Política

Sánchez se blinda con sus fieles por si no logra gobernar: "Pedro no se irá"

Su entorno asegura que seguirá en la oposición si no consigue volver a ser presidente del Gobierno

Pedro Sánchez, en un acto en Granada.

Pedro Sánchez, en un acto en Granada. EP

El primer secretario general del PSOE elegido por la militancia, el primer presidente del Gobierno gracias a una moción de censura, el primero en publicar sus memorias durante el cargo y... ¿el primero en quedarse al frente de la oposición si sale de la Moncloa? Su entorno asegura que sí, que Pedro Sánchez también romperá moldes si no consigue volver a formar Gobierno tras el 28 de abril. "Pedro no se va. Seguro al 120 por cien", explican personas de su confianza, que cierran así cualquier posibilidad de debate sucesorio en el caso de que el líder socialista fracase en su apuesta de anticipar elecciones para volver a gobernar.

El escenario de bloqueo político que muestran las encuestas hace que en el PSOE se contemple seriamente la posibilidad de no poder formar Gobierno y que el PSOE vuelva a pasar a la oposición tras diez meses al frente del Ejecutivo. Así se explica la decisión de Sánchez de meter en las listas electorales, en el Congreso, el Senado y el Parlamento europeo, a todos sus ministros y miembros destacados de su Ejecutiva, pasando por alto las propuestas de las federaciones territoriales.

"En el Comité Federal no se ha hablado nada sobre la sucesión de Pedro si no gobierna. No hay ningún motivo para pensar en un sucesor o un número dos ni nada parecido. No se va ni de coña", explican fuentes cercanas al presidente, que le sitúan como presidente del grupo parlamentario, cediendo la portavocía a otra persona, en el caso de que acabe en la oposición. "Es muy joven, tiene mucha fuerza y el control total del partido", insisten en su entorno, que diferencian totalmente la situación de Sánchez en ese caso con la de Susana Díaz después de perder el Gobierno andaluz, cuando Ferraz le enseñó la puerta de salida del PSOE andaluz.

En ese caso, la dirección federal del PSOE aseguraba que la baronesa andaluza era la responsable de la debacle por haber adelantando las elecciones, haber elaborado sus listas y haber conducido su campaña electoral sin contar con los criterios de Ferraz, que quería elecciones conjuntas. Sánchez ha tomado esas mismas decisiones y, probablemente, gane los comicios como hizo Díaz el 2 de diciembre. A diferencia de ella, el presidente del Gobierno no tendría que asumir en primera persona una posible derrota a la hora de formar Gobierno por varios motivos, según sus fieles. El primero es que, aunque los dos ganen las elecciones, Díaz perdió más de 400.000 votos y 14 escaños mientras que Sánchez aspira a convertir al PSOE en primera fuerza política once años después de su última victoria, en 2008 con José Luis Rodríguez Zapatero, y superar la marca de 110 diputados de Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011, antes de la irrupción de Ciudadanos y Podemos.

"Ella ha dilapidado el capital político que heredó y él va a conseguir los mejores resultados desde 2008, son casos muy distintos", aseguran en el entorno del presidente, que fía esas previsiones a una premisa básica: "No meter la pata de aquí al 28 de abril", especialmente en materia del independentismo catalán, "ahora que nadie se acuerda de la polémica del relator".

El nuevo reglamento del PSOE aprobado tras la victoria de Pedro Sánchez en las primarias del partido blindan al secretario general e impiden que que vuelva a ser derribado por dirigentes territoriales como ocurrió en el Comité Federal del 1 de octubre de 2016. Además de controlar férreamente el Comité Federal, si más del 50% de sus miembros se rebelaran contra el secretario general se iniciará un proceso revocatorio en el que votarán los militantes, que así decidirían el futuro del líder. Ni siquiera la dimisión de más del 50% de la Ejecutiva socialista, como ocurrió dos días antes del derrocamiento de Sánchez, supondrá la caída del secretario general. Esas dimisiones sólo tumbarán la Ejecutiva cuando se produzca en las agrupaciones locales, donde se elige a una lista completa para la dirección del partido y no sólo al líder.

Además del revocatorio y de que pierda un proceso de primarias, la tercera forma de salida del líder socialista se produciría por la limitación de tres mandatos de cuatro años que se establece ahora. La estancia en cargos institucionales como concejales o diputados recibirá la misma limitación excepto para el presidente del Gobierno, presidentes autonómicos o alcaldes. El reglamento también establece excepciones en casos solicitados por las direcciones territoriales y reciban el aval del Federal. El contador se pone a cero a partir de ahora, por lo que este mandato no se contabiliza y Sánchez podría optar a la reelección hasta 2033.

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