Sociedad

La juez reactiva el caso Alcàsser tras analizar nuevos restos de ADN

La decisión del juzgado llega horas después de comprobarse que el ADN extraído hace un año de la fosa donde se encontraron los cadáveres corresponde a restos de dedos humanos, que podrían pertenecer a Desirée Hernández o Míriam García

Cartel de búsqueda de Miriam, Toñi y Desirée, las niñas de Alcàsser

Cartel de búsqueda de Miriam, Toñi y Desirée, las niñas de Alcàsser EUROPA PRESS

Los huesos hallados el pasado verano en las inmediaciones de la fosa donde fueron hallados los cadáveres de las niñas de Alcàsser son restos de dedos humanos, según ha avanzado este jueves Las Provincias a tenor del ADN analizado por el Intituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. El estudio deja abierta la posibilidad de que las falanges halladas pudieran corresponder a Desirée Hernández o Míriam García, dos de las adolescentes asesinadas hace hoy casi 30 años. Para esclarecerlo, los biólogos recogerán muestras de saliva de la madre de las jóvenes. La otra víctima, Toñi, ha quedado descartada de la investigación ya que la autopsia descartó que le faltará ningún dedo de las manos.

El caso de Alcàsser está cobrando de nuevo protagonismo, ya que los resultados llegan tan sólo horas después de que el juzgado de Alzira (Valencia) reactivase el caso para investigar si Antonio Anglés tuvo ayuda para escapar en Irlanda. De hecho, la magistrada a cargo del caso ha puesto en el punto de mira al presunto asesino de las niñas, que continúa en paradero desconocido, y ha emitido una comisión rogatoria internacional para tomar declaración a la tripulación y al capitán del City of Plymouth, el barco en el que en 1993 huyó a Irlanda como polizón Anglés, que logró escaparse del buque.

Según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana a Europa Press, el juzgado de Alzira que instruyó el caso recibió un informe de la Policía española a raíz de unas declaraciones de la tripulación del barco en un programa de televisión, en el que le hacían constar a la jueza la necesidad de volver a interrogar a estos en relación con la huida del polizón.

En este caso, en el que aún sigue activa la requisitoria de búsqueda y captura de Antonio Anglés, por lo que se debe investigar cualquier indicio o pista que surja, la jueza emitió en noviembre emitió una orden europea de investigación para que tanto Reino Unido como Escocia practiquen estas diligencias de interrogatorio a los testigos miembros de la tripulación, declaraciones que ya se están practicando, según el TSJCV.

De acuerdo con la información de Las Provincias, la jueza de Alzira ha dirigido la petición a las autoridades del Reino Unido porque es el lugar en el que reside en la actualidad Kenneth Farquharsib Stevens, el capitán del barco del que logró huir Anglés. Esta persona ya fue interrogada por la policía irlandesa en 1993 para tratar de descubrir cómo se pudo producir la fuga, aunque sin lograr ningún esclarecimiento. La versión de los hechos del capitán se incluyó en el sumario, que entonces instruía otro magistrado, pero no se consideró necesario ampliarla.

En una entrevista en el programa 'Equipo Investigación' de La Sexta, el capitán detallaba que cuando el 24 de marzo de 1993 la Policía subió al buque, el fugitivo ya no estaba dentro. Primero se le metió en un "cuartucho", después en un camarote vacío encerrado con llave y con gente "cerca vigilando", pero escapó en una barca hinchable que debió dejar caer al mar desde siete metros de altura, indicaba el capitán en la entrevista.

Un avión francés localizó al polizón en la barca, tras un mensaje de radio, lo subieron de nuevo a bordo y lo volvieron a meter en el mismo camarote, en el que "atrancaron" ventanas y puerta con tablas. "Era imposible que él abriera la puerta desde dentro", apuntaba el capitán en esa entrevista recogida por Las Provincias. Sin embargo, cuando llegó la Policía tras atracar en Dublín, se había ido. "Alguien tuvo que dejarle salir y haber recolocado la madera. No pudo escapar de ese camarote sin ayuda", indicaba el capitán.

Antonio Anglés es el principal sospechoso del secuestro, violación y asesinato de Míriam, Toñi y Desirée, las tres adolescentes de Alcàsser cuyos cuerpos fueron encontrados en una fosa del paraje de La Romana en enero de 1993. Por el triple crimen fue condenado Miguel Ricart a 170 años de prisión, aunque salió de prisión en 2013 tras desactivarse la doctrina Parot.

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