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TOKIO 2020

Sandra Sánchez, oro en Tokio: la karateca que no entró en la selección hasta los 34 años

La deportista de Talavera triunfa en la cuna del kárate con 39 años tras un periplo que le llevó por Australia, Dubái y Japón

La karateca Sandra Sánchez, en los Juegos Olímpicos de Tokio

La karateca Sandra Sánchez, en los Juegos Olímpicos de Tokio EFE/ Lavandeira Jr

Sandra Sánchez tiene 39 años y está reconocida como la mejor karateca de la historia en su categoría después de cinco temporadas sin bajarse del podio en ningún campeonato. Y esa estadística no podía romperse en los Juegos de Tokio, donde la española se ha colgado el oro en la modalidad de kata.

La karateca ha superado a la japonesa Kiyou Shimizu en la final por el oro. La española, con el kata chatanyara kushanku, ha recibido una puntuación de 28,06 a su representación, mientras que Shimizu, su gran rival de los últimos años, ha obtenido un 27,88 con el mismo kata. La de Sandra Sánchez era una de esas medallas seguras para España que aparecían en todas las quinielas. Y mañana se cuenta también con otra de karate, ya que Damián Quintero llega como el gran favorito a la kata masculina.

Una trayectoria rocambolesca

La historia de Sandra Sánchez escapa la lógica del deporte. Empezó a practicarlo con cuatro años por su hermano Paquito. Sus padres apuntaron al hermano mayor a karate y a Sandra a ballet. Duró dos meses. "Yo quería hacer lo que hacía Paquito y si a él le apuntaban a karate, pues a mí también. Todo lo que hiciera Paquito lo quería hacer yo, aunque no supiera ni lo que era el karate", explicó la española en una entrevista con el COE antes de los Juegos de Tokio.

Tenía madera y fue cumpliendo etapas de forma natural. Con 18 años, sonó el teléfono: era la Real Federación Española de Karate para convocarla al Centro de Alto Rendimiento. Aceptó, claro que aceptó, pero a su madre le diagnosticaron un cáncer y decidió volverse a Talavera de la Reina, donde ya tenía a un maestro y un dojo. "Por eso no pensé que la decisión de regresar a casa tuviera tantas consecuencias a nivel deportivo y competitivo. Y aunque luego las tuvo, me da igual porque lo volvería a decidir una y mil veces”.

La consecuencia fue que la Federación dejó de seleccionarla. Siguió compitiendo y ganando, pero con 25 años, ya cansada, se fue al extranjero a buscar nuevas experiencias. Se fue al otro lado del mundo, a Australia, donde estuvo dando clases de karate a niños. Y a su regreso a España, Jesús del Moral, entonces seleccionador de Castilla-La Mancha, convence a Sandra Sánchez para que vuelva a competir. Del Moral es hoy su entrenador y también su pareja, un dúo perfecto.

Cuando uno piensa que eso ya no va a suceder, sucede"

Empezaron a pulir la técnica de la karateca. Dinero que ganaban, dinero que ahorraban para viajar a Japón para seguir aprendiendo. Y a la vez, compitiendo. En un torneo internacional, un club de Dubái se fijó en ella y le ofreció un contrato a ella y a Del Moral. Con ese apoyo económico detrás, el despegue definitivo solo fue cuestión de tiempo.

Con 34 años, en 2015, volvió a recibir la llamada selección. “Cuando uno piensa que eso ya no va a suceder, sucede. Yo estoy viviendo como un sueño, pero literalmente. Soy consciente de lo mucho que me costó llegar". Y desde entonces no se ha bajado del podio allá donde ha ido: cinco oros europeos seguidos, seis campeonatos de España y dos oros y un bronce mundiales. Ahora, el oro olímpico.

La undécima medalla para España

La de Sandra Sánchez es la undécima medalla de España en los Juegos de Tokio tras el oro de Fátima Gálvez y Alberto Fernández (tiro), las platas de Adriana Cerezo (taekwondo), Ray Zapata (gimnasia), Maialen Chourraut (piragüismo) y Teresa Portela (piragüismo) y los bronces de David Valero (mountain bike), Ana Peleteiro (atletismo) y Pablo Carreño (tenis), Joan Cardona (vela) y Jordi Xammar con Nicolás García (vela).

España tiene asegurado otro metal más, con España en la final de fútbol frente a Brasil (sábado a las 13:30 hora de España), y aspira a colgarse varios más todavía. Las selecciones de waterpolo masculina y femenina están en semifinales, igual que el balonmano masculino. Además, el K4-500 masculino parte entre los favoritos en piragüismo y está la opción de Mo Katir en el 5.000 del viernes por la noche.

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