El nombre de George Benson no es para el gran público, salvo porque a veces llenaba aquel espacio legendario en TVE llamado Minutos musicales cuando se tenía que rellenar la emisión. Pero haríamos mal si nos saltamos una efeméride como la de hoy, porque también es importante desde aquí reivindicar un espacio para los que sí lo tienen en el ámbito de los músicos. Porque no hay un solo guitarrista en el mundo que no reconozca su aportación.

Era el 25 de julio del último verano normal que recordamos, el de 2019. George Benson tuvo un lleno total en los Veranos de la Villa, en Madrid. En el escenario, alguien más conocido de lo que la mayoría de la gente cree. Fue el último concierto en España de un hombre que justo hoy cumple sus 79 años, y tiene prevista gira por Barcelona el 13 de julio, y más tarde por Australia, Estados Unidos y Reino Unido. Para que luego digan de los Stones.

Sí, Benson llena donde va, aunque no siempre sean estadios. Porque no todo el mundo sabe, por ejemplo, que una de las canciones que más sonaron durante todo 1987 y 1988 es de su autoría.

Claro, el lector la conocerá por la versión del muchacho hawaiano con pinta de no haber roto nunca un plato llamado Glenn Medeiros. El chico triunfó cantando en un español con ese acento exótico que tanto gustó en aquellos años:

También es probable que la mayoría de las personas que lo hayan escuchado, no sepan que este precioso tema de la diva Whitney Houston también es de su autoría:

Los verdaderos fans de Benson no dudaron en hacer sus montajes sobre el recorrido musical de este genio, al que podemos escuchar en su versión, publicada ya en 1985.

En el vídeo de este tema podemos encontrar algunas pistas para saber de quién estamos hablando. De entrada, le observamos con un ukelele siendo apenas un niño de siete años. Exacto. Era demasiado pequeño para poder tocar una guitarra. Hace 72 años, este hombre aprendió música uniendo sus manitas a las de ese instrumento que tanto se ha puesto de moda últimamente. Publicar su primer disco a los 10 años de edad, después de dos años de gira desde los 8, ya dice mucho sobre su talento. En total, lleva más de setenta años de conciertos. Y suma y sigue. Por cierto, muy digno cuando cierra de una frase el eterno conflicto entre ser comercial y genuino: "Toco lo que la gente quiere oír, no experimento con mi público". El ego lo deja en casa.

También la canción que popularizó la voz de Whitney nos habla de las raíces del artista, que se basan en una profunda espiritualidad.

… porque a que el amor más grande de todos, me está ocurriendo

He encontrado el amor más grande de todos, dentro de mí.

Creo que los niños son nuestro futuro.

Enseñémosles bien y seamos su guía en el camino.

Enseñémosles todas las bellezas que tienen en su interior.

Que se sientan orgullosos.

Y que la risa de los niños nos recuerde como éramos…

El amor más grande de todos, es fácil de lograr.

Aprender a amarse a sí mismo, es el mayor amor de todos.

Espiritual, sí, pero a pesar de ser un convencido testigo de Jehová, nadie puede decir que sus canciones sean religiosas. Muy al contrario, podemos encontrar insinuantes momentos en composiciones sugerentes como Give me the night (Dame la noche). Otro de esos temas que la gente reconoce, pero no se termina de ubicar.

Producido por Quincy Jones, el mismo as de la música que hizo posibles los grandes éxitos de Michael Jackson, este tema sigue marcando el momento en el que nadie puede permanecer sentado en sus conciertos. Unos shows que normalmente comienzan rindiendo homenaje a sus verdaderas raíces jazzísticas, que supieron encontrar el éxito pop en temas tan populares como el tema central de una película de 1979 que se llevó cuatro Oscar y puede que algunos recuerden. Se llamó en español (ojo a las traducciones) Empieza el espectáculo, pero su versión original se titulaba All that jazz. Ahí va On Broadway, una oda a la avenida del centro del Universo del espectáculo. Es muy difícil resistirse a este ritmo.

En esa y otras películas, las pasiones de cientos de personas se estrellan contra el mundo de la empresa en una hoguera de vanidades y talentos que más tarde se dibujó también en productos de consumo como Fama y otros derivados.

Una de las habilidades únicas de este ser singular es la de ser capaz de frasear con la boca todo movimiento que hace con su guitarra. En 2014 seguía haciéndolo sin mayor esfuerzo:

Un instrumento el de cuerda que, por cierto, ha hecho con él Historia de la música. Pero no al estilo Gerundina, la de Raimundo Amador, o Lucille, la de BB King. Hablamos de un hombre que lleva seis décadas ofreciendo información privilegiada a fabricantes como Ibanez. Si tienes casi tres mil euros, puedes tener una que lleva su nombre, y en la tienda online más económica. La habilidad para sacar de ella los mejores sonidos no viene incluida.

A estas alturas el lector adivinará que siento verdadera devoción por este artista, que siempre provoca miradas de sorpresa cuando me preguntan por mi artista favorito, esperando respuestas del tipo Beatles, Elton, Queen, etc. Es él, amigos. El hombre que recomiendo y hasta pido que le hagamos sitio en medio de tanto ritmo sin sentido, para recordar la importancia de la música de calidad y con calidez. Y no falta de todo eso, ni humildad para hacer suyas canciones de otros. Se demuestra en la que es, para algunos expertos en Benson, su más hermosa aportación y una de las más bellas que se han compuesto para describir el amor sin victimismo, sin drama. Con la alegría natural de quién ha descubierto con quién pasear de la mano. Aquí, en vivo y sin playback, todavía en los 70, su versión de Love ballad:

Qué diferencia, cuando caminamos de la mano

Lo siento tan real…

Y lo que tenemos es mucho más de lo que pueden ver.

Muy curiosa su vida amorosa, que ha permanecido absolutamente fiel a Johnnie Lee, la que es su esposa desde 1965. Sin embargo, hay rumores que hablan de ruptura e incluso nueva relación en los últimos meses. Nada detiene a nuestro artista, y no importa a qué edad ocurra el milagro llamado amor.

¿Cuál ha sido el secreto de poder seguir tocando y llenando salas con 79 años de edad? Su eterna sonrisa y su buen talante natural, de la que todos podemos aprender. Porque con la que está cayendo, la mejor arma es la que sale de dentro.

Permítanme, señoras y señores, que les invite a un asiento en primera fila de un animadísimo concierto ofrecido por nuestro cumpleañero en la cumbre de todo jazz: el festival de Montreux. Si no somos “muy de jazz”, este maestro puede tendernos el puente desde el pop más melódico, pero no por ello más lento. Dejémoslo de fondo, que no va a molestar. Eso sí, tenemos que remontarnos a 1986. Hagámoslo y disfrutemos, que de eso va la vida.