El PSOE y Podemos han estrenado su alianza parlamentaria de bronca. El control de la radio-televisión pública a través del nombramiento de un presidente afín ha generado el primer enfrentamiento entre dos partidos llamados a liderar la mayoría parlamentaria que permitió el nombramiento de Pedro Sánchez como nuevo presidente del Gobierno.

El PSOE ha propuesto para el cargo al ex director de 20 Minutos Arsenio Escolar, mientras que Podemos aboga por la directora de Público, Ana Pardo de Vera, según ha avanzado La Vanguardia. Se da la circunstancia de que el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero tiene un programa de televisión por internet dentro de esa cabecera.

El Congreso ha convocado un pleno el lunes a las 16 horas para nombrar a los miembros del nuevo consejo de administración de la RTVE del que saldrá su presidente. Si no hay consenso en una primera sesión, está previsto que las votaciones se repitan cada 48 horas, miércoles y sábado, para dar cumplimiento al decreto ley del Gobierno que estipula la renovación urgente y transitoria del consejo de administración y el presidente de RTVE antes del 8 de julio.

Hasta las 12 horas del lunes, los partidos podrán presentar sus candidaturas para renovar la dirección del ente público. Precisamente PSOE y Podemos lideraron un acuerdo parlamentario al que luego se sumó Ciudadanos con el objetivo de acabar con una politización del servicio público de la que acusaban al Gobierno del PP.

Una vez aprobado ese concurso, la alianza de PP y Ciudadanos en la Mesa del Congreso provocó su bloqueo, por lo que Pedro Sánchez aprobó en el Consejo de Ministros un decreto ley que daba un plazo de quince días para la renovación urgente del consejo de administración de RTVE. Paralelamente, los trabajadores del ente iniciaban una campaña denominada los viernes negros, consistente en vestir ese día de la semana de ese color para denunciar la manipulación informativa por parte de la dirección de Televisión Española.

A pesar de sus promesas de despolitizar el ente, el PSOE y Podemos han caído en la tentación de situar al frente a un periodista afín ideológicamente a su partido. Esta mañana llegaba al Congreso molesto el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que aseguraba a los periodistas desconocer la propuesta socialista para presidir la RTVE. En El País ya aparecía el nombre de Arsenio Escolar como el elegido, una filtración que irritó a Iglesias, que había pactado con los socialistas discreción absoluta hasta que se alcanzara un acuerdo.

Tras ese primer encontronazo, Podemos también dio a conocer a su candidata, Pardo de Vera, a través de una información por la tarde en La Vanguardia que detallaba las negociaciones entre ambos partidos y explicitaba el malestar de Iglesias con la actitud del PSOE. En Podemos incluso se acusaba al jefe de gabinete del presidente, Iván Redondo, de torpedear el nombramiento de la directora de Público por las informaciones de este periódico sobre los viajes del ex presidente de Extremadura, José Antonio Monago (PP), a costa del Senado para visitar a una amiga en Canarias. Redondo era el director de gabinete del presidente extremeño en aquella etapa.

El enfado de Podemos por no poder imponer a su candidata le ha llevado incluso a amenazar con blquear otros proyectos del Gobierno socialista como la inminente aprobación del techo de gasto para poner en marcha la negociación sobre los Presupuestos Generales del Estado de 2019.

La renovación de la cúpula de RTVE debe contar con el visto bueno de dos tercios del Congreso y del Senado en primera votación y de la mayoría absoluta de ambas Cámaras en un segundo escrutinio. En el caso de que el Senado, con mayoría absoluta del PP, se oponga a elegir a los cuatro consejeros que le corresponden, el decreto establece que será el Congreso el que levante ese bloqueo y nombre esos vocales, para lo que tiene otros 10 días adicionales.

Ante esta hipótesis, el Congreso tendría que convocar cuatro plenos este mes de julio, mes inhábil a efectos parlamentarios, dos para elegir a sus seis consejeros y otros dos para designar las cuatro vacantes del Senado. Queda otro pleno pendiente, para el que hay un mes de plazo, con el fin de convalidar el propio decreto ley.