Las mujeres adictas a los juegos de apuestas empiezan a jugar a una edad más avanzada que los hombres, pero luego evolucionan a estados más graves de forma más rápida, según dos estudios de la Unidad de Juego Patológico del Hospital de Bellvitge y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

En comunicado, el Hospital de Bellvitge ha explicado este martes que los dos estudios, fruto de un proyecto de investigación impulsado por la Dirección General de Ordenación del Juego del Ministerio de Hacienda y Función Pública, determinan que hombres y mujeres presentan perfiles diferentes en los trastornos ligados al juego de apuestas y en su evolución hacia estados más graves.

Los trabajos han sido publicados en las revistas Scientific Reports y Neuropsychiatrie y se llevaron a cabo con un total de 512 pacientes de 28 centros de salud y entidades de toda España.

Hasta ahora no existía prácticamente ningún estudio que comparara por sexos las características y la evolución del trastorno de juego hacia cuadros clínicos más severos.

Los niveles de gravedad de adicción al juego más elevados entre las mujeres se asocian a una serie de rasgos que las diferencian de los pacientes hombres con patología también severa.

Entre ellos, que juegan a menos variedad de juegos; lo hacen a una edad más avanzada; viven solas (son predominantemente mujeres sin pareja o que salen de una separación o divorcio); tienen un nivel económico medio-bajo o bajo; un peor estado de salud y han experimentado un mayor número de acontecimientos vitales estresantes a lo largo de su vida que los hombres.

De hecho, a menudo es posteriormente a situaciones traumáticas o estresantes cuando comienzan a jugar de forma problemática.

También se evidencia que las mujeres con un trastorno de juego más grave presentan más sesgos cognitivos, es decir, más fantasías y creencias irracionales con relación al juego.

El juego se convierte en una estrategia desadaptativa para evitar estados emocionales negativos o problemas de salud física

SUSANA JIMÉNEZ, jefa de la Unidad de Juego Patológico del Hospital de Bellvitge

"Las mujeres con un trastorno del juego más grave comienzan a jugar más tarde que los hombres, pero en muchas ocasiones su evolución es más abrupta y el juego se convierte en una estrategia desadaptativa para evitar estados emocionales negativos o problemas de salud física", ha explicado la jefa de la Unidad de Juego Patológico del Hospital de Bellvitge, Susana Jiménez.

Mientras las mujeres empiezan a jugar por situaciones traumáticas y estresantes y mantienen los patrones problemáticos por un proceso de refuerzo negativo, el juego se convierte en un mecanismo para evitar emociones de tristeza, soledad o frustración, y las motivaciones iniciales tienen más que ver con la impulsividad, la excitación que provoca el juego, la posibilidad de ganar premios y la búsqueda de una gratificación inmediata.

Aunque la mayoría de los pacientes que son tratados en unidades especializadas en trastornos ligados al juego siguen siendo hombres, se está registrando un cambio bastante significativo en el perfil de las mujeres con este problema, que cada vez apuestan más en juegos de tipo estratégico (casinos, apuestas deportivas), cuando antes lo hacían casi exclusivamente en los no estratégicos (bingo o máquinas tragaperras).

"Es necesaria una evaluación precoz de los comportamientos de juego diferenciados por sexo para evitar su agravamiento lo antes posible, aplicando programas de tratamiento específicos para cada perfil de paciente", ha enfatizado Jiménez.