Los primeros experimentos de coalición entre PP y Ciudadanos tras el éxito de Navarra Suma con motivo de las autonómicas vascas, gallegas -se celebran el próximo 5 de abril- y catalanas -aún por convocar- está dejando un escenario de continuos tira y afloja entre ambas formaciones y sacando a la luz cismas internos hasta ahora guardados en un cajón.

Con el pacto de Euskadi ya fuera de la carpeta de asuntos pendientes, el foco se dirige ahora a lo que finalmente suceda en Galicia y Cataluña. Inés Arrimadas y Pablo Casado lograron salvar los trastos en el Parlamento vasco, no sin antes esquivar importantes baches en el camino, como la ruptura entre Génova y el ya ex líder del PP Vasco Alfonso Alonso, cesado y sustituido por Carlos Iturgaiz, un candidato que, a su vez, choca con algunas de las líneas ideológicas de Ciudadanos.

En Galicia el intento erró: Génova no logró doblar el pulso a un presidente de la Xunta que acumula a sus espaldas tres mayorías absolutas y que ve en la suma una resta para su proyecto. Y Arrimadas podría tomar su vendetta en Cataluña, feudo por excelencia de los naranjas con 36 diputados en el Parlament, por el "desprecio" de Alberto Núñez Feijóo.

Aunque evitan equipararlo a una venganza por lo sucedido en la negociación con Galicia, la tesis que impera ahora en tejado naranja tras dar por "suspendidas" las negociaciones no está si quiera en poner más condiciones en el pacto para las catalanas, sino echar un cerrojo a la coalición en Cataluña. Fuentes de la dirección señalan, en conversación con El Independiente, que "el cerrojazo de Galicia puede suponer un cerrojazo en Cataluña", ya que auguran "complicado" explicar a los suyos seguir adelante con el pacto tras el 'no' del barón popular.

No culpan en Ciudadanos a Casado de lo sucedido, con quien la portavoz parlamentaria y candidata a presidir el partido, Inés Arrimadas, mantiene "contacto continuo", sino que señalan directamente a Feijóo por rechazar un pacto "muy generoso" y optar por "jugar con fuego". Ahora "va a costar", afirman, reconducir esa situación en Cataluña, coyuntura a la que los naranjas vinculan con la del PP gallego.

Censuran en Cs que Feijóo haya preferido rechazar un pacto "muy generoso" y optar a "jugar con fuego"

Las mismas fuentes justifican además su hartazgo en la aritmética, para contradecir los argumentos que dan los de Casado. "El porcentaje de voto de Ciudadanos en las autonómicas de Galicia es exactamente el mismo que el porcentaje de voto del PP en las autonómicas de Cataluña", reiteran, por lo que no compran los argumentos del PP gallego y se mantienen en una posición de "no negociar nada", al menos de momento.

En efecto, el 4,24% del voto que cosechó la formación liderada por Alejandro Fernández la noche del 21D no se hubiese visto reflejada en escaños -el PP tiene cuatro en Cataluña- si el corte electoral fuese el mismo que en Galicia, donde el límite está en el 5%. Por su parte, los naranjas se quedaron por debajo del 4% (concretamente obtuvieron el 3,38% de las papeletas) en las autonómicas gallegas de 2016.

Sin embargo, desde el PP excusarán lo sucedido en Galicia para seguir adelante con la fusión en Cataluña con la escuestas en la mano, que no dejan en muy buena posición a los liberales pese a su liderazgo en el Parlament. Algunos sondeos, incluso, relegan el potencial naranja por debajo de los escaños que ya pronostican para el PP y, en el mejor de los casos, la sangría de los naranjas supondría dividir por la mitad su actual fortaleza en terreno independentista, situándose entre los 12 y los 17 escaños.

Mientras, a tan sólo unos días de que finalice el plazo para inscribir las listas electorales, Feijóo ha rechazado el último intento de Inés Arrimadas por concurrir conjuntamente el 5-A. Ofrecían estos como última vía la integración de varios dirigentes en las listas del PP siempre y cuando los naranjas tuviesen libertad para desligarse e integrarse en el Grupo Mixto, una vez cierren las urnas. El presidente de la Xunta censuró el último movimiento de ajedrez de la actual portavoz parlamentaria de Ciudadanos, a la que acusó de querer utilizar "el vehículo del PP para conseguir diputados".