Las encuestas electorales dibujan un escenario unánime: el 10-N de madrugada, cuando finalice el escrutinio de las elecciones generales, en España persistirá el bloqueo político. Ningún bloque sumará una mayoría absoluta suficiente para gobernar ni para sacar adelante la investidura sin los apoyos del independentismo. El debate a cinco de esta noche, el único de la campaña electoral exprés, es la última ocasión para agitar el tablero electoral y alterar el resultado de unas elecciones que, si se cumplen los pronósticos, no habrán servido para mucho.

Los efectos de la contienda dialéctica, eso sí, ya no se podrán medir: esta medianoche entra en vigor la prohibición de publicar sondeos electorales en los cinco días previos a las elecciones. Sin embargo, durante el último fin de semana se han publicado más de 20 encuestas que reflejan la complejidad del actual escenario político.

Según las encuestas electorales más recientes, el PSOE ganaría los comicios con 120 escaños, tres menos de los que obtuvo en las elecciones generales del 28 de abril, y muchos menos de los hasta 150 diputados que le pronosticó el CIS en su último barómetro. Ninguna encuesta de las publicadas en los últimos meses se parece, ni remotamente, a la hecha pública la pasada semana por el instituto público que dirige José Félix Tezanos.

Como en abril, el PSOE no podría contar con Podemos para formar un gobierno apoyado en una mayoría absoluta parlamentaria. El partido de Pablo Iglesias seguiría cayendo y se quedaría ahora en 34 diputados, mientras que Más País, la nueva formación de Íñigo Errejón, debutaría en el Congreso de los Diputados con un resultado pobre: cuatro escaños. Así, el espacio antes aglutinado en Podemos bajaría de los 43 escaños -contando a Compromís- a sólo 38, tras desgajarse en dos partidos.

Eso, unido a la ligera caída del PSOE, restaría al bloque de la izquierda hasta ocho escaños, que imposibilitarían cualquier fórmula que no acabe dependiendo de los independentistas de ERC. El partido de Oriol Junqueras seguirá siendo hegemónico en el bloque separatista, según los sondeos, y mantendría 15 asientos en el Congreso, por delante de Junts per Catalunya, con seis, y la CUP, con tres. El independentismo, por tanto, podría pasar de 22 a 24 escaños en las elecciones generales tras la publicación de la sentencia del procés y la oleada de disturbios en Cataluña.

El hundimiento de Cs agudiza el bloqueo

En el bloque del centro-derecha, el hundimiento de Ciudadanos lastra cualquier opción de Gobierno mientras empuja notablemente el resultado de PP y Vox, asentado según todas las encuestas electorales como tercera fuerza política tras los comicios de este domingo.

El partido de Pablo Casado conseguiría 94 escaños, según los sondeos más recientes, que desinflan ligeramente a un PP que durante las últimas semanas llegó a estar cómodamente instalado por encima de los 100. Su caída la capitaliza Vox, que sigue escalando y lograría 41 escaños, aunque algunas encuestadoras le sitúan muy cerca de los 50. En ese sentido, será capital la actuación en el debate de esta noche de Santiago Abascal, que se enfrenta a una cita así por primera vez en su carrera política. En la anterior campaña electoral, la ausencia de Vox en los debates lastró al partido ultraconservador, que se deshinchó en el tramo final de campaña.

Ahora, sin embargo, Vox consiguió ser el protagonista del debate de portavoces celebrado en TVE el pasado viernes, merced a la polémica surgida entre Iván Espinosa de los Monteros y el representante del PNV, Aitor Esteban, y volverá a intentarlo este lunes con su líder.

Ciudadanos, mientras tanto, sigue hundido en el fondo de las encuestas con un pronóstico de 18 escaños, que le situarían como quinta o sexta fuerza política en el Hemiciclo si el partido de Albert Rivera sigue cayendo y ERC mejora sus resultados respecto al 28 de abril.

De esta manera, el bloque de PP, Vox y Ciudadanos escalaría hasta los 155 escaños, contando con los dos parlamentarios de Navarra Suma, la coalición de PP, Ciudadanos y UPN en la región. De confirmarse, se trataría de un crecimiento de seis diputados respecto al 28-A, cuando el bloque logró 149 escaños, pero insuficiente para aspirar a la gobernabilidad del país.

El hundimiento de Rivera, paralelamente, acentúa la crisis y el bloqueo institucional y elimina del tablero la opción de un gobierno de coalición entre PSOE y Ciudadanos, que en primavera habría estado respaldado por 180 diputados en el Congreso, y ahora se queda en sólo 138 parlamentarios.