica y de forma "rápida" según fuentes parlamentarias, que no han concretado el orden de esas consultas, con el objetivo de poder proponer a un candidato esta misma tarde. Torrent se acoge así a la fórmula utilizada hace dos semanas para acelerar la investidura fallida de Turull, que se convocó de forma precipitada para esquivar el procesamiento del Tribunal Supremo. El presidente del Parlament responde así a la renuncia oficializada ayer por el último candidato, Jordi Turull, que fue encarcelado por orden del Tribunal Supremo tras someterse a la primera votación de investidura.

La nueva propuesta será Sánchez, según ha confirmado hoy la líder de JxCat en el Parlament, Elsa Artadi, en declaraciones a TV3, pese a que tanto la CUP como amplios sectores del independentismo han abogado en las últimas horas por recuperar la candidatura de Carles Puigdemont, tras el empujón que supone para sus aspiraciones la decisión del Tribunal Superior de Schleswig-Holstein de rechazar la acusación de rebelión y decretar su puesta en libertad.

Nuevo reto al juez Llarena

El bloque independentista se acogerá a la admisión a trámite de la demanda de Sánchez ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU, en la que se conmina a España a respetar los derechos políticos del dirigente independentista, para exigir al juez Pablo Llarena que le permita salir de la prisión de Soto del Real para asistir a la sesión de investidura. Llarena ya denegó este permiso el pasado febrero, en el primer intento de investidura de Sánchez, pero el independentismo quiere forzar ahora que el Tribunal Supremo se ponga en contradicción con la ONU con esta nueva operación.

Eduard Pujol, portavoz de JxCat, ya advirtió ayer de que el dictamen del Comité de la ONU “abre un camino que debemos recorrer,” y señaló de que si el juez Pablo Llarena “no lo acepta, volveríamos a rearmar las causas abiertas y las que se pueden abrir". Pujol se refería así a futuros recursos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, tras una breve reunión del abogado Jaume Alonso Cuevillas con la dirección del grupo ex convergente.

Cuesta entender las razones de convocar plenos sabiendo que no serán exitosos, es la voluntad de dispararse en el pie" lamenta la CUP

El nuevo envite de JxCat no ha convencido, de momento, ni a la CUP, cuyo líder parlamentario, Carles Riera, ha reiterado esta mañana que se mantendrán en la abstención en el hipotético caso de que Llarena permita la asistencia de Sánchez al pleno de investidura. Riera ha argumentado que estarían dispuestos a votar a favor de la investidura de Carles Puigdemont porque es un "embate democrático al Estado", y emitirían cuatro abstenciones a la de Sánchez porque creen que es una opción que se adapta al marco jurídico-político español.

"La vía Sánchez es una vía para hacer una investidura adecuada a la Constitución y el Estatut", ha dicho tras mostrarse convencido de que la liberación de Puigdemont en Alemania demuestra que la vía exitosa para desarrollar la república es la desobediencia y la internacionalización en vez de adecuarse a la legislación española. En este contexto, ha recriminado a JxCat y ERC que Torrent haya decidido abrir una nueva ronda de consultas este viernes para investir a un candidato sin consensuarlo con ellos: "Cuesta entender las razones de convocar plenos sabiendo que no serán exitosos. Es incomprensible, es la voluntad de dispararse en el pie".