A la decisión del lendakari, Íñigo Urkullu, de convocar elecciones vascas el 5 de abril se ha sumado la del presidente de la Xunta gallega, Alberto Núñez Feijóo, que ha decidido hacerlas coincidir de nuevo. Ambos presidentes había hablado previamente aunque el vasco, que lo ha revelado a primera hora de la tarde, no quería adelantar cuál era la posición del gallego.

Feijóo ha explicado en una comparecencia que tras vivir Galicia cuatro procesos electorales en 2019 y defender que su territorio "no es responsable de esta situación de inestabilidad", sino que, muy al contrario, aporta "estabilidad" al conjunto de España, este año 2020, debía celebrar "sí o sí" comicios.

Su idea era reducir la confrontación electoral para eliminar tensiones políticas, de modo que "una vez que el País Vasco convocó elecciones y están abiertas en Cataluña, España podría vivir tres elecciones en un periodo de seis meses", incompatible con la responsabilidad que, dice, defienden desde Galicia. Entre una precampaña y campaña de 54 días y otra de seis meses, ha optado por lo primero.

Tras negar que el calendario haya venido condicionado por las elecciones catalanas, aún a falta de fecha, convoca, ha dicho, con los deberes hechos, entre ellos, los presupuestos para este año, además de la consolidación fiscal o los planes de infraestructuras, tan importantes para esta región.

Candidatura gallega asegurada

Despeja así Núñez Feijóo el panorama gallego para una contienda en la que tiene asegurada su candidatura sin necesidad, además de cerrar ningún tipo de pacto con Ciudadanos salvo que la formación de Inés Arrimadas lo vincule a Cataluña y País Vasco. No obstante, no será hasta una reunión de la Junta Directiva del PP gallego, este martes por la mañana, que se formalice su candidatura.

Esta sería la cuarta reelección de Núñez Feijóo que se enfrenta al reto de intentar revalidar su cuarta mayoría absoluta, la única del PP en toda España y que se presenta como dique de contención a un posible tripartito entre el PSdG, En Marea y el BNG. No obstante, su mayoría absoluta podría peligrar por la posible irrupción de Vox, partido que no oculta su animadversión hacia Feijóo al que consideran un "convergente identitario" a la gallega.

Feijóo ya ha advertido en Génova que hará un "discurso propio" aunque incluso llegue a molestar a Génova. Sin embargo cuenta con el plácet de los suyos en esa lucha por su cuarta mayoría absoluta. Además, ha hecho este anuncio justo el día en que se celebraba el primer aniversario de la ya famosa foto de Colón, en referencia a la manifestación que bajo el lema "Por una España unida. Elecciones ya", unió a PP, Ciudadanos y Voz ante un Feijóo renuente que acabaría admitiendo que no le gustó y le pareció un error.

A diferencia de lo que pasa con Alfonso Alonso, nadie en el PP cuestiona la candidatura de Feijóo. Él no es "negociable" como sí lo es el vasco, cuya cabeza depende de la negociación con Ciudadanos y de que Génova aproveche para relevarle con algún cabeza de lista alternativo. Incluso ha surgido el nombre de Rosa Díez, aunque esa es siempre la apuesta personal de la portavoz del Grupo Popular, Cayetana Álvarez de Toledo.

En todo caso, este lunes el comité de dirección mostró su "respaldo" al vasco, aunque eso no significa necesariamente que vaya a encabezar la lista.