Acostumbrado a resolver problemas y despejar incógnitas, Josep Borrell, ingeniero aeronáutico y economista de formación, se enfrenta al teorema más apasionante y complejo de su vida. Como ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, este catalán de nacimiento, español de corazón, y europeísta por convicción, acomete la misión de representar a España en una Europa en crisis y en un mundo convulso.

“Un ministro no es nada, es poca cosa, un ser humano con 24 horas al día”, dijo en el traspaso de la cartera, antes en poder de su buen amigo, Alfonso Dastis. Pero Josep Borrell (Pobla del Segur, 1947) cuenta con una formación extraordinaria, una trayectoria dilatada en política nacional y europea, y una capacidad de trabajo excepcional.

Su abuelo emigró a Argentina, su padre era panadero, con escasos recursos pero un gran tesón y una enorme capacidad intelectual, estudió ingeniería aeronáutica y económicas en Madrid y luego amplió estudios en California y en París, siempre con becas. Habla catalán, inglés, francés e italiano.

Ha sido concejal, diputado nacional, ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente (dos veces, de 1991 a 1993 y de 1993 a 1996), presidente del Parlamento Europeo (2004-2007) y, cuando ya no se lo esperaba, ha sido nombrado por el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, jefe de la diplomacia. Tendrá a su cargo a uno de sus dos hijos, Joan Borrell, diplomático en Panamá y número uno de su promoción.

La personalidad y la formación de Borrell ayudan a entender cuáles serán sus prioridades y sus desafíos, siempre marcados por la acción del gobierno del socialista Pedro Sánchez, que también va a atender especialmente a la política internacional, especialmente la europea, y por la cuestión de Estado.

La política exterior será más dinámica por el propio ministro... No se llega tan lejos sin capacidad constructiva", dice Jordi Bacaria

“La política exterior será más dinámica por el propio ministro. Los últimos también tenían mucha experiencia en temas europeos. Pero Borrell es distinto. Es un hombre que sabe adaptarse y por su temperamento puede parecer poco diplomático. No se llega tan lejos ni se permanece tanto tiempo sin capacidad constructiva. Su presencia da a la política exterior mayor peso en el gabinete”, afirma Jordi Bacaria i Colom, director del CIDOB.

En el traspaso de carteras, Borrell dejó claras las líneas maestras de lo que va a ser la política exterior de España, siempre marcada por la continuidad. “España se enfrenta al mayor problema que puede tener un país, la defensa de su integridad territorial", señaló.

Añadió el ministro: "Y la UE aborda una crisis de confianza. Si me hubiesen dormido en 2007 y me hubieran despertado 11 años más tarde, no habría reconocido la Europa que dejé y la que encuentro. Ibamos viento en popa y ahora tenemos una crisis de confianza en el proyecto político al que España ha de contribuir decisivamente. No se trata de formar minorías de bloqueo sino mayorías de avance. Es nuestro reto”.

Más España y más Europa

El gobierno de Sánchez ha cuidado al extremo la imagen y los detalles. Ha hecho historia por ser el gabinete con más mujeres de la historia de Europa (64,7%, 11 ministras, seis ministros). Este Ministerio cambia su nombre e incorpora la vocación europea hasta en su denominación: Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. En un momento en el que los mercados se tambaleaban por el nuevo gobierno anti establishment y euroescéptico en Italia la señal queda clara.

España ha cambiado de gobierno pero su orientación europeísta es más fuerte que nunca. Además de Borrell, tienen amplia experiencia en las instituciones europeas la ministra de Economía, Nadia Calviño, y el titular de Agricultura, Luis Planas.

“El mundo necesita más liderazgo de Europa y Europa necesita más España. Europa no puede ser solo Francia y Alemania. Es hora de que España salga a Europa y muestre su capacidad de liderazgo”, señala Alana Moceri, profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea de Madrid.

España es la cuarta economía de la eurozona, pero la actual fragilidad de Italia y la salida del Reino Unido (aunque no está en la eurozona) dibujan un escenario favorable a un mayor protagonismo. Aumentarán nuestras contribuciones pero la voz de España también se escuchará más. Contar con ministros como Borrell, Calviño y Planas, conocidos en las instituciones y conocedores del lenguaje comunitario, facilitará esta difícil tarea.

Incluso el presidente Pedro Sánchez estará más volcado en asuntos exteriores, sobre todo en lo que concierne a la UE. “Como en Exteriores no hace falta mayoría en el Congreso (que el PSOE no tiene) y tiene un elemento mediático fuerte, el presidente puede tener la tentación de aumentar su presencia, a diferencia de Rajoy”, señala Ignacio Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano.

En un momento de liderazgos antieuropeos, Borrell y Sánchez serán protagonistas de la reforma europea", dice Ignacio Molina

“En un momento de liderazgos antieuropeos, igual que Macron representa al europeísmo del centro, y Merkel el europeísmo conservador, puede ser quien represente a la visión progresista del europeísmo. Borrell y Sánchez serán protagonistas de la reforma europea”, añade.

Portugal, donde los socialistas de Antonio Costa gobiernan en minoría apoyados por la izquierda, ha sido una referencia para Sánchez, que tiene buena sintonía con Costa. También los socialdemócratas alemanes, en el gobierno de gran coalición, tenderán una mano a Borrell y Sánchez. Precisamente hace un año presentaba Borrell su libro Los idus de octubre, sobre la crisis de la socialdemocracia.

“En cuanto a Borrell, con una personalidad más atrevida que sus predecesores, se volcará en la UE, aunque es un europeísta crítico. Va a intentar alzar la voz y que España tenga un sello propio”, comenta Molina, aunque destaca que esta voz se inclinará más por las tesis de Bruselas y París que por las de Berlín, como sucedía hasta ahora.

Los expertos coinciden en que la prioridad absoluta será la Unión Europea. Enrique Ayala, general retirado y analista de la Fundación Alternativas, de la que ha sido patrono el ministro, destaca que “hay que hacer una política en la UE y otra desde la UE”. A ello se suma la política exterior nacional, que cada vez tiene menos relevancia.

España impulsará una mayor integración económica, política y en defensa. Pujará para que la UE sea un actor global de peso", afirma Ayala

“En la gran política global donde juegan EEUU y China, y en menor medida Rusia, España no puede jugar, pero la UE sí. España intentará impulsar una mayor integración económica, política y en el ámbito de la defensa. Pujará para que la UE sea un actor global de peso, lo que favorece la estabilidad mundial”, señala Ayala.

Desde Europa es donde España abordará temas pendientes de política internacional como la suspensión de EEUU del acuerdo nuclear con Irán, del que no es firmante pero cuyas consecuencias sufrirá la UE, la estabilidad en Oriente Próximo (el PSOE es favorable de la política de dos Estados, Israel y Palestina), la guerra en Siria o las relaciones con Rusia.

Borrell, en el caso de Israel, conoce el país desde su juventud porque en un kibutz fue donde conoció a su primera esposa, la francesa Carolina Mayeur, de origen judío, y tiene una posición ponderada de reconocimiento a la seguridad de Israel y al respeto a los derechos humanos en Palestina.

Con respecto a Rusia, España no va a ser beligerante, pero tampoco concesiva. “Rusia y la UE están condenadas a entenderse. La UE es el primer socio comercial de Rusia. Y las consecuencias de las sanciones se sufrieron en España, especialmente en el sector agrícola. A Rusia no le interesa una Europa unida y fuerte. Pero no tiene sentido alimentar la hostilidad con Rusia”, señala el general Ayala. Hay líneas rojas, a juicio de Ayala, como condenar la anexión de Crimea, pero aboga por buscar un acercamiento.

Precisamente el Partido Popular y Ciudadanos han arremetido contra el coronel Pedro Baños, uno de los tres aspirantes a los que ha tanteado el gobierno para dirigir la Dirección de Seguridad Nacional, que depende de Moncloa, no de Exteriores. La oposición conservadora acusa a Baños de ser un defensor del líder ruso, Vladimir Putin.

Gibraltar, asignatura pendiente

Vinculada a las negociaciones del Brexit, queda por resolver la cuestión de Gibraltar. Como la cuestión del Brexit aún está pendiente, y el acuerdo es global, va a ser un tema que habrá de manejarse en ese contexto. España tiene capacidad de veto por Gibraltar, pero ni a Reino Unido ni a España les interesa el enfrentamiento. Al gobierno británico el Brexit le ha dado grandes dolores de cabeza y aún queda por aclarar la espinosa cuestión de la frontera irlandesa, de modo que será favorable a que haya soluciones que convengan a las partes. Los gibraltareños son más duros.

“Nos ha de guiar el pragmatismo y el espíritu constructivo. El Reino Unido ha de ser un socio privilegiado de España. No puede haber enfrentamiento. Borrell tiene capacidad para buscar soluciones, que no serán fáciles a corto plazo”, afirma Jordi Bacaria, director del CIDOB.

Según Ignacio Molina, investigador del Real Instituto Elcano, no habrá grandes diferencias con el gobierno del Partido Popular porque el ministro Dastis también tenía una visión pragmática. “Para permitir que el acuerdo futuro se extienda a Gibraltar han de resolverse muchos asuntos (cooperación en materia policial, uso conjunto del aeropuerto, temas medioambientales, pesca…). Si los gibraltareños no fueran tan rígidos, se podrían buscar fórmulas parecidas a la cosoberanía”, señala Molina.

Más España con Cataluña

Al Ministerio de Exteriores se asocia en gran parte la imagen del país. En el último año el desafío catalán ha sido portada en los medios de todo el mundo. Las instituciones europeas y la comunidad internacional respaldaron al gobierno de Mariano Rajoy en su defensa de la integridad territorial, pero el gabinete anterior descuidó la batalla mediática, y cuando la quiso recuperar lo hicieron tarde y mal.

"Hay que cuidar la imagen de España y desarrollar una estrategia de comunicación. En apenas una semana el mundo ha visto una España más joven, brillante y feminista. También importa lo internacional para brillar", afirma Alana Moceri.

Borrell, catalán, español y europeo, con un argumentario muy bien articulado sobre la defensa de la Constitución española y con un gran conocimiento de la realidad catalana, tiene la oportunidad de recuperar la imagen de una España democrática y diversa. Borrell es coautor de Los cuentos y las cuentas de la independencia.

En su intervención el 8 de octubre de 2018 en Barcelona, lanzó un mensaje al mundo que ayudó a entender cómo los nacionalismos restan siempre. Ondeando la bandera europea dijo: “Las fronteras son cicatrices que la historia ha dejado grabadas en la piel de la tierra a sangre y fuego. No levantemos más”.

De estreno, viaje a Estados Unidos

El azar ha querido que el primer viaje de Borrell le lleva a encontrarse el próximo fin de semana con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El ministro acompañará a los Reyes en su viaje de Estado. Defensor del multilateralismo, su credo está distante del proteccionismo de Trump, quien en el G-7 del 7 y 8 de junio ha dejado claro que está dispuesto a seguir con la guerra comercial con la UE. También ha propuesto que Rusia vuelva al G-7, que puede acabar siendo un G6+2, si prosiguen las divisiones.

“No habrá cambios con Estados Unidos. Hay buena relación y así seguirá. No es como cuando Zapatero anunció la salida de las tropas de Irak”, afirma Alana Moceri. Tampoco funcionan las tácticas de seducción como hemos visto con el presidente Emmanuel Macron. Su visita de Estado no es comparable con este viaje de los Reyes, y el acompañamiento de Borrell.

En la cumbre de la OTAN, el 11 y 12 de julio, a la que acudirá el presidente del gobierno y allí podrá ver por primera vez a Trump, el presidente de EEUU insistirá en que todos los aliados aumenten su contribución al presupuesto de la OTAN, un compromiso adquirido por los propios aliados. España está lejos de alcanzarlo con una aportación de 0,92% del PIB en 2017. El gobierno anterior se comprometió a aumentarlo progresivamente.

Marruecos, o la vida sigue igual

Es el principal vecino del sur y suele ser el primer destino en el exterior del presidente del gobierno español. La continuidad en este caso sería el objetivo, en un momento en que reina la incertidumbre en el país magrebí debido a las incógnitas sobre el rey Mohamed VI.

“Hay que valorar de Rajoy, que ha cultivado las relaciones bilaterales, especialmente con los países europeos y con Marruecos. La cooperación es muy estrecha en el tema migratorio. Recordemos que las llegadas incontroladas de inmigrantes han desestabilizado la política en Italia y Grecia. Es un país muy importante para España”, afirma Ignacio Molina.

También sería deseable que se siguiera impulsando la política sobre África, desde la UE y desde España. Había prevista una gira africana con Dastis, que sería ideal mantener. Hay cuestiones energéticas, militares y migratorias en juego.

Venezuela y Cuba, prioridades

Desde la crisis el papel de España en América Latina se ha ido desdibujando. América Latina vive un momento crucial. Borrell y Sánchez acudirán a la cumbre iberoamericana de noviembre en Antigua (Guatemala) y al G20 en Buenos Aires.

Cuba ha inaugurado el principio del fin de la era Castro con Miguel Díaz-Canel como presidente. Venezuela se hunde en una crisis sin precedentes. Están pendientes las presidenciales en Colombia, que pueden afectar al proceso de paz, en México donde parece que ganará la izquierda con López Obrador, y en Brasil, donde la crisis económica hace estragos y un populista de ultraderecha, Jair Bolsonaro, tiene opciones de victoria.

“España debería recuperar el papel de liderazgo y ser más activa”, opina Jordi Bacaria, investigador senior y director del CIDOB. En el caso de Venezuela, donde se da la circunstancia que dos ex presidentes socialistas, González y Zapatero, se han implicado desde distintas perspectivas, “Borrell puede armar un frente común no conflictivo. Se va a alinear con la búsqueda de una salida democrática, siempre dentro de la posición de la UE”, añade Bacaria, que ve a Borrell más cercano a González que a Zapatero (a quien muchos opositores acusan de actuar a favor del régimen de Maduro).

El patito feo de la Cooperación

Nos olvidamos con frecuencia de que la Cooperación también depende de la cartera que ahora detenta Borrell. El ministro sí recordó en su toma de posesión la labor de los cooperantes en Guatemala, que sufre los embates de una erupción volcánica que ha dejado decenas de muertos.

“La Cooperación se ha vuelto irrelevante. Con los recursos estamos en la insignificancia. Ha sufrido una pérdida de un 73% de los recursos entre 2009 y 2015. El desafío es importante: hemos de recuperar el músculo de la cooperación y adaptarla a la agenda 2030”, afirma Maite Serrano, directora de la coordinadora de ONG para el Desarrollo.

En 2016 España dedicó el 0,33% de la renta nacional bruta a cooperación, pero se incluyeron más de mil millones correspondientes a la cancelación de la deuda de Cuba. En realidad, era un 0,16%. En 2017, un 0,19% y en 2018 está previsto un 0,22%. Lejos estamos del objetivo marcado por la proposición  no de ley, aprobada por todos los partidos políticos, de llegar al 0,4% en 2020.

Tiene la oportunidad de aumentar los recursos y orientar la cooperación a erradicar la pobreza y la desigualdad", señala Maite Serrano

“El gobierno socialista tiene la oportunidad de poner en práctica estas medidas y de orientar la cooperación a la erradicación de la pobreza y la desigualdad. La ayuda humanitaria sufrió un recorte de un 80%, en esta coyuntura global. Los retos son tan grandes que no podemos permitirnos el pesimismo”, concluye Maite Serrano.

En este sentido se expresa también Leila Nachawati, profesora de Comunicación en la Universidad Carlos III y autora de SyriaUntold, sobre los compromisos adquiridos en materia de asilo y refugio. “Hay que cumplir con estos compromisos y revisar la relación con los países a los que vendemos armas y violan los derechos humanos. Ojalá España sea valiente y no vaya al rebufo de lo que otros decidan”, afirma Nachawati. España solo ha acogido el 11% de los 17.000 reubicados a los que se comprometió a recibir, es decir, 1.980 personas.

Leila Nachawati cree que estamos “en un momento de soñar”. Borrell, que también ha cultivado la escritura de ensayos, es autor de La República de Taxonia, un país imaginario que le da pie a explicar con ejercicios matemáticos la resolución de problemas de la economía real. Quizá su mente matemática y su corazón humanista le sirvan para acometer estos desafíos de la España real.