"Queremos creer en Tezanos", sostenían fuentes socialistas antes de conocerse los resultados electorales. Y no es para menos. El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) bajo la dirección del socialista José Félix Tezanos dibujaba, una vez más, un panorama idílico para el PSOE en su último macrobarómetro electoral, que perfilaba a un Pedro Sánchez reforzado no sólo con una nueva victoria electoral, sino afianzado con un triunfo cuya horquilla máxima rozaba la mayoría absoluta: 150 escaños en el Congreso de los Diputados.

Y nada más lejos de la realidad que, una vez más, trataba de transmitir el instituto demoscópico. En efecto, y con los resultados encima de la mesa, el dirigente socialista revalidaría una primera posición con unas cifras que no son de buen gusto para Ferraz: 120 escaños, empeorando su resultado del 28-A. Tal y como pronosticaban todas las demás empresas demoscópicas.

Al contrario de las afirmaciones de Tezanos, que reafirmaba al PSOE con una gran distancia respecto a sus rivales inmediatos, el presidente del Gobierno en funciones ha sido penalizado por un electorado que este domingo ha castigado a la izquierda en las urnas, y no ha conseguido rentabilizar la repetición electoral a la que abocó al país tras la falta de acuerdo con Unidas Podemos para formar un Ejecutivo.

También subestimó el CIS el crecimiento de la derecha. El Partido Popular se recupera holgadamente de la debacle registrada en primavera, con un crecimiento de 22 escaños hasta los 88 diputados, mientras que el CIS otorgaba una horquilla menor de entre 74 y 81 diputados a los populares.

Pero si hay un partido con el que ha patinado el CIS han sido Vox y Ciudadanos, los grandes protagonistas de la noche por motivos completamente opuestos: mientras Santiago Abascal se ha disparado hasta la tercera fuerza política, los liberales han experimentado el peor capítulo de su historia como partido desde que dieron el salto a la política nacional en 2015, quedándose con una irrelevante quinta fuerza política y 10 escaños.

El trabajo de campo de Tezanos, elaborado antes de la exhumación de Franco o de la sentencia del 'procés' -dos hechos relevantes que influyen necesariamente en la intención de voto- infravaloraba a los de extrema derecha, a los que pronosticaba incluso una caída respecto al 28 de abril: 7,9% de los apoyos y un máximo de 21 asientos, muy lejos de los 52 que ha obtenido finalmente.

Del mismo modo, minimizaba la caída de los naranjas con una horquilla de entre 27 y 35 diputados, lo que permitía a los naranjas soñar con la ansiada remontada frente al pesimismo que transmitían el resto de sondeos privados que, finalmente, se han cumplido.

El último macrobarómetro del CIS se realizó entre el 21 de septiembre y el 13 de octubre sobre una base de 17.650 entrevistas realizadas en 1.091 municipios de 50 provincias, además de Ceuta y Melilla.

Los trucos del CIS de Tezanos para ensalzar las posibilidades electorales de Pedro Sánchez ya son una tónica frecuente en los barómetros publicados por el instituto demoscópico, igual que es habitual que el Gobierno conozca grandes rasgos de los resultados de los barómetros del CIS antes de su publicación, como demuestra el hecho de que antes de que se divulgara el último macrosondeo electoral desde el Ejecutivo ya se advirtiera de que sus pronósticos eran «espectaculares» en relación al PSOE, como publicó El Independiente.

Las estrategias de Tezanos para perpetuar a Sánchez en el Palacio de la Moncloa le ha granjeado fuertes polémicas y acusaciones que han ido mellando el prestigio del Centro de Investigaciones Demoscópicas, hasta el punto de que ninguna formación, ni a derecha ni a izquierda, declara que estos sondeos tengan algún tipo de repercusión en sus cábalas internas.