La Policía Nacional y la Guardia Civil han introducido cambios en sus planes contra el suicidio al contabilizar en 2016, respectivamente, diez y doce muertes por este motivo. Según datos aportados por el Gobierno, desde el año 2000, la cifra de agentes que se han quitado la vida asciende a 140 en el caso de los policías y 186 de guardias civiles.

Los datos figuran en sendas respuestas por escrito, a las que ha tenido acceso Europa Press, que ha realizado el Gobierno a las preguntas del Grupo Socialista en el Congreso. Tanto los sindicatos de la Policía como las asociaciones de la Guardia Civil suelen reivindicar mejoras en los planes antisuicidios con los que cuentan ambos cuerpos.

El Ejecutivo de Mariano Rajoy desglosa en dos cuadros las muertes por suicidio tanto en la Policía como en la Guardia Civil, contabilizando el número de fallecidos en cada mes entre los años 2000 y 2016. Los datos oficiales desvelan que, en este periodo de años, el techo de suicidios en la Policía es de doce muertes en 2000 y 2002; en la Guardia Civil se llegaron a contabilizar 21 suicidios en 2002.

Ambos cuerpos han ido modificando sus planes contra los suicidios, tal y como han expuesto recientemente en el Congreso los directores generales de la Policía y la Guardia Civil, Germán López y José Manuel Holgado, respectivamente.

En su respuesta por escrito, el Gobierno señala que la Policía ha incluido un test de detección de posibles síntomas de suicidio para su tratamiento y posterior seguimiento. Dicha prueba se incluye ya en los últimos reconocimientos médicos que se han coordinado por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales.

Retirada del arma reglamentaria

El Ejecutivo destaca que "siempre que se detecta una situación de hipotético posible suicidio se procede a la retirada de armas al afectado y a la baja para el servicio, recibiendo la
correspondiente asistencia médica así como un seguimiento de la situación por parte del Área Sanitaria de la Policía Nacional".

En el caso de la Guardia Civil, desde el 2002 está en vigor un Plan Preventivo de Atención Psicológica (hasta 2010 Plan Preventivo Conductas Suicidas), que contempla diferentes medidas a través del Servicio de Psicología y sus gabinetes territoriales.

De forma parecida a la Policía, el Instituto Armado aplica "de forma generalizada" a todos los componentes del Cuerpo una serie de medidas para detección de riesgo en procesos de selección o formación. Según explica el Gobierno en su respuesta, los agentes cuentan además de atención personalizada "en cualquier momento" y un teléfono de atención psicológica durante las 24 horas del día.

La Guardia Civil evalúa, controla y hace un seguimiento de "todas las bajas por causa psíquica de personal del Cuerpo" y retira de forma "inmediata" el arma reglamentaria cuando aparta a cualquier agente por este tipo de motivos. La retirada también se lleva a cabo si se detectan conductas anómalas.