Sevilla y Betis relanzaron el campeonato de Liga de primera división este jueves con el derbi hispalense, que se quedó en victoria local por dos goles a cero. Un triunfo celebrado por sus jugadores, que desoyeron todas las recomendaciones de distancia social y se abrazaron en los goles, se besaron y se arrancaron las mascarillas para celebrar la victoria tras el pitido final con una performance frente a una grada vacía.

El protocolo diseñado para la vuelta del fútbol quedó en evidencia en varias ocasiones. Mientras los futbolistas sobre el campo se abrazaban tras anotar un gol, los suplentes celebraban en la grada con varios metros de distancia y con las mascarillas puestas. Son cada vez más las voces que se preguntan qué sentido tiene, más allá de la ejemplaridad, recomendar medidas de distanciamiento social en un deporte de contacto cuyos participantes pasan test periódicos para asegurar su estado de salud.

Las gradas estaban vacías, pero no se evitó que el público se concentrase a las puertas del estadio para recibir al equipo. También hubo abrazos de gol en los bares. El fútbol ha vuelto, con más pasión que protocolos.