El Gobierno de Castilla-La Mancha ha declarado Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de bien inmaterial, a la cuchillería y la navaja clásica de Albacete, una seña de identidad de la ciudad y parte de su cultura popular.

Aunque la historia de la navaja como cuchillo plegable es universal y muy antigua -se han hallado restos en ajuares de sepulturas ibéricas de la Segunda Edad del Hierro y en excavaciones romanas-, la navaja clásica se generalizó en España a finales del siglo XVI.

Teniendo en cuenta que determinadas armas, como la espada, estaban reservadas para la nobleza y la milicia, la navaja se convirtió en el elemento de defensa del resto de la población: un objeto fácil de ocultar, de pequeño tamaño y ligero.

En Albacete, el primer cuchillero del que se tiene referencia es Alonso Fernández (siglo XV), pero fue en el siglo XVI cuando se expandió el sector y en el XVII cuando se generalizó el uso de la navaja y aumentó su demanda.

El XVIII está considerado el'siglo de oro' de la cuchillería albacetense, cuando surgen grandes maestros del oficio y se convierte en uno de los centros más importantes de Europa.

De hecho, a finales de esta centuria la población de Albacete rondaba las 10.000 personas y había unas veinte fábricas de cuchillería.

En el siglo XIX continúa el auge del sector, que también se da a conocer en otros lugares de Europa; en 1926 se funda la Sociedad Cuchillera Albacetense, integrada por 19 cuchillerías, y en 1971 se cifran cien talleres que trabajaban para cinco fábricas importantes.

Aprecu, la Asociación de Cuchillería y Afines, es la organización que ha instado a la declaración de BIC, publicada hoy en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha.

"Albacete es sinónimo de navaja, de cuchillería; declaraciones como ésta favorecen la creación y promoción de oficios de carácter tradicional, transmitidos generacionalmente, salvaguardando así el sector cuchillero y la navaja clásica albaceteña, símbolo identitario de Albacete", destaca la declaración.