Génova duda ahora si sumarse a la manifestación convocada para el próximo sábado por la fundación para de Defensa de la Nación Española (Denaes) y la Plataforma "España Viva". La alarma se ha encendido tras detectar lo que, a todas luces era obvio, esto es, que tras este acto se encuentra Vox, cuyo líder, Santiago Abascal, quiere convertir la cita en una demostración de fuerza tras haber tomado impulso durante la campaña de las elecciones andaluzas. Fuentes populares explican a El Independiente que "hasta que no nos confirmen quién lo organiza, quién va intervenir y quién acudirá, no tomaremos una decisión".
En un principio se barajaron varios nombres de la dirección nacional y de Madrid para acudir a dicho acto en representación del PP. Invitados por Denaes, "nos dijeron que era una manifestación conjunta, espontánea, de colectivos que defendían la unidad de España y claro que a eso nos sumábamos, pero luego nos enteramos de que la está promoviendo Vox", prosigue un alto dirigente de Génova. Lógico si se tiene en cuenta que Abascal creó esta fundación en 2006 tras romper con el PP y la presidió hasta 2014 para fundar Vox.
Denaes llegó a recibir financiación de la Comunidad de Madrid en los años de Esperanza Aguirre al frente del gobierno regional. Hasta 100.000 euros de ayuda anual "de una administración, la autonómica, que ahora quiere eliminar", apuntan con ironía en Génova respecto a la propuesta "estrella" del líder de Vox de acabar con la España de las autonomías. Si bien éste ya no preside la fundación permanece como secretario de un Patronato en el que han estado Alejo Vidal Quadras o Amando de Miguel.
Ciudadanos ha decidido no asistir al acto del sábado, que capitalizará Abascal
Aún así, esta fundación de derechas asegura ser ajena a cualquier sigla política y, de hecho, al acto de este sábado en la Plaza De Colón, en plena jornada de reflexión de las elecciones andaluzas, invitó no sólo a Vox -que ya ha confirmado su asistencia y envía al mismísimo Abascal y todo su comité ejecutivo nacional- sino también al PP y a Ciudadanos. Sin embargo, la formación de Albert Rivera ya ha dicho "no" a un acto a mayor gloria de Abascal. El PP miraba de reojo a los "naranjas" por si decidían mandar finalmente una representación a la concentración. Pensaban, erróneamente, que acudiría el portavoz del Grupo Parlamentario de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta.
En el PP se dividen entre los que defienden que nada se les ha perdido "en un acto convocado por otro partido" y los que temen perder la bandera de la defensa de la unidad de España. De hecho, Casado acudió en el pasado a algunas iniciativas convocadas por esta fundación, sin ir más lejos en octubre del año pasado. Lo que diferencia esos tiempos no tan lejanos a los actuales es que Vox comienza a ser considerado un actor político con posibilidades de entrar en las instituciones. Además, será una concentración donde habrá muchos votantes populares que todavía no han dado el salto a las filas de un partido nacido en septiembre de 2014, aunque hasta ahora no había tomado impulso. Las dudas con respecto a si acudir o no y, en caso de hacerlo, qué nivel de representación mandar, dice mucho de la confusión de los populares respecto a la manera de enfrentarse al fenómeno Vox.
El PP ha pasado del "voto útil" a llamar a los desencantados
La campaña andaluza ha sido un buen ejemplo de ello. De las llamadas al voto útil se ha pasado a recordar que hay un "nuevo PP" cuyo objetivo es "reconstruir ese partido al que mucha gente se sumó con ilusión y luego ha podido sentirse defraudada", narra otro dirigente nacional para admitir a continuación cómo "yo mismo pude tener ese sentimiento". Pero ahora, durante la febril campaña a la presidencia de Andalucía, "mucha gente se acerca a nosotros para decirnos que tenemos razón, que nadie mejor que el PP para defender la unidad de España y los valores tradicionales del partido".
No es otra cosa que el "rearme ideológico" al que apeló Pablo Casado en las primarias populares y que iba a concretarse en una convención, convocada en principio para el próximo fin de semana, y retrasada a enero por el adelanto electoral de Susana Díaz. Al tiempo, el equipo de Casado intenta desligarse de la responsabilidad del ascenso de Abascal. "Hemos recogido el partido hace 100 días", es el primer argumento. "Hay que tener en cuenta lo que está pasando en Europa"se justifican en segundo lugar respecto al auge de los partidos de la ultraderecha y de la derecha populista.
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