Salud

La segunda oportunidad para Diomid, curarse lejos de las bombas

El pequeño ucraniano de tres años es uno de los 30 niños que ya han llegado a España para curarse de enfermedades graves.

Diomid, uno de los niños ucranianos que ha llegado a España para continuar su tratamiento contra el cáncer.

Diomid, uno de los niños ucranianos que ha llegado a España para continuar su tratamiento contra el cáncer. Hospital Gregorio Marañón

Diomid tiene tres años, mirada tierna y una sonrisa que ya ha encandilado a los sanitarios del Gregorio Marañón. Este pequeño ucraniano es uno de los 30 que llegaron el pasado viernes a Madrid con sus familias para tratarse de enfermedades oncológicas.

La inmunodeficiencia combinada severa que padece Diomid es una enfermedad genética grave que afecta al sistema inmunitario. En estas afecciones, el organismo no tiene suficientes linfocitos (células fundamentales para luchar contra las infecciones) por lo que le resultad difícil o imposible combatir los gérmenes.

Por su enfermedad, Diomid recibió un trasplante de médula hace seis meses y debido a ello necesita mucha medicación inmunosupresora y tratamientos que la guerra interrumpió. El pequeño, natural de Zaporiyia, estaba recibiendo el tratamiento en Kiev (a más de 550 kilómetros) cuando estalló el conflicto. Su madre, Katarina, recuerda que ese mismo día les bajaron al sótano del hospital y que pronto se acabaron los tratamientos, por lo que les recomendaron salir. Tomaron la decisión y finalmente viajaron el padre, la madre, Diomid y su hermana. "Es duro estar tan lejos de tu patria, pensamos que nos quedaríamos en Polonia", reconoce la madre, quien sin embargo está "muy agradecida".

Diomid, uno de los niños ucranianos que ha llegado a España para continuar su tratamiento contra el cáncer.
Diomid, uno de los niños ucranianos que ha llegado a España para continuar su tratamiento contra el cáncer.

Así, vía Polonia y en un avión militar, 30 niños enfermos y sus familias llegaron a Madrid el pasado viernes. Al Hospital Universitario Gregorio Marañón llegaron cuatro de ellos, aunque el pequeño Diomid ha sido el único, por la gravedad de su situación, en quedar ingresado. "Recibió un trasplante alogénico de donante no emparentado hace cinco o seis meses y tiene complicaciones por el tratamiento, recibe mucha medicación inmunosupresora", explica la oncóloga pediátrica Cristina Beléndez en un vídeo difundido por el hospital. "Por ello el pequeño se ha quedado ingresado, con el objetivo de evaluar su enfermedad injerto contra receptor y ver un poco para ajustar la medicación y hacer una evaluación inicial", añade.

Junto al Gregorio Marañón, los niños han ido también a La Paz, el Hospital Niño Jesús y el 12 de Octubre. A este último han llegado cinco niños y tal como explicaba la semana pasada Vanesa Pérez Alonso, oncóloga pediátrica, "parece que la situación previa es buena pero habían tenido que interrumpir sus tratamientos", lo cual ya se ha iniciado.

Diomid, niño ucraniano con cáncer en el Hospital Gregorio Marañón junto a su madre

Diomid, a quien han realizado múltiples pruebas y va a iniciar un nuevo tratamiento, juega ajeno a lo que su familia ha vivido en Ucrania y ya dice "hola" y "adiós" en español. Como cuenta su madre, a él y al resto de niños les encantó viajar en el avión militar (fletado por el Ministerio de Defensa) de Madrid. Las madres, sin embargo, "volaron con mucho miedo". La guerra les ha dejado huella: "Ayer escuché un avión volando y sentí miedo, mucho susto, se me encogió el corazón", reconocía en el vídeo difundido por el centro hospitalario. Beléndez asegura que la familia de Diomid está muy agradecida y que es "muy fácil" con ellos.

Katarina, la madre de Diomid, Cristina Beléndez, oncóloga pediátrica del Hospital Gregorio Marañón, y Nuria Mira, jefa de Enfermería del hospital Infantil Gregorio Marañón, junto al pequeño Diomid.
Katarina, la madre de Diomid, Cristina Beléndez, oncóloga pediátrica del Hospital Gregorio Marañón, y Nuria Mira, jefa de Enfermería del hospital Infantil Gregorio Marañón, junto al pequeño Diomid.

Estos niños han llegado gracias a la acción promovida por la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátricas (SEHOP) de la Asociación Española de Pediatría (AEP), en colaboración con la Fundación Aladina y las administraciones públicas. El del pasado viernes fue el primero de los cuatro vuelos previstos para evacuar desde Polonia 100 niños ucranianos enfermos de cáncer que ya han podido cruzar la frontera.

Katarina dejaba un mensaje para sus compatriotas: "No tengan miedo si tienen que refugiarse fuera, les acogerán muy bien”.

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