Hasta ahora casi todos estábamos equivocados. Pensábamos que la organización de conciertos no era una industria que mueve en Europa 81.000 millones de euros. Nos sorprendió que miles de técnicos y personal de todo tipo salieran a la calle durante el confinamiento con sus “flight cases” a recordar que también son trabajadores, y de un sector importante, ligado a la cultura, pero de relevancia en números.

Pues sí. Resulta que esta mañana, nada menos que en la sede de la CEOE, los promotores musicales nos han dado un buen repaso recordándonos que emplean de manera directa a cientos de miles de personas, y que no dejan de ser un negocio importante para todos.

Abrió fuego el jerezano Lorenzo Amor, vicepresidente de la CEOE, recordando que el sector ha dado un frenazo de 15 años, comenzando por la pandemia y acabando con la guerra en Ucrania y su inflación desbocada. Los costes se disparan y para ser empresario en este ámbito se necesitan kilovatios de ánimo y energía. La legislación no ayuda: hay normativas locales, autonómicas, y estatales complicadas de conjugar. Comentó que en España tenemos que competir con Francia o Alemania, que tienen un IVA del 5 o 7 por ciento para esto, y que se trata de una actividad estacional, centrada casi siempre en los meses de verano, que ha sufrido un recorte del 63% con respecto a 2019. Eso sí, terminó recordando que España es el país que más letras compone, y que aquí existe un talento sin parangón.

Las discográficas ya no van a los conciertos. Fichan por internet viendo las visualizaciones de Youtube”

PACO LÓPEZ, PRESIDNETE A.R.T.E

Retomó el testigo Paco López, que representa a los mánagers. Como presidente de A.R.T.E, la Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo, pudo hablar de la esperanza que se puso tras la pesadilla de los últimos dos años en esa senda de “felices años 20”. Una esperanza que desde Ucrania se desvaneció por el incremento de costes. “Se trata de un ecosistema frágil, pero también ágil y tenaz”, aseguró. Desde los años 80 se ha profesionalizado el sector, se ha tenido que adaptar a las nuevas formas de venta de entradas por internet, a la dispersión normativa, y a todas las eventualidades que han ido sucediendo, que no son pocas. También reivindicó la importancia de los conciertos gratuitos de los ayuntamientos para poder tener nuevos talentos. Algo necesario ante la situación de la industria: “Las discográficas ya no van a los conciertos. Fichan por internet viendo las visualizaciones de Youtube”, aseguró. Es cierto: se hace necesario que los grupos y solistas se fogueen en el arte de subirse a un escenario, incluso mucho antes de su éxito comercial. Tuvo unas palabras de reconocimiento para algunos de los grandes artistas de décadas pasadas, sin los cuales “no hubiera habido años 80”, que ahora pueden vivir gracias a sus actuaciones, por ejemplo, en las plazas de los pueblos.

Alberto Salmerón, Presidente de la Asociación de Promotores Musicales (APM) recordó que un promotor es un empresario, un emprendedor. Y para ilustrar el motor económico que supone la organización de conciertos, repasó algunas de las actividades que se generan alrededor. Estas van desde el montaje, claro, hasta la comunicación, la compra de espacios publicitarios o los servicios necesarios. No le faltó razón al recordar que nuestro país es único en cuanto a turismo, por lo que los festivales se han convertido en un importante revulsivo para ese mercado. De hecho, más de la mitad de los asistentes al reciente y polémico Primavera Sound eran extranjeros. Sobre el caos de organización del principio de ese festival y las quejas vecinales que soportó, toda la mesa aseguró que se trató de algo coyuntural y puntual.

Llamó la atención sobre la importancia de “criar” no solamente a los artistas, sino también al público. Si los promotores motivan a la gente a ir a conciertos, la industria se mueve

El Wizink Center de Madrid es uno de los espacios para la realización de conciertos más importantes del mundo, según destacó la moderadora del acto, Soco Collado, Directora Gerente de A.R.T.E. El siguiente ponente en intervenir, Manuel Saucedo, es el CEO de Impulsa, la empresa que gestiona los eventos en el antiguamente llamado Palacio de los deportes. Para él era sorprendente ver que los equipos de un concierto se desmontaban para volver a montarse al día siguiente. De ahí, y de su vocación de hacer fácil la labor de los promotores, surgió la idea de poder ofrecer un espacio ya preparado técnicamente. No pudo quejarse de su situación: tienen meses de 24 eventos, aunque no han subido precios desde 2014. Llamó la atención sobre la importancia de “criar” no solamente a los artistas, sino también al público. Si los promotores motivan a la gente a ir a conciertos, la industria se mueve.

A propósito de los espacios en los que tiene lugar el milagro de la música en vivo, Armando Ruah, Coordinador de ACCES, la Asociación Estatal de Salas Privadas de Música en Directo reclamó atención para las más de 300 que tienen programación estable en España. Con sus más de 50.000 eventos al año y una media de aforo de 250 personas por concierto, el pequeño empresario de la música en vivo sufre riesgos importantes. “Es más complicado abrir una sala de conciertos que una fábrica de explosivos”, aseguró. “La principal labor de las pequeñas salas de conciertos es su propia supervivencia”.

Tampoco faltó a la cita una representación de otro de los directamente implicados en este complicado negocio: los patrocinadores. Eduardo Díaz, director de activación comercial del grupo Mahou-San Miguel, comenzó recordando que el binomio cerveza y música hace que no sean la única empresa de su sector que apoya la música en directo con iniciativas concretas. El refuerzo que aportan las marcas va desde colaborar en la elaboración de la programación hasta el apoyo económico necesario, que es clave para su mantenimiento.

De nuevo el Presidente de A.R.T.E. tomó la palabra para hacer un recorrido por lo que han sido las últimas décadas de este sector millonario. Según él, la crisis de 2008 rompió el sector. Con la aparición de la pandemia, aguantó. Ha habido mucha gente que se ha quedado en el camino y ahora se dedican a otra cosa, pero sigue habiendo empresas vivas que apuestan por la música en vivo. Por último, puso de relieve que los grandes hitos artísticos de nuestro país se han dado en las mayores crisis, como el famoso Siglo de Oro. Describió claramente la situación: “Parece que cuanto más difíciles están las cosas, más creadores hay. Pues a ver si nos lo ponen fácil de una vez”.