El ex tesorero del PP Luis Bárcenas ha pedido al tribunal de la Audiencia Nacional, que le condenó a 33 años de cárcel por la trama Gürtel, quedar en libertad mientras dure la alarma por el coronavirus porque en esta situación le sería imposible huir de España y porque en prisión es más fácil contagiarse.

Bárcenas se encuentra en la cárcel madrileña de Soto del Real desde mayo de 2018 cumpliendo la pena que le impuso la sección segunda de la Sala de lo Penal tras ser juzgado por Gürtel Época I (1999-2005), sentencia que aún no es firme por estar pendiente de que se resuelvan los recursos de casación en el Tribunal Supremo.

Según ha adelantado El Mundo y han confirmado a Efe fuentes jurídicas, para reclamar su excarcelación la defensa del ex tesorero del PP expone que la situación excepcional de estado de alarma ha hecho desaparecer el riesgo de fuga en el que se basó la Audiencia Nacional para acordar su ingreso en prisión provisional a la espera de que se pronuncie el Supremo y la sentencia adquiera firmeza.

En su escrito al tribunal sentenciador, y que reproduce El Mundo, Bárcenas considera que, "en este estado de situación, las circunstancias que se tuvieron en cuenta para mantener su prisión provisional se han visto superadas por la alarmante realidad".

Según su defensa, "durante el estado de alarma es infinitamente inferior cualquier riesgo de fuga" y recuerda que Bárcenas se encuentra preso "únicamente por delitos de orden económico y no de sangre".

A todo esto se une el mayor peligro de contagio que entiende supone para él permanecer en prisión, donde, a su juicio, aumenta el riesgo de contraer el virus, teniendo en cuenta además que ya se ha informado a los internos de que no se les van a poder hacer pruebas para comprobar si están contagiados porque la prisión carece de los medios para ello.

Recuerda también que a ese riesgo se une su edad, 63 años, que es hipertenso y que padece episodios de alergias por los que ha tenido que salir del centro penitenciario para ser atendido.

Por todo ello, reclama que se le impongan medidas alternativas a la prisión como "una pulsera telemática o la obligación de mantenerse en el domicilio" para evitar que siga en la cárcel "en las actuales y gravísimas circunstancias".

Desde su ingreso en prisión provisional en mayo de 2018, a la espera de que la sentencia sea firme, Bárcenas ha pedido en varias ocasiones ser puesto en libertad, la última en diciembre, cuando pidió ser excarcelado con una pulsera telématica o que al menos se le dejara pasar con su familia los días de Navidad.

La Audiencia Nacional rechazó esta petición dado "el importante patrimonio económico" que tiene "oculto" en el extranjero y que facilitaría su huida de la Justicia.

Además de esta causa, Bárcenas tiene pendiente ser juzgado por el presunto pago en negro de las obras de la reforma de la sede nacional del PP en la calle Génova con dinero de la caja B del partido, juicio que ha sido señalado recientemente para el 18 de febrero de 2021 tras cerrarse la instrucción en 2015.