Cada vez parece más probable que este otoño habrá revacunaciones frente al coronavirus. Aún está por ver qué grupos recibirán la tercera inyección pero desde el Ministerio de Sanidad la ministra, Carolina Darias, ya aseguró el pasado julio que la habría.
Quienes primero afirmaron que sería necesario reforzar la inmunidad con una tercera dosis fueron las propias compañías, en primer lugar Pfizer el pasado abril. El debate estaba servido y ya antes de alcanzar el 70% de la población vacunada países como Alemania o Israel han puesto ya estas dosis de refuerzo en su calendario.
España ha asegurado que espera pronunciarse sobre este tema la próxima semana y que para ello quiere contar con la experiencia de otros países, los datos de ensayos clínicos y el pronunciamiento de la Agencia Española del Medicamento.
Quien ya ha mostrado su posición al respecto es la Organización Mundial de la Salud, que ha instado a retrasarla hasta que no se haya vacunado un mayor porcentaje de población en los países de menores rentas. Algo que no parece que Europa esté dispuesta a hacer.
En España, un estudio del CSIC refuta la necesidad de la tercera dosis aunque, en voz del investigador firmante Balbino Alarcón, afecte “al menos” a la población general. Su investigación ha hallado que “la administración repetida de la vacuna produce una especialización de los anticuerpos sobre la variante de Wuhan, que es la que se usó para la creación del fármaco. Y esa especialización hace que los anticuerpos pierdan capacidad de reconocimiento de las variantes nuevas”.
Lo que parece más probable es que los más vulnerables recibirán esa tercera dosis en los próximos meses, algo para lo que la ministra Darias aseguraba este miércoles que España “está preparada” para administrar.