Las últimas informaciones sobre el caso Kitchen han centrado el foco del segundo cara a cara en el Congreso entre Sánchez y Casado en este recién inaugurado curso político. En el marco de la sesión de control al Gobierno, el líder del Ejecutivo ha evitado responder a las preguntas del jefe de la oposición y ha centrado su réplica en acorralar a Casado, al que ha instado a "poner fin a 30 años de corrupción en el PP" y "demostrar que su partido no es ni el de Rajoy ni el de Aznar". Y esto sólo se conseguiría, a juicio de Sánchez, si el líder de los populares da su brazo a torcer con la renovación del CGPJ o del Tribunal Constitucional.

Si la pasada semana el presidente del Gobierno evitó cercar al jefe de filas del PP por la petición de la Fiscalía de imputar al ex ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz y a la ex secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, este miércoles no ha sido así y Sánchez ha sacado el tema al segundo. De hecho, a la pregunta que tenía preparada Casado sobre qué recortes económicos incluiría el Ejecutivo en los Presupuestos Generales del Estado, Sánchez ha respondido que "los únicos recortes que necesita España es recortar la corrupción del PP".

No ha respondido Sánchez a la cuestión troncal de si llevará a cabo recortes en la tramitación de unos Presupuestos que ya están en marcha -este miércoles, Iglesias se reúne con los portavoces de ERC y Bildu por esta misma cuestión-. En lugar de ello, el presidente del Gobierno no ha dejado pasar la oportunidad de que los casos de corrupción durante el mandato de Rajoy sigan pasando factura a la actual administración del PP, y ha señalado a Casado por ello. "Toda España sabe que taparon un delito con otro delito, la Kitchen con la Gürtel", ha reiterado en varias ocasiones Sánchez en su réplica. "Ha dicho que se siente indignado, que va a caer quien sea. Me gustaría creerle", ha afeado.

Tanto Casado como varios portavoces del PP han reiterado en los últimos días que si algún cargo o afiliado del partido resulta implicado en la trama del caso Kitchen, la dirección les dejará caer. El propio presidente de la formación, en una entrevista a principios de semana, elevaba el tono y anticipaba que "caerá quien tenga que caer" para que la bandera del partido siga siendo la de la "ejemplaridad" y la "transparencia", según reivindicó.

Este miércoles, el jefe de la oposición ha tratado sin éxito de replicar a Sánchez apuntando a la presunta financiación irregular de Unidas Podemos por la que ha resultado imputada la cúpula del partido del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, sobre la que el Gobierno "guarda silencio". "¿Destituirá si es imputado al señor Iglesias, o unirá su destino a él?", cuestionaba. También sin éxito, Casado ha pedido al líder socialista que no bloquee la comisión de investigación que quiere levantar en el PP en el Congreso sobre la gestión del Ejecutivo durante la pandemia.

El PP está a la espera de que el juez García Castellón decida si imputa a la anterior cúpula del partido por la pieza que investiga la presunta utilización de fondos reservados para espiar al ex tesorero de la formación, Luis Bárcenas, y localizar información que pudiera implicar a altos cargos del PP en casos de corrupción. En esta causa está imputado el que fuera número dos de Interior, Francisco Martínez, aunque en Génova se da casi por descontado que Fernández Díaz terminará sentándose en el banquillo. Esperan en la dirección popular salvar al menos a la que fuera valedora de la candidatura de Casado en el congreso que decidía hace dos años la presidencia del partido, María Dolores de Cospedal.